Siete municipios malagueños para visitar esta Semana Santa

Para disfrutar de procesiones o representaciones curiosas, pero también para ver sus paisajes o sus monumentos. La provincia de Málaga es un lugar idóneo para hacer escapadas durante la Semana Santa, gracias a la variedad de tradiciones religiosas y el complemento con otras visitas que se pueden hacer estos días en pueblos y ciudades del interior. Además de todo lo que se puede ver en la capital malagueña, merece la pena hacer incursiones por ciudades como Antequera o Archidona o pueblos como Riogordo o Casarabonela para llevarse una panorámica completa de lo que supone esta tradición en la provincia.

Es el primero de los pueblos de la provincia de Málaga que ofrece su propia representación teatralizada de la Semana Santa. Conocida como la Pasión de Casarabonela, esta puesta en escena es muy diferente al resto de las que se pueden ver en la provincia durante estos días, ya que se hace de una manera sobria, casi tenebrosa, dentro de la iglesia de Santiago. Como en ediciones anteriores, se podrá ver entre el Domingo de Ramos y el Martes Santo por la tarde noche. Para ello, habrá que comprar antelación la entrada, ya que el aforo es limitado al desarrollarse en el interior del templo. Además, tampoco faltan procesiones singulares a lo largo de la Semana Santa. Como complemento, se puede visitar un pueblo donde no faltan otros elementos religiosos, como ermitas u hornacinas repartidas por sus calles. A ello hay que unir arcos, fuentes e incluso chimeneas industriales. Eso sí, el vestigio más importante del casco urbano es lo que queda de su castillo, situado en el corazón del pueblo. Merece la pena acceder a él para ver sus restos y contemplar el paisaje que divisa. Además, Casarabonela cuenta con una interesante red de senderos, que permite acceder a enclaves como la cumbre de la sierra de Alcaparaín o al Tajo San Francisco, entre otros hitos de interés en su entorno.

Con la rivalidad de Verdes y 'Moraos', pero también con una manera de entender la Semana Santa que entusiasma a los visitantes. Esta tradición religiosa en la provincia de Málaga tiene uno de sus máximos exponentes en este pueblo del Valle del Guadalhorce, del que una vez se enamoró el escritor Antonio Gala. La agenda de procesiones y de la representación en vivo de la Pasión de Cristo abarca prácticamente todos los días desde el Domingo de Ramos hasta el de Resurrección. Al mismo tiempo, este pueblo ofrece al visitante un recorrido intenso por su rico legado histórico que, además de la iglesia de la Encarnación, o distintas ermitas, incluye vestigios medievales dentro y fuera del casco urbano. Entre estos últimos, están la torre alquería de Hurique, en el diseminado rural del mismo nombre, o el arco del Cobertizo, a espaldas de la mencionada parroquia. En el entorno se puede disfrutar de bonitas rutas de senderismo en la zona conocida como Fuente del Acebuche.

La ciudad del Torcal y de los Dólmenes es todo un hervidero en plena Semana Santa. Las tradiciones religiosas de esta localidad se plasman especialmente en sus calles estos días con costumbres tan llamativas como la de 'correr la vega', pero también con el recogimiento y la entrega que ponen los numerosos cofrades que se implican en el desarrollo de las procesiones y otros momentos álgidos de la Pasión. Aquí la agenda también es muy densa, pero permite también disfrutar del rico patrimonio histórico de Antequera, que, más allá del religioso, incluye también una arquitectura civil que abruma, con casas solariegas y palacios repartidos por el centro histórico. El recorrido monumental debe incluir, entre muchos otros histos, el Arco de los Gigantes, la Alcazaba, la Real Colegiata de Santa María la Mayor, el Museo de la Ciudad, el conjunto de los Dólmenes o la villa romana de la Estación. A ello hay que unir el rico patrimonio natural, que incluye parajes naturales como el Torcal de Antequera y sus distintas rutas de senderismo. También hay itinerarios muy originales que parten desde el propio pueblo, como el de las Arquillas, que llega hasta el hotel Convento de la Magdalena, o el de las Fábricas Textiles, en el que se recuerda el pasado industrial más reciente de Antequera.

