Las joyas del enclave malagueño que quiere ser Patrimonio de la Humanidad

Se trata de un conjunto histórico y natural que ya presentó hace años su candidatura oficial a la Unesco para aspirar a convertirse en el segundo enclave Patrimonio de la Humanidad en Málaga.

Para ello, además del propio Caminito del Rey y su particular historia, hay enclaves naturales e históricos que son de gran importancia en el ámbito nacional o incluso mundial.

Estos hitos, situados todos a menos de 20 kilómetros de la pasarela, son la cueva de Ardales, la necrópolis de las Aguilillas, la iglesia rupestre de Bobastro y el paraje natural del Desfiladero de los Gaitanes.

Este último, considerada como una de las gargantas más espectaculares del país, es atravesada por el río Guadalhorce. Este impresionante cañón llega a alcanzar una altura de hasta 300 metros y una anchura de menos de diez. Es, sin duda, una de las mejores postales que se puede tener de la provincia de Málaga.

Su protección como paraje natural se debe a su extraordinario interés geomorfológico y a la presencia de una interesante fauna, entre la que destaca el buitre leonado. Este interesante espacio ecológico, que tiene una superficie de más de dos mil hectáreas, se puede recorrer hoy gracias a la reapertura del Caminito del Rey.

Por su parte, la cueva de Ardales, también es valiosa por su geología, pero lo es especialmente por sus hallazgos. Esta caverna, situada en el pueblo del mismo nombre, contiene pinturas rupestres de la época solutrense, un importante yacimiento neolítico y varios enterramientos del Calcolítico.

Es el único yacimiento arqueológico malagueño que se ha incluido dentro del Itinerario Cultural Europeo 'Caminos del Arte Rupestre'. Le sobran motivos para ello, ya que allí se pueden apreciar manos pintadas con la técnica de la aerografía y signos realizados con los dedos, presentes sólo en unos pocos yacimientos en todo el mundo.

En la zona conocida como las Mesas de Villaverde, muy cerca del paraje natural del Desfiladero de los Gaitanes se puede visitar otra de las grandes joyas eremíticas de Málaga. Se trata de la basílica que mandó a construir Omar Ben Hafsún en su bastión de Bobastro, desde donde desafió a la poderosa dinastía de los Omeyas. De hecho, esta iglesia excavada en la roca es uno de los emblemas de este importante yacimiento arqueológico. Seguramente, se comenzó a erigir cuando Hafsún abrazó el cristianismo, lo que encolerizó aún más a Abderramán III.

Otro enclave de gran valor arqueológico está situado ya en el término municipal de Campillos. Se trata de la necrópolis de las Aguilillas. Está considerado como uno de los conjuntos funerarios más importantes de la provincia de Málaga. Con más de cuatro milenios de antigüedad, como en otras tumbas de la época, en ellas se evoca el vientre materno. Esta necrópolis prehistórica se encuentra en un promontorio de areniscas del Mioceno que se levanta a unos quinientos metros sobre el nivel del mar.

Pero, además de estos cuatro enclaves y el propio Caminito del Rey, hay que tener en cuenta otras perlas que forman parte de este tesoro.

Por un lado, está el conjunto de túneles, viaductos y la estación de El Chorro. En el seno del propio Desfiladero de los Gaitanes aguardan enclaves muy valiosos dentro del legado ferroviario europeo, que se acometieron en la segunda mitad del siglo XIX para unir a Málaga, por aquel entonces la segunda ciudad industrial del país, con el interior de Andalucía.

A ello hay que unir también otras construcciones algo más recientes, como las pasarelas del Caminito del Rey y el salto hidroeléctrico y las presas de El Chorro y de Gaitanejo.