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En redes sociales o entre las reseñas de Google Maps, hay quien lamenta su estado. Incluso quienes no entienden cómo no se termina de restaurar. Pero, simplemente se han dejado llevar por las apariencias. Nada más alejado de la realidad. La construcción que se encuentra sobre un cerro de Alhaurín El Grande, junto a la carretera que une a este municipio con Mijas, no es realmente una fortaleza.
En algún mapa aparece bautizado como el castillo de la Mota, al igual que el célebre bastión de Alcalá la Real (Jaén) o muchos que tienen ese nombre y están repartidos por el país, pero esa denominación sólo se puede entender por su forma de fortaleza y por la proximidad de una finca alhaurina que se llama La Mota. Su ubicación sobre un cerro y su forma han convertido esta construcción en uno de los trampantojos más peculiares de la provincia de Málaga.
Hay quien señala que se trata de un depósito de agua, pero realmente fue la primera de las construcciones que una promotora intentó hacer en una fallida urbanización residencial a principios de la década de los años noventa. Hay que tener en cuenta que, a tan sólo unos metros, se encuentra el campo de Alhaurín Golf, lo que pudo ser un buen aliciente para este proyecto, que también se beneficiaba de la buena ubicación, relativamente alejado de Alhaurín El Grande y Mijas, pero conectado con ambas localidades por carretera. Además, desde este cerro se tienen vistas espectaculares del Valle del Guadalhorce.
Pero aquel proyecto urbanístico, bautizado precisamente como La Mota, se quedó sólo en eso. Lo único que queda es una espigada fortaleza que recuerda más a la serie de Juego de Tronos que a la fisonomía de los castillos medievales que se conservan en la provincia de Málaga.
Hay quienes atraídos por la curiosidad se han acercado hasta este edificio, en claro estado de abandono y casi en ruinas. Y, según ascienden por los carriles que sirven para aproximarse, comienzan a cambiar la emoción por la decepción. Los materiales de construcción y otros detalles evidencian que no se trata de un castillo.
Para ver esta fortaleza, basta con acercarse a las inmediaciones. Lo saben bien quienes han estado en la terraza de la Venta Los Morenos, desde donde se aprecia perfectamente. O también quienes han repostado en la gasolinera situada junto a una gran rotonda, donde lo mismo se puede ir hacia Alhaurín El Grande, hacia Mijas o hacia Coín. También lo conocen quienes han hecho las etapas de la Gran Senda de Málaga que pasa por allí (Ojén-Mijas o la variante de Alhaurín El Grande).
Hay quien se da un paseo para verlo más de cerca, pero, en ningún caso, es recomendable adentrarse en este inmueble abandonado, ya que puede resultar muy peligroso por posibles desprendimientos.
Quienes quieran ver restos de fortalezas u otros bastiones medievales de verdad pueden hacerlo no muy lejos, ya que desde allí apenas hay diez minutos en coche hasta la antigua torre alquería de Hurique, algo olvidada, pero con sus estructuras relativamente bien conservadas. Además, en Alhaurín El Grande hubo en su día un importante castillo, el de Fahala. Curiosamente, en el último año el autor Carlos Cómitre ha publicado un cuento que gira en torno a esa fortaleza en la que ha usado como ilustración el falso castillo de la Mota, que, a pesar de todo, se ha convertido en un icono para los habitantes de Alhaurín El Grande.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
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