Bari, entre el malecón de Europa y sus callejuelas medievales

Qué comer: Otro de los grandes alicientes de este destino es su rica gastronomía, que, dentro de tener ese marco de la internacional cocina italiana, cuenta con platos propios que se han convertido en todo un reclamo. Los orecchiette son el gran protagonista. Se trata de una pasta hecha a mano que tiene forma de pequeñas orejas y que se sirve con salsa de tomate fresco. El más famoso es el orecchiette con le cime di rapa, un tipo de hortaliza de esta región parecido al brócoli. Otros clásicos son la tiella, que lleva patatas, arroz y mejillones, o el Brasciole alla barese, el menú de los domingos, que es a base de filetes de caballo o de ternera. Tampoco te puedes perder el Calzone alla barese, una especie de pizza que en su interior lleva cebollas, aceitunas, parmesano, tomate y anchoas. De postre tienes que probar Kharvas o Cheek, un producto lácteo dulce elaborado con calostro bovino, y en las calles encontrarás puestos en los que degustar los scagliozze y popizze, unas pequeñas bolas de masa frita en versión dulce o salado. El fernet, un licor elaborado a partir de la maceración de varios tipos de hierbas, es la bebida típica en la amplia oferta nocturna de Bari.

Dónde comer: Para conocer los clásicos de la gastronomía local el restaurante Terranima es una alternativa, junto a la Locanda di Federico. Y como ciudad marítima, para degustar platos propios de pescado Da Giampaolo o la tana de Polpo son buenas opciones. Sin olvidar, pese a que suele haber colas, pasar por Mastro Ciccio y pedir el panini de pulpo.

¿Qué no te puedes perder?: Esta ciudad costera, con unas playas impresionantes y con uno de los puertos turísticos más grandes de Italia, te sorprenderá por su patrimonio, por un centro histórico que es como un pueblo de callejuelas en el corazón de la capital de Apulia, y con una gastronomía y una oferta de ocio nocturno que convierte el destino en toda una experiencia. En el mejor momento para conocerla, que es la primavera y los meses de otoño, para evitar las altas temperaturas del verano, hay que pasear por sus estrechas calles de la ciudad vieja y descubrir auténticas joyas del medievo entre pequeñas casas y grandes reclamos como la basílica de San Nicolás, de 1.197, con estilo románico y un lugar clave de peregrinación del país, o la catedral de San Sabino, también románica, que data de 1.292. Además, hay que subir y visitar el castillo normando, recorrer las antiguas murallas y el fuerte de Sant'Antonio Abate, ubicado en el paseo marítimo del Emperador Augusto. También debes inmortalizar el paso por el Arco Basso y por ese entretenido paseo por el malecón de Bari, el más largo de Europa, por el Lungomare y por el barrio Murat. Otro reclamo clave es el Teatro Petruzzelli, el más grande de Italia y un icono cultural desde 1903. Luce una espectacular arquitectura, recuperada tras un gran incendio en 1991, y una excepcional acústica. Pero, además, la escapada a Bari hay que aprovecharla para conocer la belleza de Bisceglie, Monopoli o Altamura, en los que disfrutar de barcos históricos y encontrar huellas arqueológicas de gran valor. Sin olvidar que el parque nacional de Alta Murgia está a menos de una hora en coche.

Compras: La Via Sparano y todos sus aledaños conforma la calle Larios de Bari, si bien en Corso Camillo Benso Cavour encontrarás propuestas de tiendas más alternativas. Los orecchiette y vinos como el Primitivo di Manduria son algunos de los recuerdos que debes traer en la maleta de vuelta.

Bari es una ciudad fácil de visitar y entretenida por eso de contar con un centro de callejuelas con mucha esencia, de patrimonio vinculado al Papá Noel italiano y de un paseo marítimo, puerto y playas en las que los más pequeños de la casa van a disfrutar de lo lindo. Para mayor atractivo se le puede añadir una excusión en barco para descubrir el impresionante paisaje de Polignano y de las cuevas que hay a lo largo de la costa. El centro de entretenimiento de Birbalandia es otra alternativa.

Bari es una ciudad pequeña en la que caminar es todo un placer. Es fácil moverse en autobús con más de 30 líneas, pero también es una opción viable el alquiler de una bicicleta o coger el tren subterráneo con dos líneas que conectan el centro de la ciudad con los suburbios del oeste y el aeropuerto. El precio del bus es de un euro.