Frigiliana y Nerja, el binomio perfecto de la Axarquía

Ambas villas, que están unidas por su historia y por el paisaje, forman un binomio difícilmente igualable en Andalucía. Lo saben quienes han hecho alguna escapada disfrutando de sus principales atractivos turísticos.

Esta ruta puede empezar por el casco antiguo de Frigiliana, uno de los mejor conservados de Málaga, al que se le conoce como Barrio Alto o Barribarto. Sólo por ello merece la pena acercarse a este pueblo, ya que en ese laberinto empinado de casas, lleno de color gracias a las macetas, las puertas y las ventanas, se encuentran mucho de los lugares de interés del pueblo. Y, por supuesto, bonitas vistas con el Mediterráneo de fondo.

Conviene alejarse del núcleo para tener una bonita perspectiva del pueblo, coronado aún por algunos de los restos de lo que fue el castillo de Lízar. El ingenio donde aún se elabora la miel de caña, la iglesia de San Antonio o el Museo Arqueológico son algunos de los hitos más interesantes de esta villa de indudable pasado andalusí.

Nerja, mucho más conocido, por sus iconos turísticos, complementa los encantos de Frigiliana con mucho mar. Por un lado, cuenta en su zona oriental, con el paraje natural de los Acantilados de Maro, una serie de calas situadas en recónditos emplazamientos, en los que aguardan días de playa muy diferentes a los convencionales en la Costa del Sol.

Por otro, tiene miradores espectaculares como el Balcón de Europa, que en su día fue una antigua fortaleza árabe. Además, en su franja litoral, este municipio puede presumir de sumar numerosas torres vigías, que en su día fueron fundamentales para vigilar las posibles incursiones enemigas.

Además del casco urbano de Nerja, que, en su casco antiguo, conserva también el tipismo de los pueblos de origen andalusí, merece la pena visitar Maro, una coqueta aldea que mira con desparpajo al Mediterráneo, gracias a su ligera elevación sobre la costa. A tan sólo unos pasos de esta pedanía, no se puede eludir una visita a la célebre Cueva de Nerja, conocida por su legado geológico y prehistórico. El acueducto del Águila, el Museo de Historia y la iglesia de El Salvador son otras visitas obligadas en esta localidad. A todo ello, Nerja y Frigiliana suman una tentadora oferta gastronómica y numerosos enclaves naturales que se pueden recorrer.