Mujeres de la asociación Amanecer asando castañas.

La Ureña, el 'halloween' autóctono que se conserva en Fuente de Piedra

El próximo 31 de octubre en este pueblo se volverá a recordar esta antiquísima tradición

Lunes, 28 de octubre 2019, 00:05

Resulta muy complicado resistir a las influencias anglosajonas de Halloween, pero en el pueblo de Fuente de Piedra han conseguido que cada 31 de octubre allí se recuerde otra tradición más autóctona. Se trata de la Ureña, una fiesta que en su día fue ... muy popular no sólo en este municipio sino en otros de Andalucía.

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Muy poco se sabe sobre sus orígenes, pero, al menos se conoce que fue una costumbre que solía tener lugar entre los días 1 y 2 de noviembre (Todos los Santos y Difuntos) en muchos pueblos del interior. Los protagonistas eran los monaguillos. Éstos se turnaban con el cura para repicar durante esas jornadas las campanas. Para mitigar ese esfuerzo, en la víspera, el 31 de octubre salían a pedir, casa por casa, productos alimentarios que llevarse a la boca mientras llevaban a cabo su cometido desde la torre de la iglesia.

Eso sí, lo que conseguían no eran precisamente caramelos sino productos de temporada: castañas, nueces, carne de membrillo, dulces caseros o cualquier otra elaboración casera propia de esas fechas. Como recuerda Charo Castillero, de la asociación Amanecer de Fuente de Piedra, «antes era costumbre incluso que se dieran productos de las pequeñas huertas que había en cada hogar».

Para que no caiga en el olvido esta singular costumbre, desde el año 2003 en el pueblo de Fuente de Piedra se celebra cada 31 de octubre una fiesta popular en la que se implican distintas generaciones. En la plaza principal del pueblo, allí donde se encuentra la genuina 'fuente de piedra', se reparten por la tarde noche chocolate, castañas asadas y magdalenas elaboradas para la ocasión por Amanecer, un colectivo de mujeres que apoya al Ayuntamiento en esta iniciativa desde hace más de una década y media. Allí, además de la suculenta merienda, se celebra un pasacalle del terror.

Cada 31 de octubre la asociación Amanecer elabora unas 500 magdalenas para repartirlas en la plaza de la Constitución. Abajo, también es costumbre que se hagan gachas en La Ureña y la asociación de mujeres se encarga de hacer y repartir las magdalenas.

«Está claro que no es como antes, porque los monaguillos antaño salían casa por casa por necesidad, pero queremos con este evento que esa costumbre se recuerde», explica Castillero. La secretaria de esta asociación explica que allí intentan no usar la palabra 'halloween' y en su lugar siempre dicen 'La Ureña'. Eso sí, no resulta tarea fácil con los más pequeños, que se disfrazan y van casa por casa a pedir con la conocida pregunta de «¿truco o trato?».

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Sin embargo, La Ureña, que se podría considerar como un 'halloween' autóctono de éste y otros pueblos de interior en Andalucía, tenía su propio diálogo entre los monaguillos y aquellos que les abrían la puerta en cada hogar. Los niños solían decir: «¿Me da usted La Ureña?». Como en la tradición anglosajona, la respuesta podía ser positiva o negativa. Si el propietario de la casa se negaba a darle alguno de los productos típicos en esas fechas, tenía que replicar lo siguiente: «Coge un borriquillo y ve por leña». Con esa expresión, se le venía a decir al monaguillo que se buscasen otro trabajo para poder alimentarse.

En la tarde noche del 31 de octubre se usa la palabra Ureña en lugar de Halloween

Además de los propios villafontenses, a esta cita con la tradición más autóctona suelen acudir cada año muchos visitantes de otros pueblos y ciudades de Andalucía.

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Esta costumbre, de hecho, aún se menciona en otras localidades, como en Cuevas de San Marcos, donde había otros matices distintos. De hecho, allí los monaguillos llegaban incluso a echar agua benita sobre las fotos y las estampas de santos en los hogares. Además, el diálogo era muy diferente. Allí los acólitos solían cantar lo siguiente: «¡Ureña, Ureña¡ Vamos por la leña! ¿Hay Ureña?». Si la respuesta era negativa, respondían esto. «En esta mala casa, al infierno vayan, vayan, las ventanas son de alambre y las puertas de cartón». En cambio, si recibían productos, respondían «En esta buena casa a la gloria vayan, vayan, las ventanas son de hierro y las puertas de madera».

Las castañas se preparan previamente.

Otros pueblos malagueños donde hay constancia de que se seguía esta costumbre son Casabermeja y Villanueva del Rosario.

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