El Valle del Guadiaro, en su tramo malagueño, es una zona de la Serranía de Ronda donde la geología es realmente singular. Entre los muchos ejemplos de esa excepcionalidad está el complejo de grutas que componen el sistema Hundidero-Gato, entre los territorios de Montejaque y Benaoján. Las dos cuevas están unidas por un río subterráneo, el Campobuche o Gaduares, que hace un recorrido subterráneo por galerías y salas que sólo pueden ver los que practican la espeleología en esta zona caliza. No es un recorrido apto para aficionados, ya que es muy complejo y sólo se puede hacer con permiso previo de las autoridades y con una empresa de turismo activo que esté homologada.
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Eso sí, lo que sí se puede visitar hoy es la entrada de las dos cavidades mencionadas. En Benaoján, a tan sólo un paseo del núcleo de la Estación, se puede acceder a la boca de la emblemática cueva del Gato, que es uno de los grandes hitos del parque natural de la sierra de Grazalema, que, al igual, que el Guadiaro, comparten Málaga y Cádiz.
Aunque no se puede entrar en la gruta, sí se puede contemplar el gran salto de agua y la poza cristalina que deja el río en su salida. Así se forma el Charco Frío, llamado así por las bajas temperaturas que tiene el líquido elemento incluso en el verano.
Cueva del Gato: Por esta cavidad sale a la luz el río Campobuches o Gaduares.
Cueva del Hundidero: Hasta la espectacular entrada de esta gruta se puede llegar a través de un sendero con escaleras.
Presa de los Caballeros: A un paso de la Cueva del Hundidero, se puede visitar por un sendero vertiginoso la fallida presa de Montejaque.
En el entorno: Los pueblos de Benaoján y Montejaque, la barriada de la Estación y la Cueva de la Pileta.
Justino: Venta situada cerca de la Cueva del Gato.
Eco hotel Cueva del Gato: Alojamiento turístico situado justo en frente de la gruta de Benaoján.
La Cueva del Gato es uno de los lugares más emblemáticos de la Serranía de Ronda y no sólo lo es por sus dimensiones sino también porque durante milenios ha servido de refugio natural, desde los primeros pobladores de la zona hasta los bandoleros de los siglos XVIII y XIX. Hoy la Cueva del Gato está declarado como monumento natural de Andalucía y rincón singular de Málaga. Al otro lado de la Cueva del Gato, pero ya en territorio de Montejaque se encuentra la del Hundidero, que también puede presumir de distinciones similares a la anterior.
Lo que más impresiona en su exterior es la altura de la cavidad, que tiene algo más de cincuenta metros de longitud. Hasta ella se puede llegar hoy descendiendo por unas escaleras. Eso sí, habrá que tener en cuenta que después habrá que subir por el mismo sitio, lo que no resultará nada fácil. Además de esta espectacular entrada, lo singular de este enclave es que forma parte del complejo espeleológico por el que discurre el río subterráneo Gaduares o Campobuche.
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Muy cerca de la Cueva del Hundidero se puede ver este pantano 'fantasma', construido hace ya casi un siglo para intentar almacenar las aguas del río Gaduares y usar su potencial hidroeléctrico. Sin embargo, esta presa nunca llegó a ser utilizada, ya que debido a las características geológicas de su suelo el agua no puede ser embalsada y propicia que se filtre formando el complejo hidrológico subterráneo de las cuevas del Hundidero y del Gato.
Esta obra de ingeniería fallida se construyó en 1924 en tan sólo nueve meses y fue la primera presa bóveda del país. En su día incluso fue la más alta de toda Andalucía con unos 80 metros de altitud. Hoy también se puede visitar gracias a un sendero no apto para quienes tengan vértigo.
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