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Trece datos sorprendentes del Torcal de Antequera

Trece datos sorprendentes del Torcal de Antequera

Pese a ser uno de los parajes naturales más notables de todo el país, hay muchos aspectos y datos anecdóticos de este enclave que no son tan conocidos

Lunes, 11 de mayo 2020, 00:36

El Torcal de Antequera es uno de los parajes naturales más notables de todo el país. Su singular geología, su ubicación y su biodiversidad hacen que sea uno de los enclaves ecológicos más conocidos de la provincia de Málaga. Desde julio de 1929 goza de la declaración de 'sitio de interés nacional', lo que hoy se traduce como paraje natural.

Aunque hoy sea un lugar muy famoso entre los malagueños y los que suelen visitar el interior de la provincia, hay muchos aspectos y datos anecdóticos que no son tan conocidos. Desde su origen geológico al paso de distintas civilizaciones o el rodaje de películas hay muchas curiosidades en torno a este auténtico laberinto de piedra que emergió del fondo marino hace millones de años.

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    Formación geológica

El Torcal de Antequera tiene su origen en el fondo del mar. Hoy los vestigios más evidentes son las huellas de los 'ammonites' que se pueden ver en distintas zonas del paraje natural. El actual complejo kárstico, que es el segundo más importante de Europa, tiene su origen hace 200 millones de años en el mar de Tetis. Lo que hoy es un valioso paraje natural es fruto de un larguísimo proceso de sedimentación carbonada, que fue posible por la acumulación y el depósito de animales marinos. Así durante unos 175 millones se fue configurando este auténtico laberinto de piedra, que con el añadido de la erosión ha hecho posible que hoy las rocas adquieran formas muy singulares.

Aún se pueden ver 'ammonites' en el Torcal.
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    Prehistoria e historia antigua

Los primeros pobladores tuvieron en El Torcal de Antequera algo más que un lugar de paso. Hay yacimientos que confirman que hubo presencia humana en el Neolítico, como es el caso de los restos encontrados en la Cueva del Toro. Posteriormente, por allí pasaron íberos y romanos. Estos últimos incluso aprovecharon el Torcal de Antequera como cantera para abastecer a construcciones cercanas, como las antigua Antikaria (Antequera), Nescania (Valle de Abdalajís) y Oscua (en el territorio de Villanueva de la Concepción).

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    Edad Media

También el Torcal de Antequera fue usado como enclave durante el antiguo Al-Ándalus. Hay importantes vestigios, como el enterramiento de la Majada Larga o una cercana torre vigía en la vecina sierra de las Chimeneas, que así lo confirman. Pero,a demás, se sabe que el tradicional camino o paso de La Escaleruela, que se puede recorrer en una ruta de senderismo, fue un lugar de vital importancia para la zona. El lugar, que ya fue usado por los romanos, ejerció con los árabes como un auténtico paso aduanero a principios del siglo XV, entre los reinos de Castilla y Granada.

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    Edad moderna y contemporánea

En los últimos siglos la presencia humana en El Torcal de Antequera ha sido notable. Aunque en las últimas décadas ha sido sobre todo un enclave turístico, durante muchas centurias ha estado ocupado por el hombre. De hecho, el último poblado del que hay constancia es el conocido como el de las Sepulturas, donde vivían personas que trabajaban en el entorno, ya fuera con cultivos o ganado o con la extracción de piedras para la construcción. De hecho, aún quedan algunos restos de aquel poblado, donde se encuentra la conocida como 'Casa de Juan González Rubio', la vivienda que cobijó a uno de los últimos maestros picapedreros del Torcal.

Aún quedan vestigios de las últimas poblaciones en la zona, que datan de principios del siglo pasado.
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    Refugio natural

A lo largo de la historia, por sus características, El Torcal de Antequera fue un refugio para muchos habitantes de la zona. Además de la presencia de muchos pastores, el enclave fue usado para esconderse o cobijarse a bandoleros. También fue el lugar elegidos por muchos maquis tras la Guerra Civil y por muchos guerrilleros durante la invasión napoleónica. En esta sierra también se refugiaron muchos habitantes de la zona a principios del siglo XIX por epidemias de fiebre amarilla. También fue durante años punto de encuentro para contrabandistas.

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    Cantera

Hasta mediados del siglo XX, el Torcal de Antequera fue usado para la extracción de recursos geológicos para la construcción. De hecho, hay constancia de que sus piedras y áridos han sido usadas para importantes monumentos, como son las catedrales de Málaga y de Cádiz. También hay constancia documental de que se usaron para otros edificios religiosos, como la iglesia de las Angustias Recoletas de Antequera.

