Este pueblo, que es conjunto histórico y artístico, llama la atención por la disposición de sus casas.
Escapadas Málaga

Casares, el pueblo que descansa entre el Mediterráneo y la Serranía

La villa natal de Blas Infante tiene una situación privilegiada, con dos kilómetros de playas y enclaves naturales como el de Sierra Crestellina o el karst de la Utrera

Lunes, 12 de julio 2021, 00:12

Muchos visitantes vienen a la provincia de Málaga buscando el pueblo perfecto, que tenga mar y montaña, buena gastronomía, pero también un rico patrimonio histórico. Y muchos de ellos cumplen sus expectativas cuando conocen Casares.

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Esta villa, situada oficialmente en la comarca de ... la Costa del Sol, se localiza en las estribaciones de las sierras Bermeja y Crestellina, al sudeste del Valle del Genal, pero al mismo tiempo su territorio está bañado por el Mediterráneo.

Pero Casares cuenta también con otros atractivos. Así, el principal enclave del casco urbano es el conjunto que forman el castillo y su antigua parroquia de la Encarnación, así como la casa natal de Blas Infante, el padre de la patria andaluza.

Conocido como el 'pueblo colgante' por la singular distribución de sus casas, Casares es ya de por sí un verdadero reclamo para quienes buscan el tipismo andaluz en los destinos rurales.

Pero, aún hay más:espacios protegidos como el paraje natural de Sierra Crestellina, vestigios romanos como Acinipo, un castillo medieval o el legado de Blas Infante son sólo algunos de sus atractivos más conocidos. Entre ellos no deben faltar tampoco los Baños de la Hedionda, la Torre de la Sal o los quesos artesanales de Sierra Crestellina.

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El municipio de Casares tiene una acogedora bahía en su pequeña franja mediterránea.

Pasear por el casco urbano, a pesar de sus empinadas calles, es ya todo un deleite. No en vano, Casares está declarado como Conjunto Histórico Artístico. Coronando toda la amalgama de casas blancas, se encuentra la antes citada fortaleza árabe de la villa, que tiene inmejorables vistas al Campo de Gibraltar.

En la plaza principal se encuentra otro símbolo de Casares, la fuente de Carlos III, construida en 1785 bajo el mandato del monarca. Sus cuatro caños manan agua fresca de la sierra durante todo el año. Tampoco hay que olvidar al personaje más emblemático que nació en el pueblo, Blas Infante, padre de la 'patria andaluza'. Además de un monumento que le rinde homenaje, también se puede visitar su casa natal.

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El casco urbano está situado en las estribaciones de la majestuosa Sierra Crestellina, declarada como paraje natural por su singular geología y su valor faunístico, como lo demuestra la amplia colonia de buitres leonados que a menudo se dejan ver por la zona. A los pies de la sierra, junto a la carretera, se puede visitar la quesería que lleva el nombre de este enclave, donde se elabora tradicionalmente queso de cabra payoya, autóctona de esta zona serrana.

La localidad también cuenta con parte de otros espacios protegidos, como una porción del paraje natural de los Reales de Sierra Bermeja o el Monte del Duque, un bosque de encinas, quejigos y alcornoques que es lugar de interés comunitario por su valiosa arboleda.

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La sierra de la Utrera, situada al sudoeste de Casares, muy cerca del pueblo de Manilva, es un conjunto kárstico, que recuerda al Torcal de Antequera. Al igual que en Sierra Crestellina, las rocas son de origen calizo, aunque en este caso provienen del Jurásico. A los pies de esta sierra se pueden ver los Baños de la Hedionda, donde manan aguas sulfurosas.

Aunque apenas tiene dos kilómetros de longitud, Casares cuenta con su propia franja litoral. Se trata de una playa relativamente tranquila y bien equipada para el disfrute de la época estival. Allí se puede ver una de las atalayas más llamativas de este recorrido, la Torre de la Sal, también llamada como la del Salto de la Mora.

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El origen de su construcción se remonta a la época nazarí, pero no se finalizó hasta el XVI. En ese siglo se la menciona como el 'castillo' del Duque de Arcos, del que se sabe que construyó cerca de allí unas salinas, lo que justificaría el nombre de la torre.

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