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Una semana más preparamos el equipaje para descubrir uno de esos 154 destinos a los que se puede volar sin escala desde el aeropuerto de ... Málaga. Facturamos maleta a la que es la tercera ciudad del norte de Alemania, tan sólo por detrás de Berlín y Hamburgo, con un puerto fluvial, al estar situada a la orilla del Weser, que compite con el más importante de este país. Volamos a Bremen para visitar una urbe que, literalmente, es una ciudad de cuento con célebres protagonistas como los Músicos de Bremen de los Hermanos Grimm. Entre sus reclamos hay que destacar que tanto el ayuntamiento como la estatua de Rolando forman parte del catálogo Patrimonio Mundial de la Humanidad de la Unesco. Es también una escapada que permite visitar Hamburgo, a poco más de una hora en coche.
Aerolíneas que vuelan a Bremen desde Málaga
Compañía Aérea Ryanair
Duración del vuelo El viaje dura tres horas y quince minutos.
¿A qué precios? En una búsqueda reciente, y a sabiendas de que los precios de los billetes de avión fluctúan casi que a diario, es posible hacer una escapada saliendo de Málaga el próximo 11 de septiembre para volver el 15 por 155 euros, ida y vuelta.
Para ir del aeropuerto a la ciudad Esta infraestructura está al sur de Bremen y a escasos cuatro kilómetros del corazón de la ciudad. Una distancia que se recorre en coche en unos diez minutos. La mejor opción para desplazarse al centro es el tranvía que te lleva hasta la estación principal de tren de Bremen. Para ello hay que tomar la línea 6 del tranvía para hacer un recorrido de 16 minutos. Sale de lunes a viernes cada seis o diez minutos en ambas direcciones. Los sábados, la frecuencia es de diez minutos y los domingos y días festivos, cada veinte minutos. La parada de tranvía del aeropuerto está justo delante de la Terminal A. Muy cerca hay máquinas expendedoras para sacar el billete, que cuesta tres euros para adultos y la mitad para niños de hasta 14 años. También puedes coger un taxi por un coste de unos veinte euros.
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Qué comer: La gastronomía local es una fusión de la clásica cocina alemana con influencias internacionales, muy marcadas por su pasado comercial como puerto clave del país. En el capítulo de sopas no puedes dejar de probar la de patatas o Kartoffelsuppe o la conocida como sopa de boda, a base de pollo, espárragos, huevo, coliflor y albóndigas. Y como producto local tienes que degustar la Bremer Knipp, un embutido típico de la región de carne de cerdo, cebolla, avena y especias, que se suele servir con chucrut y puré de patatas, o el Grünkohlessen, con la col como ingrediente principal. También es un clásico en la región el Labskaus, un plato de carne de ternera en salazón con arenque en salmuera, remolacha y cebolla. Y hay que dejar hueco para probar postres tradicionales como el Klaben, típico de Navidad y una especie de pan con frutos secos, o el Wickelkuchen, un bizcocho con relleno de frutos secos.
Dónde comer: Las propuestas gastronómicas son muy amplias. Si eres más de pescado en Fisherman's Seafood disfrutarás. Otra alternativa es el Gaststätte Kleiner Olymp, una experiencia singular en el barrio de Schoor, y para vivir las sensaciones de un restaurante tradicional de mesas corridas con platos abundantes y amplia carta de cervezas, el lugar indicado es Schüttinger Gasthausbrauerei. También debes contemplar una visita al restaurante Comturei, un lugar con una ubicación privilegiada y una sorprendente decoración, en el que además sirven la Beck's Kraüser, la cerveza especial de Beck's, que se elabora en Bremen. Sin olvidar la alternativa de cenar en un barco convertido en el restaurante el Seute Deern, un sitio con mucho encanto.
¿Qué no te puedes perder?: Bremen es una de esas ciudades que te cautivan e invitan al disfrute. Es una urbe que marida bien la modernidad con el pasado, con un combinado cultural, histórico y lúdico aliñado por esa calma que imprimen las grandes zonas verdes o los paseos por el río Weser. Es una ciudad cosmopolita y un centro cultural, político, social y económico de primer nivel. Un carácter que le imprime ser el segundo puerto más importante del país, tan sólo por detrás del de Hamburgo. La Bremer Marktplatz es el corazón de la ciudad y una de las plazas más antiguas de la urbe. Los adoquines en el suelo constatan el paso del tiempo y la escultura de los músicos de Bremen es uno de los grandes reclamos de esa ciudad de cuento a la que ansiaban llegar un burro, un perro, un gato y un gallo para huir del fatídico final que preparaban sus dueños. Muy cerca está la estatua de Rolando, que simboliza la libertad, y que junto al ayuntamiento, el Rathaus, forman parte del catálogo Patrimonio Mundial de la Humanidad de la Unesco. Y frente a Rolando impone la catedral de San Pedro, cuya construcción se inició en el siglo IX, y junto a ella se alza otro de los emblemas de la urbe, Schütting, una mansión en la que los mercaderes se reunían y que hoy es la sede de la Cámara de Comercio. Y en esta misma plaza se encuentra la sede del parlamento estatal, Haus der Bürgerschaft. En la visita a Bremen tienes que recorrer y descubrir el barrio de Schnoor, la joya de la corona y el más antiguo, con singulares casitas y calles estrechas en las que es fácil remontarse a sus orígenes en los siglos XIII y XIV como barrio de los artesanos, comerciantes y pescadores. Y donde es un deleite sentarse en una de sus numerosas cafeterías o adquirir algunos regalos en las tiendas que dan vida a esta zona. Otro de los reclamos es el río Weser, responsable directo del pasado comercial de esta ciudad y un atractivo para el viajero que pasea por sus orillas y descubre entre los barcos atracados algunos que funcionan como cafeterías o restaurantes, y otros como el Hanse Kogge, que se construyó a imitación de una carabela del siglo XIII.
La primera actividad al llegar a Bremen con los más pequeños es buscar la escultura de los Músicos de Bremen y pedir un deseo tocando las patas delanteras del burro. Dice la leyenda que se cumplen. Siguiendo el recorrido hay que ir a la búsqueda de la estauilla de los cerditos de Sögerstrasse e inmortalizar su encuentro. Pasear a pie o en bicicleta por el pulmón verde de la ciudad de 202 hectáreas, Bürguer Park, o recorrer el futurista Universum, un museo divulgativo de la ciencia pensado para que los visitantes interactúen con la mayoría de las casi 300 exposiciones, o disfrutar en el Centro de Actividades de Airbus son algunos de los planes con los que disfrutar en familia.
Bremen es la ciudad de las distancias cortas y, además, cuenta con un completo sistema de movilidad en transporte público con autobuses, trenes y tranvías perfectamente sincronizados entre sí. La alternativa más económica es comprar un billete para un día completo por 7,90 euros que te da la oportunidad de tomar todas las líneas que precises a lo largo de 24 horas.
Buen viaje.
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