No tiene una declaración como parque nacional, pero le sobran motivos para serlo. Sierra Bermeja, esa singular formación montañosa del occidente malagueño, situada entre el ... Mediterráneo y el Valle del Genal, es uno de los grandes tesoros ecológicos que tiene el planeta. Hoy puede presumir de ser uno de los ecosistemas más singulares de la Península, en el que destaca tanto su geología como la adaptación de su flora y su fauna a una sierra abrupta en la que la peridotita se erige en protagonista. El color rojizo de sus tierras le ha valido desde hace siglos la denominación de Sierra Bermeja, en una zona de la provincia situada entre Casares y el río Verde.
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Entre otros aspectos, estas montañas son conocidas por dar a luz importantes cauces fluviales que llevan sus aguas tanto al Mediterráneo como al río Genal. En la franja situada entre Estepona y San Pedro de Alcántara, ya en Marbella, hay importantes ríos y arroyos, que, de una forma u otra, forman parte de las arterias que dan vida a este sorprendente territorio. El Castor, el Padrón, el Guadalmansa, el Guadalmina y el Guadaiza, entre otros.
Cada uno de ellos cuenta con una riqueza ecológica como paisajística. En muchos casos, las aguas cristalinas con fondo verde crean un sorprendente contraste cromático con el color bermellón con el que se identifica buena parte de esta sierra. Ocurre así, por ejemplo, en los tramos más altos de los ríos Castor y Padrón, relativamente cercanos entre sí. Mientras más se asciende río arriba, el color granate de Sierra Bermeja va adquiriendo mayor protagonismo. También puede parecer un lugar hostil, por las dificultades que entraña subir en muchos de sus tramos. Los cursos del Castor y del Padrón ofrecen resistencia a los excursionistas, ya que tienen caminos abruptos y, en ocasiones, resbaladizos, en los que se requiere cierta destreza y experiencia.
Pero, ese acceso complejo es precisamente propicia que sea un reducto de la naturaleza bien conservado, donde sólo unos pocos aventureros se adentran para disfrutar y observar ecosistemas que se antojan exóticos a tan sólo unos metros de la concurrida Costa del Sol. A lo largo de sus cursos, hay sobresalientes pozas de aguas cristalinas, como la conocida Charca de la Nutrias, que durante muchos años ha sido la piscina natural de muchos esteponeros.
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En las zonas más elevadas se pueden ver, en ocasiones, si se sube con sigilo, algunos ejemplares de la fauna propia de esta zona, como la cabra montés. Mucho más conocido es el río Guadalmina, que baja hacia el mar formando las Angosturas del Guadalmina, en el territorio de Benahavís. Para disfrutar de su curso, lo más recomendable es hacer algunos de los itinerarios homologados que hoy se pueden hacer, es decir, los senderos de la Acequia y de las Libélulas.
Tipo de excursión: Naturaleza.
Cómo llegar: Los accesos a estos ríos son complejos y se hace a través de carreteras secundarias tanto desde la costa como desde el interior.
Visitas: Charcos Encantado, Azul, de las Nutrias y de las Mozas.
El primero comienza en el puente de madera que se habilitó hace más de un lustro para cruzar esa garganta. El segundo tiene su inicio oficial en el propio casco urbano y pasa junto al embalse del Guadalmina. En cualquier caso, lo idóneo para esta época del año es recorrer estos itinerarios cuando menor incidencia del sol haya y, siempre, que no haya previsión de temperaturas muy elevadas.
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El Guadalmansa es otro de los ríos que atraviesan el territorio benahavileño. De hecho, su curso sirve en parte de camino para la subida al castillo de Montemayor, un itinerario más recomendado para las fechas en las que menos aprieta el sol. Al igual que los ríos anteriores, se puede hacer el descenso junto a su curso, donde sorprenden por su belleza y magnitud algunas de las charcas que se forman.
Por otra parte, el Guadaiza, al igual que el Guadalmina, cuenta con una presa de cierta envergadura. Hasta ese punto se puede llevar en vehículo para comenzar. Desde el embalse se puede subir junto al cauce del río a través de senderos limpios y cómodos, en los que hay frondosa vegetación.
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Pero, además de llevar sus aguas hasta el Mediterráneo, Sierra Bermeja también las aporta a la cuenca del Genal, por ríos y arroyos también de gran belleza y valor ecológico, como los arroyos del Quejigo y del Estercal o el río Almarchal. Así, en este tramo, el rincón más accesible es el conocido como Charco Azul.
A este lugar se puede llegar tanto desde Jubrique como desde Genalguacil, aunque la primera opción implica realizar una ruta senderista, mientras que la otra está muy próxima a la carretera de Peñas Blancas, que sirve para unir a Genalguacil con Estepona. Río arriba, desde el Charco Azul, se puede llegar hasta otras pozas notables, no sin cierta dificultad, como es el caso del Charco Encantado.
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En Coín, los días 17 de julio y 6 de agosto
Aunque la pandemia continúe activa, hoy es posible disfrutar de muchas actividades culturales en municipios malagueños. Así, el municipio de Coín ha preparado un programa con diferentes opciones para la época estival, en la que destaca especialmente las visitas guiadas al entro Antonio Reyna Manescau, que se encuentra en el interior del antiguo convento de Santa María de la Encarnación, rinde tributo a este universal pintor nacido en Coín en el siglo XIX.
Las próximas visitas guiadas tendrán lugar mañana 17 de julio y el viernes 6 de agosto, a las 20:30h. Todas las visitas son gratuitas y serán impartidas por la propia Fundación García Agüera. Más información e inscripciones en turismo@coin.es
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Júzcar, en la Serranía de Ronda
En el Alto Genal, se encuentra Júzcar, una pequeña localidad que, un buen día, se pintó de azul para ser Pueblo Pitufo, pero que hace ya unos años cambió de chip para ser un destino diferente. Bautizada como la Aldea Azul, sigue queriendo ser un destino de referencia para los más pequeños, con un equipamiento pensado para el disfrute de actividades al aire libre, dentro del propio casco urbano, como una ruta de la aventura y otra de grafitis, en la que se divertirán los más pequeños.
A ello hay que unir otras opciones en el entorno, como la posibilidad de hacer barranquismo en la Sima del Diablo o incluso enoturismo en la bodega exclusiva de la Fábrica de Hojalata.
En Antequera, hasta el 30 de septiembre
La ciudad del Torcal y los Dólmenes vuelve a acoger este verano su cita con la cultura, la naturaleza y la historia en sus frescas veladas. Se trata de una nueva edición del ciclo 'Luz de Luna', que, como el año anterior, se vuelve a adaptar a las circunstancias excepcionales de la actual pandemia mundial.
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A lo largo de los tres próximos meses se organizarán distintas actividades al caer la noche en sus principales monumentos y enclaves naturales.
Así en su programa están incluidas visitas guiadas y rutas senderistas por el Torcal de Antequera, talleres de arqueogastronomía en el Museo de la Ciudad, conciertos y observaciones astronómicas desde los Dólmenes o teatro en la Alcazaba, entre otras opciones.
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