Bolonia, un trío de ases

Qué comer: La gastronomía es uno de los principales reclamos de esta ciudad, cuna de la famosa mortadela de Bolonia o de la salsa boloñesa. No puedes dejar de probar platos como la mortadela acompañada de crescentine, una especie de panes que se sirven a modo de aperitivo y junto a otros entrantes como el queso; o una cotoletta alla bolognese, que consiste en una chuleta de ternera empanada con jamón y queso parmesano. Otros clásico es el tagliatelle al ragù. También tienes que degustar el rey de los vinos de la zona, el Pignoletto. Para el postre haz hueco para la torta de limón y para la de riso o arroz. Exquisitas.

Dónde comer: La oferta es infinita para saborear lo mejor de la región. El Ristorante Diana, el Tamburini, la Osteria dell'Orsa, la Piadineria la Padeina, la Osteria del Sole o la Trattoria del Tempo Buono son algunos de esos lugares singulares que ofrecen los clásicos platos locales. Por la noche la ciudad mantiene su vida y dinamismo donde los grupos de amigos se citan en las plazas Giuseppe Verdi y Scaravilli, si bien en la Via del Pratello comienza el recorrido por pubs y bares hacia las vias Sampieri, Belle Arti y San Felice donde poner en práctica la fórmula de bebida más aperitivo tan extendida en zonas como el barrio medieval del Quadrilatero.

¿Qué no te puedes perder?: En Bolonia la vida late en torno a la Plaza Mayor y en ella ya se nota esa vida que tanto caracteriza a las ciudades universitarias. Esta Piazza Maggiore está marcada por sus columnatas con arcadas, por sus pórticos y por edificios medievales y renacentistas como el Ayuntamiento, la Fuente de Neptuno y la Basílica de San Petronio, dedicada al patrón de la ciudad. Hay que recordar que el centro de Bolonia es uno de los cascos históricos urbanos medievales más grandes y mejor conservados de Europa con unos reclamos que no tienen nada que envidiar al icónico Santuario de Nuestra Señora de San Luca, situado a casi 300 metros sobre el nivel del mar y rodeado de árboles. Es un lugar de peregrinación impresionante que tiene el pórtico más largo del mundo, con casi cuatro kilómetros de extensión, y cuya visita requiere de un bonito y largo paseo, entre calles enteras de soportales o pórticos que son una seña de identidad y que en 2021 fueron reconocidos por la Unesco por su valor artístico y sociocultural. Para quienes prefieran una subida más rápida o cómoda tienen la alternativa de dirigirse al santuario en un singular tren turístico. Pero, además, en la silueta de la urbe también destacan las torres de Asinelli y Garisenda, vestigios de un pasado en el que entre los siglos XII y XIII llegó a sumar un centenar de torres. De hecho, la primera de ellas es una de las contadas torres medievales que siguen en pie, siendo, también, la más alta de Bolonia, de Italia, y la más grande del mundo. En tu visita deberás descubrir estos siete secretos de Bolonia y sus curiosas leyendas urbanas: La finestrella, desde donde inmortalizar un tramo del Canalle delle Molline que te transporta a Venecia; los atributos de Neptuno; el arco de los susurros; el cannabis medieval; el sol por un agujero; y la cara del diablo.

Compras: Las calles que rodean la Plaza Mayor son una buena opción para ir de compras, pero teniendo en cuenta que en la maleta traerás productos como la mortadela, vinos o pasta será fundamental visitar mercadillos como el de la Piazza dell'8 Agosto; el Mercato delle Erbe, que es el mayor mercado cubierto del centro de la ciudad; el Mercato della Piazzola o el Portobello di Bologna.

Los más pequeños de la casa se contagiarán pronto de la jovial vida de Bolonia. Se lo pasarán en grande en el tren turístico San Luca Express, que une el centro de la ciudad con la faraónica obra arquitectónica de la Basílica de San Luca. También se divertirán en el museo del helado o descubriendo la colección zoológica de la Universidad de Bolonia o el museo Ducati.

La ciudad cuenta con una red de transporte público impresionante con autobuses, trenes y tranvías cuyos billetes se pueden adquirir a través de las app del móvil, en los parquímetros, con las tarjetas Gratta e Sosta que se venden en los estancos o con tarjetas prepago de 25 euros que se adquieren en estos mismo establecimientos. TPER gestiona esta red de transporte público en la que los billetes para desplazamientos por la ciudad tienen una validez de 75 minutos y un precio de 1,30 euros, si bien hay bonos diarios y billetes multiviajes.