Andrés Bernete: «La masculinización facial no duele y aporta un aspecto más varonil a la cara»

-En su clínica los pacientes masculinos suponen un 90 por ciento. Eso no es habitual, pero sí que cada vez haya más hombres incorporados a la estética. ¿Qué ha cambiado?

-Han tenido que ver mucho los medios de comunicación, las redes, los programas de televisión... Ello ha hecho que el hombre incorpore la estética, el autocuidado, el que se realicen esas cosas y le den más visibilidad... Y hoy en día el hombre y la mujer nos cuidamos por igual.

-Y además ahora la gente cuenta lo que ha hecho. Antes no.

-Exactamente, lo hacemos con naturalidad. Antiguamente hablar de medicina estética era un tabú y a día de hoy se utiliza y se habla. De hecho, la Sociedad Española de Medicina Estética afirma que el 50% de la población española ya se ha realizado algún tratamiento.

-Estamos hablando de la medicina estética en los hombres. ¿Cuáles diría que son los tratamientos favoritos de ellos o los que más hacen en la clínica?

-En la clínica somos especialistas en el tratamiento de masculinización facial, y es uno de nuestros tratamientos clave. Es el tratamiento de hacer que la mandíbula y que los rasgos masculinos queden más definidos, haciendo un ángulo mandibular mucho más marcado, dando un aspecto más varonil y más gruesa la mandíbula. Cuando la mandíbula se hace más prominente, queda mucho más varonil.

-Habrá mucha gente que piense que para todas estas cuestiones hay que pasar por un quirófano, y no es así.

-Los tratamientos que realizamos son medicina estética sin tratamiento invasivo, es decir, que no tiene cirugía. Allí en la clínica hacemos otro tipo de tratamientos de cirugía menor, como algunos incluidos dentro del nuevo servicio de dermatología y el de trasplante capilar, que también es el tratamiento estrella en hombres.

-Hablábamos de la masculinización facial. ¿Duele?

-La masculinización facial no duele. De hecho, si la masculinización facial molesta es que no se está haciendo en el plano correcto, porque este tratamiento se hace con cánula, no se hace con aguja y eso hace que sea indoloro. Además, ha hecho que transporte el producto hasta zonas más profundas, abarcando más territorio y siendo menos doloroso, nada traumático e invasivo y casi que no queda hematoma. En esto de la medicina estética, lo que es con aguja da más juego a que pueda dar hematoma y con la cánula nos ahorramos bastante el proceso.

-¿Cuánto tarda en realizar una masculinización facial? ¿Se puede hacer vida normal a continuación?

-La valoración debe llevarse a cabo en medicina estética por un médico que determine el número de viales que requiere. Normalmente yo siempre digo que para que una masculinización, aunque sea una cara muy finita, hace falta un mínimo de tres viales y luego ir aumentando dependiendo de la cara del paciente. Se hace normalmente en unos 45 minutos, en un proceso que no es doloroso para nada, y tras el cual se puede hacer vida normal.

-Más allá de la masculinización facial, ¿qué otros tratamientos son los más recurrentes?

-Labios y neuromoduladores; en el caso del primero, tanto para aumento como para hidratación. Mire, hay personas que no quieren que sus labios se voluminicen, sino que lo que quieren es un poquito de hidratación, que el labio esté más jugoso. Y luego están los neuromoduladores, que se utiliza para la frente, el entrecejo y las patitas de gallo, relajando las arrugas por un tiempo y dejando una imagen del tercio superior.

-Entiendo que el resultado depende mucho del médico. En otras ocasiones me ha comentado que en su caso no le gusta en exceso la artificialidad.

-Lo que es mi sello de la medicina estética es un sello de medicina estética muy natural. Aparte ya no solamente como médico estético, sino también como profesor universitario siempre a mis alumnos y colegas médicos, intento llevar ese sello y que lo aprendan. Una medicina estética muy natural en la que el paciente se vea mejor, que le digan que le ven mejor, pero que no sepan exactamente qué es lo que se ha realizado. Para mí eso es lo bonito de la medicina estética, porque cumplir años hay que cumplirlos con dignidad, pero siempre un poquito mejor.

