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Antonio Esteban explica que los niveles de colesterol recomendables son diferentes en un paciente sano y en otro con riesgo cardiaco. Pedro Quero

Antonio Esteban, jefe del servicio de Cardiología de Quirónsalud Málaga

Infartos: prevención y revisiones
«Los infartos en mujeres tienen síntomas distintos y a veces eso retrasa el diagnóstico»

«Fumar, aunque sea un poco, es el principal factor de riesgo para sufrir un infarto agudo»

Miércoles, 6 de noviembre 2024

«Fumar, aunque sea poco, es el principal factor de riesgo para tener un infarto», así de contundente se muestra Antonio Esteban, jefe de Cardiología de Quirónsalud Málaga. Esteban explica que es fundamental atender un infarto lo antes posible y añade que hay que tener en cuenta que a veces «las mujeres tienen unos síntomas de infarto que no son los clásicos, por lo que el diagnóstico se puede retrasar».

–¿El cuerpo avisa antes de un infarto?

–La clínica clásica de un infarto es una sensación de opresión torácica, como un peso en el pecho que se irradia hacia el cuello y las muñecas, sudoración fría, ganas de vomitar y un malestar intenso. Pero hay personas que empiezan a notar dificultad respiratoria súbita, un malestar muy inespecífico, sensación de mareo, una opresión en la mandíbula, incluso en las muñecas a veces… depende mucho de persona, incluso también del sexo. Las mujeres tienen manifestaciones un poco diferentes y es algo que hay que tener muy presente. No es tan habitual el dolor del pecho, sino más bien dificultad respiratoria súbita. Pueden notar presión en las muñecas y en la mandíbula, y muchas veces un malestar general. Esto hace que a veces el diagnóstico del infarto se retrase en las mujeres, y si el infarto se atiende más tarde el pronóstico es peor.

–¿Cómo se diferencian esos síntomas de un ataque de ansiedad?

–Hay patologías que se manifiestan con esos síntomas. Hay problemas digestivos en los que se nota cierta presión por un espasmo en el esófago o también pueden darse en cuadros de asma o de ansiedad. Para saber el diagnóstico hay que ir a un hospital. En una persona joven, sin factor de riesgo cardiovascular, la probabilidad de que tenga un infarto es bajita, pero en un varón de 65 años fumador, hipertenso y diabético, pues es mucho más alta.

–De mayor a menor ¿Cuáles son los factores de riesgo?

–El principal factor de riesgo para sufrir un infarto agudo es el consumo de tabaco y es especialmente preocupante en gente joven, que ha perdido un poco el miedo a fumar. Hay que tener en cuenta que el riesgo aumenta a partir de cualquier número de cigarrillos. Hay pacientes que me dicen que fuman poco, que es como decirme, mira, yo es que yo me tomo nada más que una dosis pequeñita de cianuro. Da igual. El hecho de fumar ya de por sí es un riesgo cardiovascular. Obviamente, cuanto más se fume más probabilidades. Después del tabaco estarían el sobrepeso y la obesidad, que muchas veces van unidos a otros factores de riesgo cardiovascular: la diabetes tipo 2, la hipertensión y el colesterol.

–¿Qué niveles de colesterol debería tener una persona sana y alguien con riesgo cardíaco?

–Es muy importante diferenciar entre un paciente sano y uno que ha tenido un infarto. Hay pacientes preocupados porque tienen el colesterol por encima de 200, pero hay que saber cuánto tienen de colesterol bueno y cuánto de malo. Un HDL (colesterol bueno) de 110 ya lo querría yo para mí, y en la suma global te puede salir 210 de colesterol, pero es un perfil bueno. Hay que mirar el LDL (colesterol malo), que en pacientes sanos debe estar en torno a 100, y en los que ya han tenido algún evento cardiovascular, pues casi a la mitad, en torno a 55.

–¿Cómo podemos aumentar el colesterol bueno?

–Con dieta mediterránea, legumbres, verduras, fruta, pescado… evitando el sobrepeso, y con ejercicio físico, que es fundamental. Basta con salir a caminar una hora todos los días a un ritmo cómodo para respirar, pero que dificultaría mantener una conversación. Andar no es pasear. Ese es el nivel de intensidad de ejercicio que hay que hacer. Ni más ni menos.

–¿Hay otros factores que elevan el riesgo cardiaco?

–Lo más importante en el infarto agudo es atenderlo lo antes posible. El infarto se produce porque una placa de colesterol se rompe, se crea un trombo y la arteria se cierra. Hay que abrir esa arteria y recuperar el flujo sanguíneo, porque las células que dependen de ella mueren si no se trata de manera precoz. Eso lo hacemos en la sala de hemodinámica y la técnica que se emplea es la angioplastia primaria, que consiste en meter un catéter por la arteria radial, llegar a la zona del corazón donde está la arteria obstruida y, mediante unas técnicas de dilatación, abrir la arteria lo más rápidamente posible. Cuanto más rápidos seamos, más células cardíacas salvamos y mejor será el pronóstico del paciente. En Quirónsalud Málaga, somos el único centro privado de Andalucía que dispone de dos salas de hemodinámica.

La tecnología actual nos permite hacer seguimiento remoto a otros pacientes que tienen un marcapasos o un desfibrilador y recibir información en tiempo real en el hospital. Así si vemos algún problema les llamamos inmediatamente para que vengan.

–¿Cuáles son los mejores deportes para la salud del corazón?

–Los mejores son los deportes tipo aeróbico: andar, correr, nadar, bicicleta... Los ejercicio isométricos con pesos altos aumentan la masa muscular, pero también aumentan la presión arterial. Lo ideal sería combinar los dos, pero con cargas leves o moderadas.

–¿Cuándo hay que hacerse una revisión cardiológica?

–En personas jóvenes sin síntomas no es necesario. Si hay factores de riesgo cardiovascular habría que hacerse un chequeo en el cardiólogo y, si está todo bien, pues repetirla cada cinco años. Y en deportistas aficionados lo que más nos preocupa a los cardiólogos es esa gente que ha tenido una vida bastante sedentaria durante la juventud y al llegar a los 40 años se ponen a correr maratones. Esos pacientes y los que van a hacer deporte de alta intensidad sí tendrían que hacerse una revisión. Nosotros tenemos una unidad de cardiología deportiva en la que asesoramos a los pacientes sobre la actividad que pueden realizar. En el deporte no hace falta mucha intensidad, hay que ser constante.

-¿Cómo afectan los malos ratos, el estrés y el desamor al corazón?

-El estrés es un desencadenante de una patología que tienes de base, pero no solamente a nivel cardiovascular, sino también a nivel autoinmune. Hay que saber gestionarlo. Y, evidentemente, el desamor es un estrés.

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