Un gran bulevar junto al mar, murales urbanos y tipismo andaluz en Estepona

Además, en el perímetro de ese centro histórico han ido incorporándose también muestras del arte callejero. Murales que no dejan indiferente. Muchos son provocadores y disruptivos. Otros llenan de imaginación espacios que hasta entonces eran de un color blanco aburrido. También se han incorporado esculturas que proponen otra posible ruta por sus calles.

Son sólo algunos ejemplos consolidados de iniciativas que han servido para poner en valor una ciudad de la Costa del Sol Occidental, con mucha competencia turística en su entorno, pero también con mucha identidad marenga e incluso vinculada con la agricultura. Pero hay más. Desde hace unos meses, Estepona puede presumir de tener un auténtico bulevar mediterráneo. Su paseo marítimo se ha expandido y ha conectado con el casco antiguo para configurar un espacio peatonal que se ha convertido en uno de los mejores reclamos para los que le gustan disfrutar a pie, sin prisas ni agobios.

La avenida de España elude hoy los vehículos a motor, creando un excepcional trazado urbano que mira al mar, entre el puerto pesquero de Estepona y la emblemática calle Terraza. Más de un kilómetro de longitud que ha cautivado este verano a muchos paseantes. Cuando la sombra se alarga sobre esta avenida hoy peatonal, el paseo marítimo ensanchado se vuelve especialmente concurrido. También están los que prefieren las primeras horas para disfrutar de los primeros sonidos del día. Para todos ellos, el bulevar marengo de Estepona se ha convertido en un gran atractivo. Este recorrido tiene un colofón, además, extraordinario a tan sólo unos metros del faro del puerto esteponero. Se trata del centro cultural del Mirador del Carmen, que se eleva en primera línea de playa.

Hay quien discute la idoneidad de una construcción que tapa la vista al mar de la capilla de Nuestra Señora del Carmen, que está justo detrás, pero también hay quienes ven en este espacio dedicado al arte, a la cultura e incluso al ocio, una propuesta que demuestra que Estepona está a la vanguardia.

Y todo ello sin olvidar su legado histórico, que no puede verse eclipsado con todos estos proyectos hechos realidad. Los esteponeros no se olvidan de su emblemática Torre del Reloj, un campanario solitario que resistió a un terremoto, aunque se quedara huérfano de iglesia. También sigue siendo un símbolo el castillo de San Luis, incrustado en ese 'Jardín de la Costa del Sol'. Los restos de esta fortaleza recuerdan tiempos pretéritos en los que Estepona era especialmente codiciada por su cercanía al Estrecho de Gibraltar. No muy lejos de allí, a tan sólo dos minutos de paseo sosegado, la plaza de las Flores sigue siendo el emblema de ese centro histórico revitalizado con macetas, flores y mucha alma andaluza.

El Museo Arqueológico, donde aguardan la pequeña pero milenaria Venus de Estepona, los restos de una antigua torre romana o la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, son otros de los hitos que se recomienda visitar en el centro histórico. A un paso del casco antiguo, aguarda el Orquidario de Estepona, un excepcional parque botánico con especies de distintos puntos del planeta. Y todo ello sin olvidar sus playas (las hay desde urbanas hasta las que todavía tienen dunas), la Senda Litoral o sus enclaves de gran valor ecológico dentro de la ladera sur de Sierra Bermeja.