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Hace dos milenios era una villa rural dedicada sobre todo a la producción agrícola. Se estima que estuvo habitada entre los siglos I y V d.C. Hace poco más de década y media que fue descubierta gracias a las obras de la autopista de peaje AP-46, a poca distancia de la pedanía antequerana de Villanueva de Cauche, es decir, relativamente cerca de la importante villa romana de Arastipi y de la actual Casabermeja.
Fue hallada en el cerro de Robledo, pero tuvo que ser cambiada de sitio para su conservación. Piedra a piedra, en un minucioso trabajo fue trasladada hasta su actual ubicación (a unos cuatro kilómetros), en la principal área de descanso de este tramo de autopista que une a la ciudad de Málaga con el puerto de las Pedrizas. Esto obliga a usar esta vía para poder verla. De hecho, lo recomendable es hacer la parada en sentido Antequera, justo después de abonar el peaje. Es cierto que también existe la opción de hacerlo en el sentido contrario. Pero, en este caso, habrá que pasar a pie por debajo de la autopista (el paso en vehículo está restringido).
Este conjunto arqueológico, conocido como la villa romana de Cortijo Robledo, no sólo es importante por su antigüedad sino también por conservar una de las almazaras más antiguas de las hasta ahora encontradas en la provincia de Málaga. De hecho, en este hallazgo sobresale especialmente la 'Pars Frumentaria', denominación que usaban los romanos para la zona de la villa que se dedicaba a la producción de aceite de oliva y a su almacenamiento. Ésta no está completa, lo que hace intuir que era de grandes dimensiones. Allí se pueden ver sus muros, con algo más de medio metro de altura y una considerable anchura.
En este conjunto también se pueden ver otras zonas de la villa rural, como la 'Pars Rustica', donde se encontraban las habitaciones para los que allí trabajaban y para los establos, y las 'Pars Urbana', un espacio residencial. Este tipo de villas fueron fundamentales en la estructura socioeconómica de Hispania. Giraba en torno al aceite de oliva, que fue muy importante en la cultura romana, como hoy lo sigue siendo para buena parte del Arco Mediterráneo. Al igual que hoy este enclave junto a la AP-46 se ve rodeado de olivos, también lo tuvo que estar hace cerca de dos milenios, cuando se creó esta villa.
Hoy este yacimiento arqueológico, con unos 500 metros cuadrados de superficie, está vallado, aunque suele estar abierto al público, salvo algunos períodos de verano, en el que hay mucha afluencia de usuarios de la autopista. Sólo unos pocos muestran poco respeto por esta joya del pasado. Son los que usan este espacio para dejar sus basuras o pisar lo que queda de sus muros. Para preservar el espacio, suele estar cerrado al público muchos días de la temporada alta. El resto del año suele estar abierto. Para muchos visitantes es una sorpresa agradable, a pesar de que previamente se avisa en varios carteles de su existencia.
El espacio, que fue trasladado y puesto en valor por la empresa Nerea Arqueología, cuenta hoy con paneles informativos en español e inglés, donde se detalla la importancia del yacimiento y se describe cada una de las estancias que se conservan. Entre las curiosidades de esta villa romana de Cortijo Robledo está la creación de una loma artificial para que tuviera la máxima similitud con su emplazamiento original.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Ignacio Lillo | Málaga
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