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Una vez que se llega a la cumbre es recomendable esperar para ver el amanecer desde el Este. J. A.
Trepidantes subidas a La Maroma bajo la luz de la luna llena para evitar el calor

Trepidantes subidas a La Maroma bajo la luz de la luna llena para evitar el calor

Canillas de Aceituno ·

Miércoles, 10 de agosto 2022, 00:05

Experiencia previa, una notable condición física y no tener miedo a la oscuridad. Son algunas de las cualidades necesarias para quienes quieren hacer frente a uno de los retos más originales del verano en la provincia de Málaga, una subida nocturna a la cumbre de La Maroma, en sierra Tejeda.

Son varios los caminos que llevan hasta esta mítica cima, que con más de dos mil metros de altitud sobre el nivel del mar es conocida por ser el 'techo' de la provincia de Málaga. Por la cara norte, por territorio de Alhama de Granada, es posible subir desde el área recreativa de El Robledal. Posiblemente, sea la opción menos dura y, por tanto, la más recomendable para los menos habituados a este tipo de actividad durante la noche.

Una segunda opción es la ruta que parte desde el área recreativa del Alcázar, en el término municipal de Alcaucín, para ascender después por la cara norte hasta esta cumbre, con una dificultad ligeramente mayor a la anterior.

Otra tercera opción, más compleja y exigente desde un punto de vista físico y técnico, es la que sube por las Llanadas de Sedella.

Además de la dureza que ofrece el ascenso, tiene la dificultad añadida de hacerse con poca luz

Por último, con una dificultad intermedia entre las dos últimas y con una salida desde un casco urbano, se puede optar por salir desde el pueblo de Canillas de Aceituno. En concreto, junto a su Ayuntamiento, se encuentran las primeras indicaciones para comenzar el ascenso a esta cima de sierra Tejeda.

Entre las ventajas que tiene esta última opción está la mayor iluminación de la luna durante la subida. Preferentemente, ésta debe ser llena, aunque también puede ser creciente o menguante, siempre y cuando esté a pocos días, antes o después, de la plenitud de este satélite.

Otro factor importante para acometer la subida desde Canillas de Aceituno, es la salida desde un casco urbano, lo que permite, por ejemplo, avituallarse a última hora en casos de olvidar bebida o comida, o la comodidad de dejar el vehículo estacionado en un pueblo.

Lo recomendable es hacer la ruta con empresas de turismo activo homologadas, que suelen ofrecer este tipo de excursiones a grupos relativamente reducidos, lo que permite disfrutar más de la experiencia. También hay grupos de amigos y familiares que preparan estas rutas bajo la supervisión de una persona cercana y con experiencia previa.

Los que se atreven a subir a La Maroma de noche, en pleno verano, cuando en muchos municipios del entorno se están celebrando fiestas patronales o verbenas, tienen que ir preparados adecuadamente para que esta aventura no se convierta en una auténtica pesadilla.

«Hay que llevar un calzado adecuado para este tipo de subidas por montaña, que tampoco debe ser demasiado pesado, ya que el camino se hace en pleno verano», explica Ricardo Pastor, uno de los muchos excursionistas que han subido hasta esta cumbre en pleno verano aprovechando la luz natural de la luna.

También es fundamental llevar una ropa ligera para el camino, pero, como advierte Ricardo, según se va subiendo, las temperaturas son mucho más bajas, hasta el punto que se hace necesario algún abrigo, que habrá que echar en la mochila.

Otro elemento importante es la iluminación artificial, que sirve para momentos puntuales, en los que, por ejemplo, se pasa por debajo de espesas arboledas, con lo que se pierde la iluminación natural de la luna.

El ojo humano, poco a poco, se va adaptando a la poca luz y va requiriendo en pocas ocasiones de este tipo de ayudas lumínicas.

El pueblo del Saltillo, el chivo y la morcilla

Canillas de Aceituno no es sólo un destino idóneo para comenzar un trepidante ascenso nocturno a la cumbre de La Maroma. También es un lugar propicio para otras experiencias, como la degustación de productos y platos de calidad.

Entre estos últimos está el chivo lechal al horno de leña, que se ha convertido en los últimos años en un auténtico reclamo para quienes buscan carnes de calidad elaboradas de la forma más tradicional posible. Tanto en La Sociedad como en el Bodegón de Juan María, se puede reservar con antelación para disfrutar de este auténtico manjar de Canillas de Aceituno. No es el único, ya que allí también se hace la conocida como morcilla canillera, un embutido que se elabora artesanalmente en las dos carnicerías del pueblo.

Además, en los últimos años, este pueblo se hecho más conocido aún por el vertiginoso puente colgante en el paraje de El Saltillo, un enclave por donde pasa la etapa de la Gran Senda de Málaga que une a Cómpeta con esta localidad.

También es recomendable empezar la subida a última hora de la tarde, cuando el sol apenas aprieta, pero ilumina y ayuda a subir los primeros metros. Así lo ideal en el caso de la subida a Canillas de Aceituno es llegar en la puesta de sol a la zona conocida como La Rábita, para disfrutar también de una panorámica de gran belleza, ya sea para retratarla con un objetivo o para guardarla en la retina.

Como en cualquier actividad de senderismo o montañismo, también se hace necesario llevar agua –bastante, por ser verano– y alimentos que supongan una importante ingesta calórica para no desfallecer. Entre ellos, los más recomendables son los frutos secos o y las barritas energéticas.

Tras llegar a La Maroma, normalmente en la madrugada (se tarda una media de cuatro horas sólo en la subida, con los descansos incluidos), hay quien opta por pernoctar en un saco de dormir, descansar y esperar al amanecer, para lo cual hay que caminar unos cuantos metros en dirección este, ya que por allí sale el sol. Es una de las grandes sensaciones que ofrece esta pequeña aventura en sierra Tejeda.

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