Villanueva del Rosario: fuentes con historia y arte contemporáneo en el camino hacia el Chamizo

Este dato biográfico es el preludio de la relación que hoy mantiene Villanueva del Rosario con el arte contemporáneo. Sólo así se entiende que esta tranquila localidad malagueña albergue hoy galerías donde ver y poder comprar obras vanguardistas. Y que ya sean muchos los creadores de distintas disciplinas que, al igual que hizo Hernández hace décadas, hayan fijado su propio refugio en este pueblo situado a tan sólo 30 minutos de la ciudad de Málaga.

A pesar de tener un acceso relativamente fácil a través de la A-92, el pueblo es idóneo para los amantes de la naturaleza y de los paisajes. No en vano, en su territorio se encuentra una de las cumbres más elevadas de la provincia de Málaga, el Chamizo, que con 1.641 metros sobre el nivel del mar, es todo un desafío para los amantes del montañismo en Málaga.

Esta cima es uno de los muchos símbolos que aguardan en el territorio de Villanueva del Rosario, que, en sus orígenes, dependía de Archidona y se llamaba Puebla de Saucedo. Fue a partir del siglo XVI cuando comenzó a fraguarse como asentamiento de población. Años más tarde llegaría su independencia y el cambio del primitivo nombre al actual, aunque todavía hay quienes aluden a este municipio malagueño como el Saucedo.

A pesar de ser una de las localidades más jóvenes de la provincia, durante milenios ha sido un territorio habitado. No en vano, en su término municipal se encuentra la conocida como cueva del Malnombre, donde se encontraron en su día pinturas rupestres, aunque hoy, desgraciadamente, lo que más se percibe son trazos vandálicos. Ni siquiera con ello le quitan encanto a este abrigo natural, que ha sido de refugio incluso durante la Guerra Civil. Desde allí se tiene una espectacular vista del pueblo, del que dista apenas tres kilómetros a pie por sendero.

Justo a los pies de la citada cueva, aguarda una de las zonas más espectaculares para los amantes de la escalada. No es ni mucho menos el único atractivo que tiene para los amantes del deporte al aire libre, ya que en la localidad, además de tener una importante red de senderos, hay incluso una vía ferrata. Tanto para esta práctica como la de la escalada es necesario tanto tener experiencia como tener el equipo técnico adecuado.

Para quienes prefieran hacer recorridos menos verticales, también cuentan con varios senderos homologados y caminos populares, como el que propone un recorrido circular por Hondonero, con paso por el mirador del mismo nombre, o la ruta de las Fuentes, que pasa por distintas construcciones que demuestran la abundancia histórica de recursos hídricos en este pueblo.

El nacimiento del río Cerezo, que suele ofrecer su mejor cara tras lluvias recientes, la fuente Vieja y otras pilas y fontanales conforman un bonito itinerario que permite disfrutar de un paseo no demasiado exigente, pero en el que hay que invertir al menos tres horas de camino.

También existen otras opciones para caminar por su territorio, como las etapas de la Gran Senda de Málaga que unen al pueblo con Archidona y con Alfarnate, son subidas trepidantes por sierras calizas.

Y tampoco se puede olvidar el patrimonio histórico que aguarda en el propio casco urbano. El edificio más importante, como ocurre en la mayor parte de los pueblos de la zona, es la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, que tiene su origen en el siglo XVIII, aunque se restauró casi en su totalidad en 1960.

A tan sólo un kilómetro del casco urbano, se puede visitar la ermita también dedicada a la patrona de la localidad, la Virgen del Rosario, que está prácticamente en frente del acceso al mencionado nacimiento del río Cerezo, más conocido popularmente como El Chorro.