Mijas Pueblo, la villa mediterránea que conserva su encanto

Mijas Pueblo, el germen de este municipio, que tiene costa, es hoy gracias a su particular apuesta una pequeña 'torre de Babel', refugio de cientos de extranjeros de distintas nacionalidades que han buscado algo más que un destino de playa.

Basta recorrer a pie las calles del casco antiguo mijeño para comprender que este enclave, uno de los pioneros del turismo de pueblos con encanto en Andalucía, ha sabido mantenerse en el tiempo con una oferta diversa e incluso llamativa.

El casco antiguo se puede andar cómodamente entre la ermita de la Virgen de la Peña, a un paso de la parada de los célebres burros-taxi, hasta las murallas del antiguo castillo árabe, que hoy ofrecen un paseo por un pequeño jardín botánico.

La población, que está protegido como Conjunto Histórico-Artístico desde hace ya más de medio siglo, ofrece un bonito recorrido por calles que se identifican con los pueblos blancos de raíces andalusíes, con el encanto añadido de sus vistas panorámicas al litoral.

Entre los enclaves más recomendados para visitar en cualquier época del año, están el santuario de la Virgen de la Peña (patrona de la localidad), una capilla excavada en la roca por frailes mercedarios en el siglo XVI.

Otra de las visitas más sugerentes es el Carromato de Max, una extravagante colección de sorprendentes miniaturas, que está a un solo paso del Santuario de la Virgen de la Peña. En un vagón que hace las veces se pueden encontrar miniaturas realmente inverosímiles, como una batalla naval en una cabeza de alfiler o una réplica de «La Última Cena» de Leonardo da Vinci en un grano de arroz.

Para conocer más sobre el pasado del pueblo se puede visitar también cerca de allí la Casa Museo de la Villa, una colección etnográfica de gran valor por sus piezas y enseres, que muestran modos de vida no demasiado lejanos.

A estos emplazamientos museísticos hay unir la plaza de toros, un coso taurino muy singular no sólo por haber sido excavada en parte sobre la roca sino también por su forma ovalada. Fue construida a petición de un grupo de vecinos e inaugurada el 8 de septiembre del año 1900.

En cualquier visita a la villa, no se debe obviar un paseo por el entorno de los jardines y las antiguas murallas de la fortaleza árabe -otro excelente mirador de la Costa del Sol- y la contigua iglesia de la Virgen de la Inmaculada, con sus evidentes rasgos mudéjares, complementan las visitas de interés de Mijas Pueblo.