Las aldeas ferroviarias del Guadiaro: Entre charcas y vertiginosos cañones

Hoy en día todavía se usa para el tráfico de mercancías entre el puerto de Algeciras y el interior de la provincia de Málaga, ya que pertenece a la línea que llega hasta Bobadilla, en el término municipal de Antequera.

También es un tramo usado con cierta frecuencia por pasajeros que saben que pueden hace el trayecto entre Ronda y Algeciras en apenas dos horas.

Al mismo tiempo puede ser un transporte idóneo para quienes deseen explorar el tramo en el que esta línea, ideada por inversores ingleses a finales del siglo XIX para conectar el interior con Gibraltar, va en paralelo al río Guadiaro.

Así, hoy hay paradas en Estación de Benaoján, Estación de Jimera, Estación de Cortes (Cañada Real del Tesoro) y Estación de Gaucín (El Colmenar). Todas ellas están en territorio de la Serranía de Ronda. Algunas de esas poblaciones tenían asentamientos previas en la zona, pero, en cualquier caso, todas se revitalizaron a partir de 1892, cuando se inauguró esta línea que hoy es una de las que tiene un recorrido más espectacular dentro de la región andaluza.

De hecho, este trazado puede presumir de pasar por enclaves espectaculares que están asociados al tramo malagueño del Guadiaro, que es un fiel acompañante durante buena parte del trayecto. De hecho, se planificó así porque era la mejor opción para hacer que esta línea fuera directa, rápida y rentable.

Así, desde Ronda hasta Cortes de la Frontera, además de las cuatro estaciones antes mencionadas (no siempre hay paradas en todas ellas), el viajero de tren podrá pasar junto al monumento natural de la Cueva del Gato, que verá a tan sólo unos metros. Después, atravesará la Estación de Benaoján, donde el Guadiaro se abastece de uno de sus principales afluentes. Allí, hay incluso un restaurante, El Muelle, que usa una antigua construcción ferroviaria para servir suculentas carnes asadas a la brasa: desde chuletitas de cordero a entrecote de vaca de Ávila.

A partir de ahí comienza uno de los recorridos más trepidantes de este tramo, ya que se pasa por el cañón conocido como las Angosturas del Guadiaro, donde sólo tienen cabida el río, la propia vía del tren y una de las etapas de la Gran Senda de Málaga.

Así se llega hasta Estación de Jimera, donde merece la pena apearse en cualquier época del año, pero sobre todo en verano, ya que a tan sólo unos metros es posible darse un reconfortante baño de agua dulce en la piscina fluvial conocida como la Charca de la Ermita (hay otras río más abajo, pero no tan cerca de la estación ). Atan sólo unos metros se puede disfrutar de un tranquilo almuerzo o simplemente un refrigerio en Alioli Bar y Más, una propuesta muy singular en este enclave del valle del Guadiaro.

El siguiente hito de esta línea ferroviaria es la Cañada Real del Tesoro, también conocida como Estación de Cortes. A tan sólo unos metros del sitio donde se apean los viajeros es posible darse un refrescante baño en el Charco de la Zúa. Un baño allí servirá para refrescarse y estimularse de cara al último trayecto, que seguramente sea el más emocionante.

Desde la Cañada Real del Tesoro hasta la última parada en territorio malagueño, el tren, al igual que el río, atraviesa parte de otro monumento natural, el del las Buitreras del Guadiaro, que se antoja tan efímero como vertiginoso. Así, poco después se llega hasta la entidad local autónoma conocida con el nombre de Estación de Gaucín-El Colmenar, donde la vía ferroviaria ha dividido en dos el casco urbano.

Este núcleo de población que aspira a tener su independencia es precisamente el lugar de partida para poder hacer el sendero que lleva hasta el cañón de las Buitreras del Guadiaro, que podría ser un gran colofón a este itinerario por las poblaciones vinculadas al tren en esta zona de la Serranía de Ronda.