Cinco carreteras de montaña para disfrutar de escapadas en Málaga

El camino es parte del viaje. Así lo piensan muchos de los que buscan disfrutar de paisajes montañosos en algunas carreteras de la provincia de Málaga. Además de los aficionados al ciclismo que buscan desafiantes pendientes o los amantes de las motos, que ansían carreteras con curvas, están los que viajan en sus turismo en busca de nuevas sensaciones. Se acerca el otoño y hay quien ya empieza a cambiar la playa por la sierra. De esto último entiende mucho Málaga, que es una de las provincias más montañosas de España. Para ello hay varias carreteras idóneas para disfrutar de miradores, enclaves históricos y caminos sinuosos, que sólo disfrutan en su plenitud quienes no tienen que estar más atentos a la conducción.

En la Serranía de Ronda, en la Alta Axarquía o incluso en la ciudad de Málaga aguardan algunas de las carreteras de montaña que son idóneas para disfrutar de escapadas de otoño sin salir de Málaga.

Este tramo de carretera es idóneo para adentrarse en el Valle del Genal. Aunque también existen otras posibilidades, esta vía es una de las que está declarada como paisajística en Andalucía. En concreto, se puede hacer a través de la carretera A-369, el recorrido que hay entre la ciudad monumental de Ronda y el pueblo de Gaucín. A través de este recorrido, hay opciones para detenerse en varios miradores habilitados con espacio suficiente para el disfrute de las vistas panorámicas, como puede ser el caso de la misma ciudad de Ronda o de los pueblos de Atajate o Gaucín, entre otros. De esta forma, el paisaje va cambiando desde las zonas más abruptas del Valle del Genal hasta las más frondosas. Desde Ronda, se pasa por el puerto de Encinas Borrachas, donde se puede ver un dolmen (a la derecha), después se pasa por Atajate, el pueblo menos habitado de la Serranía. A continuación a los pies del Tajo de los Aviones se recorre el tramo que une a Benadalid y a Benalauría. Posteriormente, se pasa por Algatocín y después junto al desvío de Benarrabá. En el último trayecto se llega hasta Gaucín, donde es imprescindible subir al castillo del Águila.

Audalázar, El Paisaje y La Sierra, en Atajate; La Solana y Los Labraos, en Benadalid; El Cerro, en Benalauría; La Alameda, La Rana y Venta Solera, en Algatocín; y Venta Socorro, en Gaucín.

Así bautizada para su catalogación como posible carretera paisajística en su día, es un sinuoso y espectacular recorrido de poco más de 20 kilómetros entre el territorio de Colmenar (no llega al propio pueblo) y la localidad de Alfarnate. Por tanto, es un recorrido que se adentra en la Alta Axarquía, donde aguarda un recorrido eminentemente montañoso, donde el viajero se adentra en un territorio abrupto y escarpado, que, sin embargo, en algunos tramos deja entrever el fondo azul del Mediterráneo. En este caso, no hay miradores habilitados ni apenas sitios donde comer a pie de carretera, pero sí el encanto que ofrece este camino entre Alfarnate y Colmenar. Merece la pena visitar tanto estos dos pueblos como el municipio de Alfarnatejo, que se queda a tan sólo unos pocos kilómetros de esta vía. Allí se encuentra la Antigua Venta de Alfarnate, cerrada temporalmente al público.

Antes de llegar a la carretera, se puede desayunar o almorzar en la Venta Los Moriscos (Colmenar). En Alfarnate, hay varias posibilidades, como el Bar Cristóbal o el Bar Belén. En Alfarnatejo, está el restaurante Los Pirineos de la Costa del Sol y el Bar Rincón El Colorín.

Tampoco le faltan curvas a esta sinuosa carretera que va desde el municipio de cabecera de la comarca del Valle del Guadalhorce hasta la ciudad del Tajo. En total, es un recorrido de más de 63 kilómetros, con lo que se puede tardar hasta una hora y media en hacer todo el trayecto. También se puede acortar si se accede desde Alozaina. En cualquier caso aguarda un recorrido trepidante, con muchas paradas recomendadas, entre miradores y otros enclaves de interés. Tras cruzar el río Grande, el camino pasa por Alozaina y después por su aldea, Jorox, donde aguarda una cascada impresionante (cuando haya precipitaciones suficientes). Después se pasa por los pueblos de Yunquera y El Burgo, para continuar hacia Ronda. En este último trayecto es recomendable hacer una parada en el Mirador del Guarda Forestal, un balcón de la Sierra de las Nieves que está declarado como Monumento Natural de Andalucía.

