El ascenso a pie se puede hacer en menos de una hora, pero requiere de ciertas condiciones físicas.J. A.
Escapada
Una fortaleza de vértigo en la punta de lanza de la Sierra Sur de Sevilla
Pruna ·
El castillo del Hierro, situado en una escarpada montaña y principal reclamo de esta localidad andaluza, tuvo un importante rol estratégico en los últimos años de Al-Ándalus
Desde la carretera se antoja inexpugnable. Cuando se suben sus más de cuatrocientos escalones y sus empinadas rampas esa sensación se acrecienta. El castillo del ... Hierro es el principal reto al que se enfrentan los que visitan el pueblo sevillano de Pruna.
Situado muy cerca del municipio gaditano de Olvera, que puede presumir de tener una amplia fortaleza, el de Pruna recuerda más a los escarpados castillos cátaros del sur de Francia que a los muchos que se conservan desde hace siglos en el interior de Andalucía. Las vistas panorámicas que se tienen desde él y los vestigios de un recinto amurallado erigido entre los siglos XIV y XV hace que el esfuerzo invertido en el ascenso merezca la pena. Hay que armarse de paciencia e ir bien pertrechado de agua y algún alimento calórico para afrontar la gesta de llegar hasta lo más alto de este bastión de Pruna, su torre del Homenaje.
El recorrido, en parte zigzagueante, puede resultar incluso menos agobiante de lo previsto. Según se va ganando altura, se va divisando buena parte de un vasto territorio compartido por las provincias de Sevilla, Cádiz y de Málaga, donde la monotonía del olivar se rompe con elevaciones calizas.
Hay varios pilares repartidos por Pruna, como éste situado junto a la iglesia
J. A.
Al sur y al oeste, las del parque natural Sierra de Grazalema; al nordeste, la sierra del Tablón, que está coronada por el pico del Terril, que con poco más de mil metros de altitud sobre el nivel del mar es el techo de la provincia de Sevilla.
También se pueden ver perfectamente el pueblo vecino de Olvera, cuyo término municipal comienza a tan sólo unos metros de allí. Al otro lado, con una perspectiva espectacular, aparece a los pies el pueblo de Pruna, que bien merece una visita antes o después del ascenso del castillo.
Para subir a pie esta fortaleza, que resultó fundamental para la resistencia del reino nazarí durante años, hay que hacerlo desde la Fuente del Pilarejo, que se puede ver perfectamente desde la carretera A-363, que une a Olvera y Pruna.
Dicen los lugareños que aunque no tenga excesivo caudal de agua, ésta no para de manar en todo el año. Hay quien incluso considera que el líquido elemento proviene de un manantial situado dentro del propio castillo.
En cualquier caso, desde allí comienza la subida más sencilla a la fortaleza. Hay otra más compleja desde hace apenas un año, la de la vía ferrata que lleva el nombre del castillo. Para hacer este segundo ascenso se necesita del material necesario para este actividad, así como experiencia previa. O en su defecto, siempre se puede contratar a alguna empresa de turismo activo que esté homologada.
Si excitante resulta la subida a este castillo, no lo es menos el ascenso a la antes citada cima del Terril, situada en el límite entre Pruna y la localidad vecina de Algámitas, conocida también por su vertiginoso peñón.
Otro de los grandes hitos del paisaje pruneño es el Puerto de la Ventana, que con esa denominación hace referencia a las corrientes de viento que se perciben allí. Las vistas panorámicas no sólo incluyen en este caso a las provincias de Sevilla, Cádiz y Málaga, sino que añaden también a la de Granada.
Este pueblo se encuentra en la parte más meridional de la comarca de la Sierra Sur de Sevilla
J. A.
Por supuesto, hay que recorrer también el resto del territorio de Pruna, que tiene hoy apenas dos mil habitantes, pero que ofrece un interesante itinerario por sus fuentes, fundamentales para abastecer al ganado y a la propia población en tiempos pretéritos.
Las fuentes del Molino Cegato y el pilar Lejos son algunos ejemplos que se pueden encontrar en los caminos cercanos al propio casco urbano. Eso sí, menos esfuerzo requiere ver la que está situada junto a la iglesia de San Antonio Abad, principal templo de esta localidad sevillana.
La parroquia, que comenzó a levantarse en el siglo XVII, es de estilo barroco. En él, además de su vistosa torra sobresale una interesante colección de piezas de orfebrería del XVIII y del XIX.
Mucho más reciente, con poco más de media centuria, es la capilla del Navazo, que está dedicada a la Virgen de la Concepción, que, eso sí, está situada a casi cuatro kilómetros del centro del pueblo.
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