![Maro, una idílica aldea junto a abruptos acantilados](https://s2.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/202106/10/media/cortadas/maro1-kWKB-U140665849241AZD-1248x770@Diario%20Sur.jpg)
![Maro, una idílica aldea junto a abruptos acantilados](https://s2.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/202106/10/media/cortadas/maro1-kWKB-U140665849241AZD-1248x770@Diario%20Sur.jpg)
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La aldea soñada existe. Se llama Maro y está entre los abruptos acantilados del mismo nombre y la Cueva de Nerja. Con esos límites fronterizos y con la ubicación de esta pequeña población frente al mar, poco más se le puede pedir a esta idílica ... villa de la costa de la Axarquía.
Situada entre las playas de la Caleta y del Barranco de Maro, esta población, adscrita al término municipal de Nerja, presume de un encanto especial. Sus cuidadas calles, su posición elevada respecto al mar o la blancura de sus fachadas atraen cada año a miles de turistas que buscan en este refugio mediterráneo un lugar para el sosiego y el disfrute.
Durante el antiguo Al-Ándalus, Maro fue una alquería dedicada sobre todo a la agricultura, sector que todavía sigue siendo fundamental para la economía local. Eso sí, actualmente los productos que predominan en la zona son muy diferentes a los de los pasados siglos, ya que abundan los subtropicales y los cultivos en invernadero. Éstos han sustituido a la caña de azúcar, un producto que ha dejado en la zona un patrimonio industrial tan valioso como el ingenio de Armengol, situado junto al núcleo urbano. El edificio fue levantado a finales del XVI y estuvo activo hasta mediados del XIX, cuando un incendio lo destruyó parcialmente.
Dentro del casco urbano también se puede visitar la iglesia de Nuestra Señora de las Maravillas, construida en el siglo XVIII, pero remodelada en varias ocasiones. En su interior se venera a la patrona, que da nombre a la parroquia.
Desde la aldea, se puede bajar por una sinuosa carretera hasta la playa de Barranco de Maro, una de las muchas calas que forman parte de un enclave ecológico de gran valor. Desde allí hasta Cerro Gordo, en el límite con la provincia de Granada, hay media docena de calas que se pueden visitar en cualquier época del año, si bien hay que tener en cuenta que la mayoría tienen el acceso restringido en vehículo privado. Existe un transporte que en verano frecuentemente hace el recorrido desde una zona habilitada para aparcamiento hasta la arena de la playa.
Siguiendo por la antigua nacional 340, se llega desde la aldea de Maro, donde podemos ver las primeras y solitarias calas de aguas limpias y los estratégicos emplazamientos de almenaras tanto cristianas como musulmanas, como la Torre de Maro, la Torre del Río o la Torre de la Miel.
Desde los caminos que discurren por esta franja litoral se accede con mayor o menor dificultad, dependiendo de la zona, a las numerosas calas y playas poco transitadas. Por todo esto y por su gran valor biológico, hacen de este paraje un lugar de incuestionable belleza y un excepcional sitio para relajarse, alejado de las masificadas y urbanizadas playas de la Costa del Sol. De entre las calas que se pueden visitar con mayor facilidad, destaca la del Cañuelo.
Protegido hoy como paraje natural, los Acantilados de Maro-Cerro Gordo abarcan tanto tierra como mar. La gran riqueza de fauna y flora se puede apreciar a veces a simple vista en sus cristalinas aguas. También son muchos los que van equipados con algunas gafas de buceo para poder apreciar sus coloridos habitantes de una forma más nítida.
Otra opción es iniciarse en el submarinismo. No en vano, en la zona operan distintas empresas especializadas que ofrecen desde 'bautizos' hasta rutas para ya iniciados. De esa forma, se pueden ver numerosas grutas submarinas, como las cuevas de los Genoveses o de la Cajilla.
También hay una interesante fauna, con una gran variedad de crustáceos, moluscos y peces, como la morena o el congrio. La denominación de Paraje Natural penetra una milla en el mar de Alborán. En aquella zona, a más de doscientos metros, se encuentran especies como el mero, la dorada o la tortuga boba. En la zona terrestre también hay importantes especies botánicas como el lentisco, el escaso enebro, el palmito, los acebuches, el boj balear o el algarrobo.
La aldea de Maro, si tuviera un término municipal propio, abarcaría también otro de los grandes hitos turísticos de la provincia de Málaga, la Cueva de Nerja, situada a escasos metros del casco urbano de esta coqueta villa mediterránea.
La cavidad fue descubierta por casualidad por un grupo de jóvenes en 1959. Desde entonces, se ha ido avanzando tanto en su investigación como en adecentar distintos pasajes para los visitantes que la deseen conocer. Cuenta con 4.823 metros de recorrido, lo que la sitúa entre las de mayor desarrollo topográfico del país. Las galerías abiertas al público tienen una superficie de más de 9.000 metros cuadrados, lo que supone aproximadamente un tercio del total de la cueva.
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