El 'Corazón Moscatel', la esencia de la Ruta de la Pasa que emociona

Los tres pueblos están entre los que más cantidad de viñedos de la variedad moscatel tienen en la Axarquía y en toda la provincia de Málaga. De allí salen cada año las uvas más preciadas del verano malagueño, las pasas que hoy están amparadas por una denominación de origen protegida y consideradas como Sistema Ingenioso del Patrimonio Agrícola Mundial y el vino que en su día sedujo a zares rusos y que no entiende de modas.

Pero más allá de ese vínculo agrícola y vitivinícola, estos tres pueblos conforman un triángulo turístico que emociona, que ofrece muchas sensaciones distintas que han ido creciendo en los últimos años al amparo de la cultura de la vid y con la mirada al Mediterráneo.

Basta recorrer sus calles para entenderlo. No faltan los recorridos más tradicionales que cumplen los cánones del tipismo andaluz de los pueblos de montaña, pero tampoco otros alicientes que sorprenden tanto como la escultura que homenajea al migrante desde finales del año pasado en Moclinejo.

Esta obra del artista argentino Andrés Montesanto es sólo la última incorporación a este casco urbano. La Casa del Ratoncito Pérez, de la artista local Chari Ruiz, los versos de antiguos alumnos repartidos por una de sus calles y coloridos murales y mosaicos son algunas de las notas singulares que forman parte del pueblo de Moclinejo. A ellas habría que unir los guiños gaudianos que aguardan en la tranquila aldea de El Valdés.

No se queda atrás Almáchar, al norte de Moclinejo. Allí se puede haber un bonito recorrido por sus calles más angostas y mejor adornadas, como la del actual Museo de la Pasa, en el corazón de su centro histórico. Desde allí no se debe eludir un paseo por el Jardín del Forfe, donde hay bancos para descansar en los que se invita a besar.

La iglesia de San Mateo, en la que llama la atención su torre, cuadrada y de estilo mudéjar, o un paseo por la calle Cornellá de Llobregat, para tener una vista amplia del casco urbano, que se desparrama sobre una ladera, son otras visitas obligadas en cualquier excursión.

En el entorno se pueden hacer recorridos tan singulares como el que lleva hasta cerro Patarra, una de las pequeñas cumbres entre viñedos que sirven para otear el horizonte azul del Mediterráneo.

El tercero de los pueblos del 'Corazón Moscatel' es El Borge, situado a tan sólo 5 minutos en coche de Almáchar. Allí, en el último año han puesto el foco sobre el bandolerismo andaluz. No podía ser menos en la cuna del Bizco de El Borge, uno de los forajidos que más huella han dejado en la provincia de Málaga.

Así, dentro de tan sólo unos días cumplirá su primer aniversario la Galería del Bandolero, una valiosa colección visitable que sirve para conocer de una forma didáctica y divertida este fenómeno no sólo en la provincia de Málaga sino también fuera de ella. El grueso de esta exposición permanente es heredado del antiguo Museo del Bandolero de Ronda. Hoy es una de las mejores colecciones sobre estos personajes, donde la historia se entremezcla con la leyenda para crear auténticos mitos de los siglos XVIII, XIX e incluso XX.

Además de la propia galería, se trabaja para hacer una ruta circular senderista que gira en torno al bandolerismo en la zona, con algunos hitos y caminos que está previsto señalizar en próximos meses. El hotel Posada del Bandolero, casa natal del antes citado El Bizco, es otro de los hitos de este recorrido temático.

Por otra parte, los tres pueblos del 'Corazón Moscatel' están desde el pasado año unidos por una trepidante etapa de la Gran Senda de la Axarquía, que comienza en El Borge, atraviesa Almáchar y la aldea macharatunga de Vallejos, sube hasta cerro Patarra y concluye en Moclinejo.