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Hace tan sólo unas semanas apenas se veía el verde. Ahora, cuando se ha pasado el ecuador del invierno, éste es el color predominante en muchas de las estampas que se pueden tener de la parte más fértil y menos abrupta de la comarca del Valle del Guadalteba. Esta zona de la provincia de Málaga, que es famosa, entre otros motivos por sus castillos y por sus yacimientos arqueológicos, es también un lugar para disfrutar de colores intensos y cálidos en los días más fríos del invierno. Basta usar las carreteras que atraviesan la comarca por su lado más occidental para comprobarlo. Eso no quiere decir que sea una comarca de paso. Más bien, todo lo contrario.
En torno al vocablo Guadalteba, que alude al río más importante de esta pequeña cuenca, convergen sobre todo los pueblos de Cuevas del Becerro, Serrato, Cañete la Real, Teba y Ardales, que comparten un paisaje singular, lleno de contrastes orográficos, pero también cromáticos cuando el invierno empieza a vislumbrar, aunque sea de lejos, la próxima primavera.
Las antes mencionadas fortalezas, que son los elementos que confirman el valor estratégico de esta zona en tiempos de Al-Ándalus, son también excelentes miradores para observar un paisaje que no deja indiferente y rompe moldes sobre los tópicos que suelen prevalecer a la hora de recordar la estación más fría del año.
Un buen ejemplo es el majestuoso castillo de La Estrella, situado sobre un cerro elevado, que tiene unas vistas panorámicas muy amplias. Al norte, a sus pies, el propio pueblo de Teba. Al sur, una extensa vega, en la que las parcelas agrícolas se disponen estos días con colores verdes, gracias a los cereales que comienzan a emerger. Junto a ellas, hay bonitos contrastes con fincas donde aún no hay brotes o apenas se ven y, por tanto, hay colores marrones y ocres.
En el telón de fondo, se ven los colores gris de las sierra Huma, que es uno de los grandes eslabones del Arco Calizo Central, y el azul tímido de los embalses que apenas se dejan ver.
La postal se repite si se va hasta Hins Cannit, la fortaleza restaurada de Cañete la Real, que, al estar más elevada que el casco urbano, goza de una perspectiva más amplia, con las casas del pueblo en primer término y el fondo multicolor y agrícola en segundo.
En este caso, la fortaleza no es el único sitio idóneo para disfrutar de las vistas panorámicas que ofrece estos días el Guadalteba y su vega. Desde el cerro Sábora, a un paso del cementerio de Cañete, hay también un bonito balcón natural que se asoma a este paisaje policromático. A los pies de este promontorio rocoso, se ven aún más de cerca los campos de cereales, que ocultan desde hace siglos los restos de la ciudad romana de Flavia Sabora, de la que hoy se sabe la ubicación gracias a las nuevas tecnologías.
También las fortalezas situadas en el territorio de Ardales son idóneas para disfrutar de estas postales invernales. Lo saben bien quienes han ido al centro de interpretación del castillo de la Peña, en el casco urbano de Ardales, a un paso de la iglesia de los Remedios. Eso sí, la perspectiva mejora si se sube por una acentuada pendiente hasta la ermita del Calvario, un mirador indispensable para entender el paisaje del Guadalteba.
Otra opción, dentro del territorio de Ardales, es la que ofrece el cercano castillo del Turón, situado a un paso del río del mismo nombre. Desde lo que queda de esta fortaleza, de mayor tamaño que la de la Peña, hay otra amplia vista en la que se acentúan los contrates con los pantanos y las sierras calizas.
En esta época del año, los almendros en flor son también parte del colorido invierno del Guadalteba, aunque de forma mas efímera y dispersa. Para verlos de cerca, lo mejor es hacer algunas de las rutas de senderismo que hay en la zona. Entre ellas, sobresalen las etapas de la Gran Senda de Málaga y sus variantes, que unen a los pueblos de Campillos, Teba y Cañete la Real, por un lado, y a Carratraca con Ardales, por otro. Gracias al inminente Camino Geológico Malacitano, también es posible recorrer el trayecto entre Teba y Ardales.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Ignacio Lillo | Málaga
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