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    Rocas con nombre

Muchas de las formaciones geológicas que hay dentro del Torcal se asemejan hoy a animales o a objetos. A lo largo de los años los lugareños los han bautizado con denominaciones que guardan con su similitud. Así, en este paraje natural hay piedras con nombres tan curiosos como 'El Aguilucho', 'El Arco', 'El Ataúd', 'El Caracol', 'El Sombrero', 'La Maceta', 'El Púlpito' o 'El Tornillo'. Este último, además de ser uno de los más espectaculares, está declarado a su vez como Monumento Natural de Andalucía y es el emblema del propio paraje.

El Tornillo es la roca más célebre y representativa del paraje natural
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    Agricultura y ganadería

Aunque para muchos pueda parecer que es un lugar poco idóneo para el cultivo, el Torcal de Antequera ha llegado a tener un relativamente importante uso agrícola. Allí se han llegado a cultivar durante siglos, garbanzos, distintos tipos de cereales o incluso girasol. Entre los vestigios de ese uso todavía quedan eras (donde se trillaba el cereal) y bancales. Menos sorprendente es que la zona haya sido aprovechada hasta la actualidad para la ganadería. Cabras, vacas y ovejas (en cierta época, hasta cerdos) han sido durante milenios quienes más han recorrido y pastado en esta abrupta sierra caliza. Como testimonio de esa utilización, aún quedan algunos vestigios, como abrevaderos de piedra, apriscos y corrales, entre otros.

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    Caza

Desde el Neolítico hasta el siglo pasado, el Torcal de Antequera ha sido un lugar donde se ha practicado la caza de animales. Durante los primeros siglos para el abastecimiento humano y después como ocio. Hoy, desgraciadamente, ya no quedan algunas especies que en su día habitaron este paraje natural. Entre ellas, el ciervo y el corzo dos mamíferos de gran tamaño que son susceptibles de reintroducirse en esta sierra. A lo largo de la historia cinegética del Torcal, allí se han cazado jabalíes, cabras monteses, zorros, conejos, perdices, palomas bravías y tórtolas.

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    Fauna

La cabra montés y el zorro son hoy los mamíferos que más se dejan ver en el paraje natural del Torcal de Antequera, pero no son ni mucho menos los únicos. Se estima que hay en torno a una veintena de estos animales vertebrados. Entre ellos, hay jabalíes, tejones, comadrejas, conejos y topillos. En lo que se refiere a aves, hay mucha mayor variedad, con más de ochenta especies. Además del buitre leonado, que es el que mejor se avista por su tamaño y abundancia, hay muchas rapaces. Entre éstas, destacan el águila real, el búho real, el mochuelo, el águila perdicera o el halcón peregrino, entre otros. También hay otras especies singulares, como la collalba,, el cernícalo vulgar, el avión roquero, la chova piquirroja, el herrerillo común, el carbonero, el jilguero, el roquero solitario, o el escribano montesino, entre muchas otras. También hay una decena de reptiles, entre los que se encuentran la víbora hocicuda (venenosa), las culebras bastarda y de escalera, el lagarto ocelado o la lagartija ibérica.

Cabras monteses en el Torcal.
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    Flora

Desde el punto de vista botánico, el Torcal es un vergel de lo más variado. Allí hay más de 600 especies distintas, entre las que se incluyen líquenes y musgos. También hay una arboleda variada: Encinas, quejigos y arces, entre otros. También abundan los arbustos, como zarzamoras, espinos majoletos, saucos, peonías, rosales silvestres o endrinos. Un lugar muy destacado lo ocupa la hiedra, que sube por muchas paredes calizas de este enclave natural formando estampas únicas.

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    Observación astronómica

Por su ubicación, el Torcal de Antequera es un excelente lugar para ver el firmamento. Su altitud, que ronda los mil metros, y su escasa contaminación lumínica hace posible que hoy sea uno de los mejores enclaves para los aficionados a la astronomía. Junto al centro de visitantes del Torcal, hay hoy un observatorio dotado con potentes telescopios, entre los que se encuentra uno de cúpula que permitirá ver con nitidez planetas, estrellas y otros elementos del firmamento.

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    Escenario para películas y spots publicitarios

Su espectacularidad no ha pasado desapercibida para el mundo audiovisual. A lo largo de los últimos año han sido numerosos los rodajes de películas, documentales y spots de publicidad. Entre estos últimos, gracias a su sinuosa carretera de acceso y el entorno, se contabilizan muchos anuncios para prestigiosas marcas de automóviles y motocicletas, como Renault, Wolswagen, Porsche o Toyota. Entre los rodajes cinematográficos, destacan los de 'Rififí en Amsterdam' (1966), 'La quebrada del diablo' (1969), 'Riata' (1972), 'Furia de titanes' (1973) y 'Yerma' (1988). A ellos hay que añadir algunas series televisivas, como 'Curro Jiménez', 'La forja de un rebelde' o 'Emerald City', que utiliza el mítico e histórico paso de La Escaleruela como el camino que lleva hasta el fantástico mundo de Oz.

Su sinuosa carretera lo ha hecho escenario de muchos spots de vehículos

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