Un litoral trepidante entre la torre de Calaceite y las dunas de La Carraca en Torrox Costa

Los amantes de la historia e incluso de los que buscan arenales más alternativos, con una dosis de valor ecológico, no van descaminados si eligen Torrox Costa como destino estival –o incluso en otras estaciones del año–. No se aburrirán si se hospedan en el entorno de la antigua ciudad de Caviclum, cuyos restos más visibles están en la Punta de Torrox, donde se erige desde hace más de siglo y medio, que es uno de los faros más antiguos de la costa malagueña.

Esta construcción, que tiene casi cuarenta metros de altitud sobre el nivel del mar (unos 24 sobre el suelo), es uno de los lugares más emblemáticos del litoral de la Axarquía no sólo por el valor de esta construcción, sino también por el hallazgo a sus pies de importantes vestigios romanos correspondientes a la antigua ciudad de Caviclum.

Gracias a las excavaciones realizadas y a documentos históricos, hoy se sabe que fue una villa de gran importancia por su papel estratégico en la distribución de productos agrícolas y pesqueros.

Caviclum, que estuvo habitada entre los siglos I y IV, incluye una factoría de salazones y unos hornos de producción cerámica, además de una necrópolis y unas termas. La importancia de esta población romana se demuestra con su mención en el itinerario Antonino, que unía a las ciudades de Sexi (Almuñécar) y Menoba (situada en la desembocadura del río de Vélez).

Hoy se pueden ver y visitar estos yacimientos arqueológicos, que están situados en la parte más oriental del cómodo paseo marítimo de Torrox.

No son los únicos vestigios históricos que se conservan en el litoral torroxeño, que tiene una longitud aproximada de nueve kilómetros (entre la desembocadura del río Güí y la playa de Guilches). En sus extremos oriental y occidental, se pueden ver dos torres vigías, levantadas en el siglo XV. Se trata de las atalayas que reciben los nombres de Calaceite y Güí (también Huit).

Estas construcciones defensivas forman parte de la denominada ruta de las Torres Vigías que une todo el litoral provincial y que tanta importancia tenían en municipios como Torrox, cuya denominación hace alusión a la presencia de estas atalayas en la costa.

Los que busquen playas tranquilas e incluso con valores ecológicos lo tendrán fácil. En el camino desde la antigua Caviclum a Nerja, tienen la opción de pararse en la cala de Mazagarrobo, también conocida como la del Tajo de la Virgen, ya que en uno de sus extremos hay un lugar de culto para muchos vecinos, sobre todo para los que creen en un supuesto milagro de la Virgen de las Nieves (hay una leyenda que dice que salvó de un naufragio a unos pescadores).

Por otra parte, entre los núcleos de Torrox Costa y El Morche se puede pasar un día de playa en plena naturaleza junto a las dunas de La Carraca. Éstas están protegidas por tener un sistema geológico valioso, pero también por albergar especies botánicas como el sofá de arena, una gramínea autóctona de la costa mediterránea andaluza, y la centaurea de playa, que llama la atención por su colorida flor rosada.

En el litoral de Torrox también hay otros alicientes relacionados con el ocio, como la oferta de restauración de la que puede presumir el paseo marítimo, desde la Punta Torrox hasta el núcleo de El Morche. A ello hay que añadir uno de los miradores de primera línea de playa más originales de la costa malagueña, el que desde principios de este siglo está a tan sólo unos metros del Faro de Torrox. Tienen un diseño vanguardista y, al mismo tiempo, práctico, ya que su suelo de metacrilato permite ver los vestigios romanos que hay justo debajo.

Además, al estar ligeramente elevado sobre el nivel del mar, también es un lugar idóneo para tener una perspectiva de la playa y del paseo marítimo de Torrox Costa, que se ve a la derecha. Al otro lado, se tiene una bonita imagen del Faro y de los restos de la antigua ciudad de Caviclum.