El Valle del Genal presume de otoño

Entre los últimos días de octubre y los primeros de noviembre, el Valle del Genal sufre una de las metamorfosis más coloridas de Andalucía. Es en esta época del año, en pleno ecuador de octubre, cuando esta zona de la Serranía de Ronda muestra esos los colores ocres que le hacen presumir de ese ‘otoño de cobre’.

Precisamente, en esos días en los que comienzan a caer las hojas de los castaños, que es predominante en pueblos como Pujerra o Igualeja, se celebra una de las competiciones deportivas más duras de Andalucía, la Gran Vuelta Valle del Genal.

Tanto los días 27 y 28 de octubre como los días 3, 4 y 5 de noviembre, cientos de corredores disputarán en cuatro modalidades una competición que invita a conocer los encantos de esta subcomarca noroccidental de Málaga.

El trazado al que se tendrán que enfrentar los deportistas participantes será en esta edición tan duro si cabe como en las anteriores. A lo largo de 130 kilómetros, los corredores (salvo los que compitan en la modalidad trail el primer fin de semana) pasarán por los 15 municipios que integran lo que se conoce como Valle del Genal.

Para ello tendrán que enfrentarse a un desnivel positivo de casi seis mil metros a través de senderos y caminos con siglos de historia, antaño frecuentados por viajeros y arrieros. De esta forma, conocerán de una forma muy intensa el encanto que tiene esta zona de la provincia de Málaga en su estación más intensa.

Entre encinas, alcornoques y castaños, los participantes en esta quinta edición pasarán por carriles forestales, antiguas cañadas y angostos caminos que servían antaño para unir a los distintos pueblos de esta comarca.

Gracias a ello, podrán conocer perspectivas únicas y constatar la interesante biodiversidad de este valle, que está situado entre importantes espacios protegidos, como el paraje de los Reales de Sierra Bermeja o los parques naturales de la Sierra de las Nieves, Sierra de Grazalema o los Alcornocales.

También será una buena ocasión para conocer sus coquetos y acogedores pueblos, que en su mayoría no sobrepasan los quinientos habitantes, pero tienen un interesante legado histórico.