Fuengirola, mucho más que playas a los pies del castillo

Las primeras civilizaciones mediterráneas ya se fijaron en el valioso enclave geográfico que tiene la actual Fuengirola. Las huellas de las distintas civilizaciones a lo largo de su historia se puede ver en algunos enclaves del casco urbano. Uno de ellos es el yacimiento de la Finca del Secretario, un interesante conjunto arqueológico, que consta de una factoría de salazón, un alfar y unas termas, de la época romana (entre los siglos I y V). En un centro de interpretación se reconstruye a escala real las diferentes habitaciones de los baños romanos.

Otra visita obligada para entender la riqueza patrimonial de Fuengirola es el Museo de la Historia de la Ciudad, que se inauguró en 2003. En su interior se pueden ver tanto información como restos arqueológicos encontrados en el municipio, como son piezas fenicias, romanas y árabes encontradas en los yacimientos del cerro de Suel, de la villa de la Finca del Secretario y del Castillo Sohail, respectivamente. También se incluye en este museo una sección etnográfica con herramientas y otros enseres de las artes y labores propias la pesca, el campo o la artesanía. Otro tercer hito histórico en la ciudad es la antes mencionada fortaleza andalusí. Se trata del castillo de Sohail, que corona un cerro situado junto al cauce del río Fuengirola. Aunque fue construido originalmente por los romanos, su estructura responde a la diseñada ya en época de los califas, que fue remodelado en parte por los almorávides en el siglo XII. Sus cambios más notables se dan a partir de 1.485, cuando la plaza es tomada por las tropas cristianas, que añaden y eliminan distintos elementos arquitectónicos.

La ciudad de Fuengirola invita a disfrutar del ocio no sólo por su buena climatología a lo largo del año sino también por la existencia de distintos equipamientos y recintos destinados a ellos. Es el caso de Bioparc Fuengirola, un parque temático que va más allá del concepto de zoológico. De hecho, se trata de un nuevo modelo de espacio basado en el respeto a la naturaleza y la preservación de sus especies, un modelo que ya se ha convertido en referente en Europa.

Los más pequeños se lo pasarán también especialmente en las atracciones de Sould Park, un parque de atracciones situado junto al puerto deportivo.

Otro enclave, pensado sobre todo para el paseo es el conocido como Parque Fluvial, situado en el último tramo del río Fuengirola, a los pies del castillo de Sohail. Cuenta con más de 120.000 metros cuadrados de superficie y cuenta, además del cauce del río, con amplias zonas verdes, fuentes, bancos y glorietas. Es un lugar ideal no sólo para pasear sino también para descansar y practicar algunas actividades físicas en un circuito permanente. La costa fuengiroleña es una de las más reputadas de la Costa del Sol. Así se puede comprobar cuando se va a algunas de las siete playas en las que se divide su franja litoral. Entre ellas, algunas de las más conocidas son las de Carvajal, Los Boliches, San Francisco o Egido.

En total suman un recorrido de ocho kilómetros de costa con excelentes equipamientos para un turismo de calidad. No en vano, suele ser cada verano uno de los pocos lugares de España que cuenta con la distinción de la Bandera Azul en todas o casi todas sus playas. Junto a esas playas, hay que sumar su amplio paseo marítimo Rey de España, una ventana abierta al Mediterráneo en la que merece la pena disfrutar de un recorrido a pie en cualquier época del año.

Pero, esta localidad no sólo presume de sus espectaculares playas. También cuenta con un recinto portuario de grandes dimensiones donde tienen cabida tanto el ocio, el turismo náutico como una importante lonja pesquera. El puerto deportivo se encuentra en pleno centro del paseo marítimo y cuenta con una amplia oferta de establecimientos de restauración y bares de copas, así como tiendas especializadas. Con más de 200 atraques, allí se pueden ver en cualquier época del año espectaculares embarcaciones.

La Ruta Mudéjar de la Axarquía es una buena opción para disfrutar de una escapada en plena primavera. Entre sus pueblos, merece la pena detenerse en el que menos territorio tiene, Árchez, que puede presumir de conservar en muy buen estado uno de los alminares que hoy hacen las veces de torre campanario.

Pero, además, a Árchez se le conoce por sus molinos. De hecho, desde el año pasado cuenta con un atractivo sendero que pasa junto a los más importantes que tuvo en funcionamiento hasta el siglo pasado. Esta ruta, que es circular y no ofrece gran dificultad, comunica con el pueblo vecino de Canillas de Albaida. Eso sí, en esta época del año se recomienda hacerla en la franja horaria en la que haga menos calor.

Un capricho de la geología que se puede recorrer en cualquier época del año es el Torcal de Antequera. Se trata de un conjunto de rocas calizas que cuenta con casi doce kilómetros cuadrados de superficie. Gracias a la erosión del viento y la lluvia y a la naturaleza caliza de estas piedras, este espacio, protegido como paraje natural, se ha convertido en un verdadero museo de esculturas naturales, hasta el punto de que muchas de sus rocas se asemejan a seres vivos u objetos.

Gracias a la erosión del viento y la lluvia y a la naturaleza caliza de estas piedras, este espacio, protegido como paraje natural, se ha convertido en un verdadero museo de esculturas naturales, hasta el punto de que muchas de sus rocas se asemejan a seres vivos u objetos.