El Bosque de Cobre comienza a brillar en la Serranía

Tras la cosecha y la festividad de Todos Los Santos, llega el momento del paisaje, que desde hace años está bautizado como el Bosque de Cobre, por el color tan característico que las hojas caducas de los castaños toman en su adiós.

Poco a poco, con la ayuda del viento y de algunas precipitaciones, las ramas se agitan para desprenderse de las hojas, que antes de su ocaso definitivo dejan espectaculares alfombras ocres, que incluso a veces dificultan la orientación por los caminos rurales y senderos de esta zona de la Serranía de Ronda.

El auténtico triángulo mágico de este Bosque de Cobre tiene como vértices a los pueblos de Parauta, Pujerra e Igualeja, que son precisamente los que más hectáreas de castaño suman en la actualidad. Todo ello a pesar de que las últimas cosechas han sido muy escasas y hacen replantear a más de un agricultor local el futuro de estas explotaciones que hoy parecen tener más carácter forestal que agroalimentario.

Lo más recomendable para disfrutar del Bosque de Cobre es hacer algunas de las rutas de senderismo con las que se vertebra una red de caminos que no salen de la nada. Representan la herencia del paso de muchos castañeros, caleros, arrieros u otros oficios hoy en desuso, pero fundamentales en tiempos pretéritos.

Quienes quieran hacer una auténtica inmersión por el Bosque de Cobre y tengan tiempo para ello pueden hacer algunas de las sendas que unen a los mencionados pueblos de Pujerra, Parauta e Igualeja. Los tres están unidos por carriles que suben y bajan cerros entre castañares y riberas. Estas últimas también viven su propio Bosque de Cobre gracias a las hojas caducas de sus esbeltos chopos.

También contribuye al espectáculo de tonos ocres y cobrizos el menos conocido zumaque, un arbusto que sorprende en este ecuador del otoño con sus coloridas hojas.

Quienes dispongan de menso horas o simplemente deseen hacer una excursión familiar tienen otros itinerarios más sencillos. Así, desde Igualeja, el pueblo con más habitantes de esta zona de la Serranía de Ronda (algo más de 700 vecinos), parten dos bonitos caminos. Uno es circular y se denomina el sendero de las Caleras. Parte del enclave conocido como el Nacimiento del Genal, que está declarado como monumento natural de Andalucía y rincón singular de Málaga. En estos días, vive también su máximo esplendor gracias a las últimas lluvias y a las hojas caducas del otoño.

Este recorrido no tiene grandes pendientes y permite adentrarse en el castañar sin demasiados desafíos técnicos. Algo más exigente es el camino de las Caleras, que se puede iniciar en el propio casco urbano de Igualeja, pero también desde la carretera que se dirige a Pujerra (MA-7300). Justo en la curva cerrada que salva al río Seco, se puede ver el cartel indicativo de este sendero lineal que resulta más satisfactorio en su tramo final. Así se llega hasta la poza que da nombre a la ruta, situado en una abrupta ribera.

Los más aventureros y más acostumbrados a moverse por veredas y caminos no tan bien señalizados puede buscar algunos de los ejemplares más vetustos o longevos del Alto Genal, como es el caso del Castaño Rebeco, también llamado Araña por la disposición de sus ramas. Hay un itinerario no oficial que parte desde el Puerto del Hoyo (entre el Madroño y Pujerra).

Otra opción más sencilla es buscar el Castaño Abuelo, como se ha bautizado al ejemplar centenario que hay a unos setecientos metros del centro de Pujerra.