Las sendas para disfrutar de la floración del almendro en Málaga

Son muchos los pueblos malagueños que pueden presumir de tener almendros en sus alrededores, pero pocos cuentan con tantos caminos para verlos como Almogía. Esta villa, que presta su nombre a uno de los tres estilos de verdiales hoy reconocidos, tiene su propia red de senderos que permiten conocer enclaves tan dispares como el Charco del Infierno, en la cola del embalse de Casasola, o la cumbre de SantiPetri, un excelente mirador del Valle del Guadalhorce donde hace siglos hubo una importante fortaleza que vigilaba la zona.

Precisamente, desde el pueblo hasta este enclave aguarda uno de los recorridos más duros, pero más reconfortantes para disfrutar de la floración del almendro, que ha empezado precisamente en los primeros días de enero y que se puede alargar incluso hasta febrero en función de la climatología de estos próximos días y de la variedad del árbol.

Entre los caminos que permiten pasear y fotografiar almendros en flor está el sendero circular de Charamuza-Lo Bernabé, que comienza y termina en el entorno del albergue de la localidad. A través de un camino de casi nueve kilómetros, pero que no ofrece gran dificultad técnica, se permite hacer un recorrido amplio por almendrales.

Este sendero coincide en parte con el que permite el ascenso hasta el mencionado Santi Petri. De hecho, ambos caminos se separan después de coincidir durante bastante tiempo. En este caso, el recorrido es tan espectacular como duro, ya que el último tramo ascendente para llegar a la cumbre, situada a 798 metros sobre el nivel del mar, requiere de una buena condición física.

El esfuerzo se verá recompensado con vistas panorámicas de buena parte del Valle del Guadalhorce, la Sierra de las Nieves, el Valle del Guadalteba y las sierras calizas que hay entre el Desfiladero de los Gaitanes y el Torcal de Antequera.

Desde allí se pueden ver muchos pueblos del entorno, como Cártama, Álora, Villanueva de la Concepción o la propia Almogía. Además de ser un valioso balcón natural, no hay que olvidar que Santi Petri tuvo en su día un castillo de gran valor estratégico. Aunque no resultará fácil encontrar vestigios en la cima, esta fortaleza fue uno de los baluartes defensivos de la revuelta de Bobastro en el siglo X.

Otro sendero de Almogía a tener en cuenta para disfrutar de la floración del almendro es el del Llano del Espinar, que ofrece menor complejidad técnica y tiene menos longitud que los anteriores. Igualmente es circular y parte del casco urbano para asomarse a la otra vertiente del territorio de Almogía. Con un recorrido de 6,5 kilómetros es una buena alternativa para quienes no tengan mucho tiempo, ya que en menos de dos horas pueden dar un agradable paseo entre almendros en flor.

Además de estos itinerarios, que forman parte de la red de senderos de Almogía, hay que recordar que este pueblo es punto de partida y de llegada de dos etapas del Camino Mozárabe de Málaga, el recorrido jacobeo que une a la capital de la Costa del Sol con Córdoba.

El primero de ellos es el que va de la Junta de Caminos, en el distrito de Puerto de la Torre, hasta esta localidad, pasando para ello por numerosos almendrales. El segundo es la etapa que hay entre Almogía y el pueblo vecino de Villanueva de la Concepción. En este caso, además de muchos almendros, se podrán ver algunos olivos monumentales. En ambos casos, la señalética es la misma que la del Camino de Santiago, es decir, con flechas amarillas y la tradicional peregrina.

Además de sus almendros en flor y sus senderos, también se puede disfrutar de un recorrido por este pueblo, que aún conserva la torre de la Vela, de su casi desaparecido castillo árabe. A ello hay que unir su iglesia, la de la Asunción, y sus ermitas o fuentes, entre otros atractivos.