La emblemática Plaza Ochavada es uno de los espacios urbanos que más brillan en la Semana Santa de Archidona. Allí se viven momentos especiales que los vecinos y visitantes se llevan en sus cámaras, móviles o retinas. No cabe duda de que las procesiones y otros momentos de la Pasión de Cristo en esta ciudad se viven de una forma muy especial, gracias al tesón y la ilusión que depositan cada año los muchos cofrades que hay en sus hermandades. Es uno de los destinos más idóneos para disfrutar de la Semana Santa. No sólo por sus tradiciones religiosas sino también porque verá una de las ciudades monumentales de la provincia de Málaga en el inicio de la primavera. En el casco urbano, además de la citada Plaza Ochavada, verá iglesias, un convento donde todavía se hacen dulces o incluso el colegio donde un día estudió Blas Infante. A ello hay que unir el pedazo de historia que aguarda en el cerro de la Virgen de Gracia, donde se conserva buena parte de un importante castillo en el período andalusí, donde comienza la leyenda de la Peña de los Enamorados. Allí, hay incluso una ermita que conserva parte de una anterior mezquita. Y, por supuesto, no faltan las vistas panorámicas. Otro aliciente para visitar estos días Archidona está en el senderismo, con la posibilidad de conocer la Hoz del Arroyo Marín en uno de los mejores momentos del año.

La ciudad del Tajo también entiende mucho devoción y entrega durante su Semana Santa. Muy conocidas son sus procesiones, que discurren en buena parte por su casco antiguo, uno de los más monumentales de Andalucía. Son muchas las imágenes de momentos especiales que se viven desde el Domingo de Ramos hasta el de Resurrección en la capital de la Serranía. Esa Semana Santa tan especial es también un buen motivo para disfrutar el resto del tiempo por sus plazas y calles. La Alameda del Tajo, el Puente Nuevo, el Palacio de Mondragón, la Casa del Gigante, el Museo Joaquín Peinado, los Baños Árabes o los restos de las murallas que un día protegieron a esta ciudad son algunos de los enclaves que hay que conocer en cualquier visita. Además, no hay que olvidar la importancia que el mundo del vino tiene para Ronda, con numerosas bodegas repartidas en su entorno, la mayoría de ellas visitables. Para caminar también hay muchas posibilidades, desde la ruta circular que parte del Puente Nuevo y baja hasta el Guadalevín para regresar de nuevo al casco urbano hasta los senderos lineales que llevan hasta enclaves como la ermita rupestre de la Virgen de la Cabeza.

El Viernes y el Sábado Santos son los días marcados en el calendario de muchos malagueños, que no quieren perderse una de las representaciones en vivo más famosa de Andalucía. El Paso de Riogordo aglutina cada Semana Santa a miles de personas tanto en la organización como en el público en un recinto creado para tal fin, en el perímetro del casco urbano. Riogordo ofrece además un recorrido ameno por sus calles, en las que habrá que detenerse para entrar en la iglesia de Nuestra Señora de Gracia o en la ermita de San Sebastián (también conocida como la de Jesús Nazareno). A ello hay que unir el Museo Etnográfico, una colección donde se retrocede a la vida cotidiana en el hogar y en el campo con enseres, herramientas y otras piezas muy singulares. Quienes quieran disfrutar del senderismo tienen varias opciones. Entre ellas, las que ofrecen los grandes recorridos de la Gran Senda de Málaga y la de la Axarquía, que hace que hoy este pueblo tenga etapas que lo unen con localidades vecinas, como Alfarnate, Alfarnatejo, Periana y Comares.

No tiene una representación en vivo como la que tiene la aldea veleña de Cajiz, que limita con él, pero este pueblo de la Axarquía bien puede presumir de tener una de las tradiciones más singulares de la Semana Santa de Málaga, en la que vecinos ataviados con túnicas y máscaras muy antiguas buscan la imagen del Niño Jesús cada Domingo de Resurrección. Es una de las imágenes más peculiares, pero no la única de esta tradición religiosa en Iznate, que, de hecho, comienza cada año la Semana Santa con la fiesta dedicada a su patrona, la Virgen de los Dolores. Pero, además, este municipio puede presumir de tener otros atractivos en sus propias calles o en el entorno. Así, antes de entrar en el casco urbano, hay que detenerse en la Fuente de los Tres Deseos, y antes de irse, hay que subir hasta la Loma de Barcos, uno de los mejores miradores de la costa oriental de Málaga. Este camino se puede hacer a pie, aunque con un importante desnivel en el último tramo. Eso sí, tanto esfuerzo merece la pena al poder ver a los pies una panorámica mediterránea inigualable. En los días claros se puede llegar a ver el continente africano.

*Otros municipios malagueños que no hay que perderse esta Semana Santa son Campillos, Álora, Arriate, Vélez-Málaga, Carratraca o Coín.

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