-¿Hay una edad para empezar con la estética?

-Para mí una edad buena para empezar en la medicina estética sería a partir de los 20 años, viendo que hay un problema detrás, es decir, viendo que tengo un labio muy finito y quiero tenerlo un poquito más de la manera natural en la que trabajo. Que tengo un mentón muy retraído y quiero tenerlo un poquito más marcado, pues vale. Y si no, a partir de los 25 años para mejorar y para prevenir el envejecimiento, me parece una edad buenísima. ¿Qué ha pasado con esto? Que el intrusismo también está detrás y ha crecido exponencialmente.

-¿Sigue existiendo lo de hacerse tratamiento en la trastienda de una peluquería?

-Pues creo que sí. Afortunadamente tenemos a las instituciones, que está detrás de todo ese intrusismo y también a la Sociedad Española de Medicina Estética, que verdaderamente hace una labor increíble en el mundo del intrusismo.

-Hablemos también de prevención. ¿Cómo de importante es el uso de cremas?

-Para mí hay cuatro productos que son súper importantes. Primero la limpieza, tanto por la mañana como por la noche. Una buena limpieza facial con su gel, que lleva su óleo y que lleva también su agua tónica. Después, para mí la vitamina C es clave, porque va a hacer que nos dé una luz a la piel increíble. Después voy a ampliar el efecto pantalla que tiene el fotoprotector y el poder antioxidante de la vitamina C, consiguiendo todavía mucha más luz. El retinol, que quita las manchas... Esos cuatro o cinco productos que le digo tienen que ser una rutina básica tanto en hombre como mujer. Es que cambia la textura de la cara, cambia el cuidado y la prevención. Se nota mucho aquella persona que viene y se realiza un inyectable con dos o tres viales de ácido y usa las cremas, porque eso hace que le aguante más, que se vea la piel más bonita.

-Estando en Torremolinos y teniendo un 80 o 90% de hombres, entiendo también que el colectivo LGTBI es un colectivo del que tiene muchos pacientes.

-La verdad que lo que es el colectivo LGTBI, dado el enclave que tiene la clínica -en La Nogalera- es muy protagonista en nuestros tratamientos. Tenemos muchísimo paciente LGTBI, la verdad, y estoy encantado de tratar a este paciente. El paciente se siente identificado con el propio médico. al estar dentro del colectivo le doy más visibilidad y lucho por nuestros derechos, por supuesto.

-Y además un tema importante. Hay tratamientos específicos para personas trans.

A mí me encanta realizar tanto la feminización en aquel paciente trans como la masculinización, también para estos mismos pacientes. Protagonizas un cambio muy bonito sin tener que recurrir a la cirugía, que a veces también ayuda. La medicina estética ha hecho un papel fundamental en estas personas. Aunque quiero dejar claro que la medicina estética en el hombre -sea o no trans- bien realizada de una manera natural, nos ayuda a vernos mejor.

-¿Es la medicina estética para todos los públicos?

-A día de hoy es verdad que la medicina estética es para cualquier tipo de público. Antiguamente decían que solamente un tipo de clase podía acceder. Hoy en día no es así, el acceso es bastante llevadero. Aunque sí es verdad que no escatimo nunca en lo que es el producto. Por lo tanto, si me viene un paciente y me dice que el producto en otra clínica tiene un precio inferior, yo le voy a decir que no me importa porque no voy a escatimar en la calidad del mismo.

-¿De qué cree que estaremos hablando en cinco o diez años? ¿Cuáles van a ser las tendencias en la medicina estética?

-Son bastante claras a futuro. Exosomas y enzima recombinante.

-¿Y traducido a nivel práctico?

-Enzimas que nos van a ayudar al adelgazamiento de la piel, a que nos veamos con la cara más afinada, la celulitis, la papada... solamente con lo que serían inyecciones de un tratamiento de enzimas que hacen que mejoren esas partes. Y los exosomas, que van a ayudar a hacer regeneraciones epidérmicas en la piel. Son los nuevos tratamientos del futuro, aunque todavía muy poco escuchado aquí en España. Aunque el inyectable, el ácido hialurónico y los neuromoduladores, creo que van a ser los reyes siempre.