Ecológico y paseo marítimo pueden antojarse conceptos antagónicos. Un auténtico oxímoron. Pero, este concepto es una realidad, muy diferente a lo habitual, eso sí, en la playa de Los Rubios, en el núcleo rinconero de Torre de Benagalbón.
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Entre el arroyo de Santillán, que luce ... desde hace unos años con un puente de madera espectacular, y el río de Benagalbón, hay una zona acotada como paseo marítimo ecológico de Los Rubios que rompe muchos tópicos sobre las idealizadas playas de algunos puntos de la costa andaluza.
Es verdad que se puede caminar tranquilamente junto a la playa, como cualquier paseo marítimo, pero en este caso no hay ni una pizca de cemento. Un carril asentado, apto tanto para ciclistas como para peatones –o corredores– aguarda en este tramo oriental del término municipal de Rincón de la Victoria.
La ausencia de hormigón y el estado casi salvaje de esta playa invitó en su día a bautizarlo como ecológico. Cierto es que allí hay algunas especies botánicas que no son fáciles de encontrar en otros puntos de la costa malagueña. Desde la azucena de mar hasta el barrón a la sabina negral.
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Para preservar ese ecosistema se han llegado a introducir algunas de estas especias marinas, que hacen que este recorrido sea de lo más original. Lo es también el desnivel que hay entre el paseo y la playa. En su conjunto se antojan tan verticales como los viñedos de donde sólo en cuestión de días se vendimiará la moscatel de Alejandría, la uva más completa (vale tanto para consumo como fruta como para pasa como para vino).
En pleno verano, quienes a diario y, sobre todo los fines de semana, llenan el popular restaurante 'El Deo' saben perfectamente qué se van a encontrar allí. Su barca de espetos debe ser una de las más elevadas sobre el nivel del mar en la franja costera malagueña.
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Para acceder desde ese tramo de litoral hasta el paseo marítimo o el propio establecimiento antes citado hay que saber elegir el camino menos malo. Si la arena no fuera tan oscura, se podría hacer perfectamente descalzo, pero cuando aprieta el calor, es más recomendable hacerlo con algún calzado que proteja de quemaduras en la planta de los pies.
También es complicado meterse en el agua tanto por el desnivel pronunciado como por las numerosas piedras. Es el momento de respirar hondo y acordarse de que es un enclave ecológico.
'El Deo' es conocido por su amplitud, por su rápido servicio y por su 'pescaíto' frito, pero también por tener en su interior un pequeño parque infantil por el que hay que abonar una pequeña cantidad. Los más precavidos se traen hasta los calcetines que son obligatorios para entrar para ahorrarse un poco más del peaje que hay que pagar para tener entretenido a los más pequeños mientras se saborean los primeros sorbos de cerveza y se repasa la carta con tranquilidad. Lo primero que se pide es para los niños.
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A este restaurante le ha salido competencia este año con Calmados Street Food, un curioso establecimiento sin prisas, o abreviado con el anglicismo 'slow', donde el cliente puede pedir 'online' desde su mesa sobre una carta repleta de propuestas cosmopolitas y coloridas para un público diferente. En lugar de sabores marengos, allí se proponen hamburguesas 'gourmet', 'sushi' o nachos. Todo ello en un ambiente muy peculiar y levemente elevado sobre la playa.
Tanto allí como en otros establecimientos cercanos hay también espacio para tomar algo en la sobremesa o en el tardeo.
Pero, todo no tiene porque ser consumir. En este paseo marítimo ecológico de Los Rubios, donde la arena se salpica con vegetación marina y autóctona, también hay sitio para los que no pueden pasar ni un día sin hacer deporte.
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Justo a unos metros de una de las torretas de vigilancia, hay una mesa de ping pong, que está especialmente solicitada cuando comienza a ponerse el sol. La arena sobre la mesa le da un toque distinto a esta práctica deportiva de origen británico.
Los que ya saben de su existencia no dudan en traerse sus raquetas y pelotas blancas reglamentarias, pero buena parte de los usuarios no tienen más remedio que improvisar con las paletas y bolas de playa.
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En cualquier caso, lo complicado es recoger la pelota, que puede terminar en el sitio más insospechado. Lo importante es participar, que para eso estamos a tan sólo unos días para la inauguración de los Juegos Olímpicos.
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