![Lorenzo Zaragoza explica que los juanetes son más frecuentes en mujeres por el tipo de calzado que usan](https://s3.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/2025/02/10/1491964872_1-RrwOUPuqAdzTZMqjX11ySUK-758x531@Diario%20Sur.jpg)
Podólogo y gerente de la Clínica Zaragoza de Málaga
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Podólogo y gerente de la Clínica Zaragoza de Málaga
«La principal ventaja de la cirugía mínimamente invasiva del pie es que los pacientes se van andando del quirófano», explica Lorenzo Zaragoza, podólogo y gerente de la Clínica Zaragoza de Málaga. El 90% de los juanetes se pueden intervenir con esta técnica, aunque no siempre es necesario operar: «Si no duele y no provoca un problema funcional en el pie no hace falta».
–¿Qué es la cirugía mínimamente invasiva del pie?
–Es una técnica de cirugía que corrige las deformidades del pie. La operación se hace a través de incisiones de dos o tres milímetros por las que se introduce un instrumental específico.
–¿Qué ventajas tiene respecto a la cirugía tradicional?
–La ventaja sobre la cirugía abierta es que no requiere hospitalización. Se hace en régimen ambulatorio, con anestesia local ecoguiada. Además, no se emplean tornillos o agujas para fijar las correcciones, sino que se hace mediante unos vendajes funcionales. Así, la recuperación es más rápida, menos dolorosa y con menos inflamación. La principal ventaja es que los pacientes se van andando del quirófano, incluso queremos que sea así, porque es la manera en la que el pie va a quedar más funcional y la recuperación será más rápida.
–¿Qué tipo de dolencias se pueden tratar con esta cirugía?
–La más frecuente es el juanete, que es la desviación del primer dedo sobre el primer metatarsiano, que puede ir asociado a un dolor en esa zona. También se tratan con cirugía mínimamente invasiva los dedos en garra y en martillo, el espolón calcáneo, la fascitis plantar, y el neuroma de Morton, que es una patología que está ahora muy de moda, porque la tuvo la reina Letizia.
–¿Para quién está indicada?
–Para cualquier paciente. La única contraindicación es que tengan un problema circulatorio grave. Incluso los pacientes diabéticos pueden beneficiarse de esta técnica, ya que al hacerse con pequeñas incisiones tienen menos riesgo de infección.
–¿Por qué aparecen los juanetes? ¿Se pueden prevenir?
–Hay varios factores. En primer lugar por la pisada del paciente: puede haber un exceso de pronación (volcar los pies hacia adentro), un pie plano que predispone a tener un juanete. Este tipo de pisada puede heredarse, lo que aumenta el riesgo de padecerlo. Otra de las causas es el calzado inadecuado, estrecho o con mucho tacón y una debilidad muscular de la planta del pie. Es muy importante trabajar la musculatura plantar, aunque no suele hacerse. Hay ejercicios específicos que nos puede mandar el podólogo o el fisioterapeuta: rodando una pelota, haciendo flexiones sobre un escalón, trabajando con goma elástica.
–¿Es recomendable caminar en casa descalzos?
–Sí. No hay problema en caminar a ratos descalzos en casa. Y luego lo vamos a prevenir llevando un calzado adecuado.
–¿Es más frecuente en mujeres?
–Sí. Por el tipo de calzado que usan.
–¿Los juanetes hay que operarlos aunque no duelen?
–No, no siempre hay que operar un juanete si no produce dolor o un problema funcional en el pie. Ahora, cuando el juanete progresa y genera otras desalineaciones en otras estructuras del pie como son los dedos y provoca dedos en garra sí que sería necesaria una cirugía.
–¿Cómo es la operación? ¿Y el postoperatorio?
–Se hace con anestesia local y con incisiones mínimas. Se puede operar tanto el juanete como patología asociada, las metatarsalgias y los dedos en garra . Luego ponemos un vendaje especial y un zapato postquirúrgico para que el paciente camine con él. El postoperatorio no es doloroso y sólo hay que tomar analgésicos leves y hacer una primera cura una semana después. Desde el principio le permitimos que camine todos los días un poco hasta las 4 ó 7 semanas que le damos el alta y retiraremos los vendajes. Antes de eso hay que hacer una rehabilitación para adelantar la consolidación ósea, desinflamar y quitar dolor. A partir de las 6 ó 7 semanas el paciente puede hacer vida normal y para hacer deporte hay que esperar tres meses como mínimo.
–¿Y cualquier tipo de juanete se puede operar por esta técnica?
–El 90% de los casos se pueden beneficiar de esta cirugía, dependiendo de la gravedad de la deformidad y de las características del paciente, pero siempre que consigamos hacer el pie más funcional va a estar indicada . Desde el punto de vista estético, en la mayoría de los casos la deformidad va a desaparecer por completo, aunque dependiendo de la gravedad se consiguen mejores resultados en unos casos que en otros. El pie va a caber mejor en el zapato y va a ser más funcional para poder hacer una vida normal y sin dolor
–¿Qué es la fascitis plantar y por qué se produce?
–Se produce por un engrosamiento de la fascia plantar, una estructura de colágeno que recubre la musculatura de esa zona, que va desde el talón hacia los dedos. Puede ser por una sobrecarga de esa estructura, un pie plano, sobrepeso o una subida de peso repentina y también por practicar ejercicio de alto impacto sin estar preparados.
–¿Cómo se trata y cuándo es necesaria la operación?
–Hay que hacer una buena valoración ecográfica y un estudio biomecánico de la pisada. Puede haber desde un engrosamiento o una inflamación hasta una rotura parcial o total de la fascia plantar. El tratamiento inicial puede hacerse con electrólisis para regenerar ese tejido, infiltraciones de factores de crecimiento, plasma rico en plaquetas… Luego es importante la rehabilitación, la fisioterapia con ejercicio, y las plantillas también van a ser otro tratamiento personalizado en el caso de que haya un problema en la pisada. Cuando ya hay una fascitis crónica de más de 12 meses de evolución y han fallado los tratamientos iniciales nos planteamos la operación
–¿Cómo es la intervención?
–Con anestesia local. A través de una aguja se hacen unos cortes sobre una parte de la fascia para liberar tensión y que vuelva a cicatrizar ese tejido. Le asociamos las infiltraciones de plasma a esa intervención y luego hacemos también rehabilitación. Eso elimina el dolor y si hemos hecho un buen estudio previo, si tenemos que poner unas plantillas personalizadas para el problema en particular de un pie plano, un pie pronado u otra patología, pues eso nos hará que no vuelva a suceder. Una vez que eliminamos el dolor del paciente, no tiene por qué volver la fascitis.
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