Ruta Almáchar-Cerro Patarra

Este sendero local (SL-A-65) recorre a través de un camino circular parte del término municipal de Almáchar, uno de los pueblos que forman parte de la Ruta de la Pasa Moscatel de la Axarquía.

El punto de partida de esta ruta está junto al núcleo urbano de Almáchar (ubicación aquí) . Concretamente, el itinerario arranca en la parte baja del pueblo, junto al cauce del río Almáchar. Para llegar allí se puede dejar el vehículo en la entrada principal del pueblo y atravesarlo a pie por sus angostas calles. Para ello habrá que dirigirse hacia su casco antiguo pasando junto a la iglesia de San Mateo. De esta forma, en continuo descenso se llegará hasta el lugar donde están los paneles indicativos de la ruta. También se puede acceder directamente en vehículo.

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Este itinerario asciende dese el cauce del río Almáchar hasta el cerro Patarra, una colina de 485 metros sobre el nivel del mar. Se trata de un paseo tranquilo con poco desnivel, que permite conocer la riqueza agrícola de estas tierras. Desde la salida del pueblo hasta la llegada al citado monte, acompañarán durante el camino viñas, lagares y paseros, todos relacionados inexorablemente con la cultura de la uva moscatel de Alejandría, que es la predominante no sólo en este municipio sino en buena parte de la comarca.

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Desde la primavera hasta el otoño (no se recomienda hacer la ruta en los días calurosos) se puede disfrutar de muchos contrastes en este itinerario, como el verdor de las viñas, el ocre de esas tierras de cultivo, el azul del cielo y el blanco del casco urbano de Almáchar.

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La ruta arranca junto a la emblemática Fuente El Forfe, desde donde hay que ir hasta un puente que cruza el río Almáchar. Una vez cruzado habrá que decidir por dónde se quiere iniciar este recorrido circular. La opción de la derecha es la que comienza por el cauce del Almáchar para subir por un sinuoso camino hasta carriles que llevan al cerro Patarra. La otra opción, la de la izquierda, comienza a subir con cierta dureza por un carril hormigonado entre viñas.

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La ruta oficial más recomendada es la que comienza por el curso del Almáchar. Habitualmente lleva poco caudal, pero habrá que tener en cuenta siempre las previsiones meteorológicas a la hora de hacer esta ruta para evitar posibles riadas en esta zona. Tras unos ochocientos metros prácticamente llanos, el camino comenzará a elevarse para salir del cauce del río por una senda angosta que conectará algunos metros más arriba con un carril ancho de tierra. Se trata de la parte más dura del itinerario, ya que aguardan casi dos kilómetros de subida continua –salvo algún receso leve del propio camino-.

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Con un ritmo sosegado, pero continuo, se conseguirá llegar en menos de una hora hasta el punto más álgido de esta ruta, cerro Patarra. Desde allí, además de apreciar el entorno de viñas y paseros, se obtienen unas excelentes vistas de la comarca. Así, se puede apreciar todo el macizo formado por las sierras de Tejeda, Almijara y Alhama y su unión con el denominado Arco Calizo Central, situado ya en la frontera con la Vega de Antequera. Desde allí, se aprecia también parte de la costa axárquica.

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Desde el cerro Patarra tocará descender por un carril hormigonado donde habrá que tener cierta precaución en algunos tramos para no resbalar. Se podrá disfrutar en todo momento del singular paisaje de esta zona de la Axarquía, donde los viñedos son los grandes protagonistas.

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Esta ruta carece prácticamente de arboledas que proporcionen sombra al senderista. Por esa razón, en los días más calurosos del año habría que abstenerse de realizarla en las horas de mayor incidencia solar. En cualquier caso, se recomienda usar alguna crema protectora y llevar agua suficiente.

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Como el itinerario se puede realizar en menos de tres horas, permite tener tiempo suficiente para conocer algunos de los rincones de Almáchar, como las recoletas calles de la zona baja de su casco urbano, donde se encuentra el Museo de la Pasa. En su interior se puede conocer una pequeña muestra etnográfica del cultivo de las viñas y de la producción moscatel, ya sea en vino o en pasas.

El itinerario también permite conocer una vegetación variada en algunas zonas donde no hay vides, como el palmito o la aulaga. También hay árboles en cuya sombra cobijarse, como encinas o algarrobos. Precisamente, de esa última especie existe un ejemplar centenario en el inicio de la ruta, a su salida del casco urbano, que sorprende no sólo por su edad sino también por sus dimensiones. En lo que se refiere a fauna, se pueden ver pequeñas rapaces, como el cernícalo común, y otras aves de menor envergadura, como verderones, mirlos o gorriones; algunos reptiles, entre los que destacan el camaleón común y la lagartija colilarga; y pequeños mamíferos, como erizos, zorros o topillos.

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