Llanos de Líbar: la espectacular altiplanicie entre Benaoján, Montejaque y Cortes

A un paso de los pueblos de Benaoján y Montejaque o de la Cueva de la Pileta, hay un paisaje elevado, extenso y sin muchos desniveles donde aguardan simas, poljes, torcales o dolinas.

Son sólo algunas de las formaciones geológicas más interesantes que se pueden ver en la altiplanicie de los Llanos de Líbar, que discurre en paralelo al Guadiaro, cuando éste atraviesa la Serranía. Eso sí, este alargado valle está situado por encima de los mil metros de altitud sobre el nivel del mar, aunque cuando se recorre su sendero de 15 kilómetros da la sensación de caminar por una llanura, ya que se encuentra rodeado de sierra en todo momento.

A pie o en bicicleta este itinerario une las localidades de Montejaque y Cortes de la Frontera. Antes de comenzar la ruta y tras finalizarla, se pueden hacer distintas visitas en los pueblos de salida y llegada. Esta inmensa llanura, situada por encima de los mil metros de altitud sobre el nivel del mar, se llama así por el Cortijo de Líbar, un refugio rural, ubicado prácticamente a mitad de camino entre las localidades de Montejaque y Cortes de la Frontera.

Es precisamente en este lugar donde los visitantes se suelen sentir más reconfortados por lo inesperado del paisaje. Una pradera verde se extiende hasta lo que le permiten las montañas rocosas, que la rodean y, al mismo tiempo, la protegen. Quizás, por esa razón, los Llanos de Líbar no sea un lugar tan conocido como otros enclaves del parque natural de la Sierra de Grazalema. Las omnipresentes formaciones calizas, entre las que destacan el pico Martín Gil, el peñón de Líbar o los abruptos tajos que se recorren en el tramo existente entre Montejaque y el propio enclave de los Llanos de Líbar. Sin embargo, desde un punto de vista geológico, llama más la atención el 'polje' que se ha formado en lo que se reconoce propiamente como Llanos de Líbar.

En un paraje tan insólito y con tan elevados valores ecológicos no faltan especies animales de interés, como el antes mencionado buitre leonado o el águila real. Entre los mamíferos, se pueden avistar en las zonas más elevadas algunos ejemplares de cabra montés o algunos de los ciervos o corzos que se reintrodujeron hace algunos años.

En el camino que lleva desde Montejaque al Cortijo de Líbar se pueden ver decenas de robustos y esbeltos ejemplares de quejigo. Este árbol, que pertenece a la familia de las encinas y de los alcornoques, suele impresionar hasta a los más habituados a recorrer enclaves montañosos. En algunos casos, los quejigos ofrecen formas tan originales que suelen ser objeto de sorprendentes fotografías. Su importancia botánica ha propiciado que su conjunto haya sido incluido en un catálogo de arboledas singulares de Andalucía.

Los Llanos de Líbar se pueden recorrer a través de un sendero, que se puede iniciar en el pueblo de Montejaque para finalizarlo en Cortes de la Frontera.

• Temas
• Benaoján
• Cortes de la Frontera
• Montejaque
• 50 maravillas de Málaga