Las Millanas (Tolox), Mirador de la Sierra de las Nieves (Alozaina), Venta Rivita (Jorox, Alozaina), Enara (Yunquera) o Venta El Yoni (El Burgo).

Entre estos dos municipios del interior hay una vía histórica, para la que se ha reivindicado en muchas ocasiones su adecuación como carretera paisajística. En realidad, son dos tramos con nomenclaturas distintas, la A-7277 y la A-7078, que recorren el trayecto que hay entre Carratraca y Álora. Se trata de un camino no exento de curvas, pero con algunos miradores naturales que recorre la sierra de Aguas, entre densos bosques de pinos y terrenos donde predomina la singular peridotita. Antiguas minas, bonitas vistas y dos municipios que tienen mucho que mostrar son algunas de las virtudes de este tramo de poco más de 16 kilómetros de longitud. En Carratraca, hay mucho que ver, desde la antigua Casa de Trinidad Grund (hoy sede del Ayuntamiento) hasta la iglesia de Nuestra Señora de la Salud, una plaza de toros excavada parcialmente en la sierra o un bonito recorrido por sus calles. Hay que recordar que este pueblo es uno de los que está declarado como Conjunto Histórico-Artístico de Andalucía. Por su parte, en Álora, además de su castillo o la iglesia de la Encarnación (el segundo templo en tamaño de la provincia), hay algunas rutas de senderismo a las que se accede desde el tramo final de la carretera. A ello hay que unir lugares próximos a la vía, como la Cruz de Humilladero, el Santuario de Nuestra Señora de las Flores o la Bodega Pérez Hidalgo.

Venta La Fuente de la Higuera.

Hace ahora medio siglo que comenzó el camino del olvido para esta carretera, que dejó de ser tan necesaria tras la inauguración de la actual autovía de la Pedrizas. Pero, hoy sigue siendo una carretera espectacular, muy angosta en casi su totalidad y poco frecuentada en los días laborables. . Antes que carretera, este tramo, que está entre los embalses del Agujero y del Limonero y el casco urbano de Casabermeja, llegó a ser incluso Camino Real. De hecho, fue una auténtica arteria de las comunicaciones para viajeros y arrieros, a los que poco importaba el recorrido sinuoso que tenía aquel itinerario. Hay quien asegura que en la MA-3101 hay 365 curvas en un trazado de unos 25 kilómetros. Hoy ese camino curvo y angosto, aunque con una calzada en relativas buenas condiciones, pesa incluso a los conductores más vocacionales. De hecho, lo habitual es encontrar cada día más bicicletas que coches. La carretera es todo un clásico para los amantes del pedaleo por el desafío físico que supone y por su entorno. Es un recorrido no sólo con curvas sino con acentuadas pendientes que atraviesan las estribaciones de los Montes de Málaga por el trazado menos invasivo posible. Gracias a ello disfruta de sorprendentes vistas panorámicas del entorno. Con un recorrido que va en paralelo entre la A-45 y la autopista de peaje (AP-46), desde los escasos espacios donde es posible detenerse con el vehículo se pueden ver el casco urbano de Almogía, el pantano de Casasola, el Torcal de Antequera -a sus pies se intuye Villanueva de la Concepción-, las sierras de Abdalajís y de Huma, el monte Santi Petri o los valle de los ríos Guadalmedina y Campanillas. Entre los lugares de interés próximos están la Torre Zambra, antes de entrar a Casabermeja, algunas casas de peones de carretera y el acceso a la almazara Molino del Hortelano (visitable bajo reserva).

Ventas El Túnel, la Antigua Ventilla, la Españita, Montevideo y Las Pitas, en la zona de Málaga. Antes de entrar en el casco urbano de Casabermeja, se puede almorzar en el Ventorrillo Patascortas, considerado como el establecimiento de restauración más antiguo de la provincia de Málaga.

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