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Unión. Cútar, en primer plano, y Comares, capital de la Taha, al fondo, sobre un elevado cerro. J. A.
Los cinco pueblos malagueños que están unidos por su pasado andalusí

Los cinco pueblos malagueños que están unidos por su pasado andalusí

La conocida como Taha de Comares llegó a ser una importante división administrativa que incluía a las alquerías de Cútar, El Borge, Almáchar y Benamargosa

Viernes, 14 de febrero 2025, 00:15

Hoy algunos de ellos están tan cerca entre sí que se puede ir perfectamente andando. Incluso comparten casi un mismo paisaje. La conocida como Taha de Comares fue durante mucho tiempo una pequeña división administrativa que llegó a unir a cinco pueblos de la comarca de la Axarquía. Además de Comares, que contaba con una estratégica fortaleza, durante los últimos años del reino nazarí, este distrito estaba compuesto también por cuatro alquerías, que hoy son pueblos independientes y con muchas diferencias entre sí: Almáchar, Benamargosa, El Borge y Cútar.

Desde el hoy conocido como castillo de La Tahona, uno de los emblemas de Comares, se divisaba buena parte de este vasto territorio fértil. Este pueblo tiene una ubicación estratégica gracias a su situación elevada sobre un cerro, a unos setecientos metros sobre el nivel del mar. Un auténtico nido de águilas, entre los Montes y los pueblos más occidentales de la Axarquía.

Hoy se puede hacer un interesante itinerario por sus monumentos y sus museos o centros de interpretación

Allí se pueden ver varios vestigios medievales, como algunos restos de una fortaleza que tuvo un papel muy relevante durante siglos, hasta que, al igual que sus cuatro alquerías, se rindió a las tropas cristianas en abril de 1487.

Además del propio trazado laberíntico de Comares, que todavía hace guiños a su pasado andalusí, hay que buscar otro enclave medieval junto a la aldea de Los Ventorros. Desde allí se puede subir por una bonita ruta de senderismo hasta la conocida como Mesa de Mazmúllar, donde se conserva un valioso aljibe mozárabe, construido presumiblemente entre los siglos IX y XI.

A los pies de Comares se encuentra la tranquila villa de Cútar, que cuenta con un centro de interpretación donde se puede conocer cómo era la vida en aquella alquería, pero sobre todo la apasionante historia de Al-Ŷayyār, alfaquí e imán de la mezquita de Cútar a partir de 1490, es decir, tres años después de que la alquería cayera bajo dominio cristiano. Este imán dejó escondido un Corán y otros manuscritos, que se hallaron hace un par de décadas en una de las viviendas del pueblo. Lo mejor es acercarse a este centro de interpretación para conocer con detalle este curioso episodio. Además, merece la pena perderse por sus apacibles calles para descubrir pasajes como el de La Algorfa o la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación.

Nexos. Tramo de la sinuosa carretera que une en la actualidad a El Borge con Cútar. J. A.

Desde Cútar, se puede bajar por una sinuosa carretera entre viñedos moscatel hacia su vecino El Borge, otra de las alquerías de la Taha de Comares. Allí aguarda otro laberinto de calles angostas y empinadas, que tienen su corazón en la actual iglesia de Nuestra Señora del Rosario, levantada en 1505 bajo el estilo gótico mudéjar.

Lo que más suele llamar la atención de este templo es que tenga dos torres, diferentes entre sí. De hecho, cada uno tiene un motivo distinto para su construcción, ya que una se levantó como campanario y la otra como camarín.

En el pueblo conviene visitar también otro centro de interpretación, la Galería del Bandolero, donde aguarda una de las mejores colecciones del país sobre este fenómeno histórico, acontecido entre los siglos XVIII y principios del XX. Hay que tener en cuenta que en este pueblo nació uno de los más conocidos de la Axarquía, El Bizco de El Borge, cuya casa natal, la Posada del Bandolero, sirve de acogedor hotel y excelso restaurante.

Encanto. Postal nocturna del casco antiguo de Almáchar, en torno a la iglesia de San Mateo J. A.

Desde El Borge, se podría ir incluso andando hasta su vecino Almáchar, un pueblo que se desparrama por una ladera con sus casas blancas. Se distribuyen en torno a la iglesia de San Mateo, otro templo con mucha historia. Además de conocer este templo, conviene adentrarse en las calles más recónditas, como la que lleva hasta la Casa Museo de la Pasa, un espacio donde aguarda una interesante colección etnográfica.

El recorrido por la Taha de Comares acaba en Benamargosa, al que se puede ir por carretera desde Almáchar en pocos minutos. Aquí el paisaje cambia bastante, ya que los subtropicales han ganado mucho terreno en las últimas décadas a los paseros o incluso a los famosos limoneros de antaño. Hoy los lugares de interés de esta villa malagueña giran en torno al arco de la Huerta, la iglesia de la Encarnación o el emblemático puente de los Diez Ojos.

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