Devoción y alegría en el Corpus

Muy pocas localidades españolas conservan la costumbre de celebrar la procesión del Corpus a los 60 días del Domingo de Resurrección, que este año se festeja el próximo jueves.

En Andalucía, sólo dos capitales de provincia, Granada y Sevilla, mantienen esa tradición. Y no solo la siguen, sino que la viven con mucha intensidad.

Aunque por definición, se antoja como una celebración sobria, no elude ni la alegría ni la diversión. Así lo entienden, al menos, los granadinos. De hecho, la Feria del Corpus es, junto a las Cruces de Mayo, una de las principales fiestas de la ciudad de la Alhambra.

Aunque la celebración del Corpus es el próximo jueves, la actividad comenzará en la medianoche de este sábado con el encendido del recinto ferial, que albergará hasta el siguiente sábado buena parte de la agenda de estos festejos.

Esta feria se puede disfrutar tanto de día como de noche, con corridas de toros o el concurso de altares y escaparates, que forman parte de las señas de identidad de esta fiesta andaluza.

Sin embargo, lo que más llama la atención en esta tradición religiosa es la inclusión de un elemento pagano. Así, este jueves la procesión del Santísimo Sacramento irá encabezada por la imagen de la Tarasca (un maniquí que tiene su especial protagonismo el día anterior), junto a gigantes y cabezudos. Estos dan un colorido y una singularidad muy especiales a este desfile popular.

Al igual que el Granada, el día del Corpus en la ciudad Sevilla es también festivo. El Santísimo Sacramento también saldrá el próximo jueves desde la Catedral para recorrer las calles de la ciudad hispalense. Lo hará sobre una alfombra de romero y otras hierbas aromáticas, como es también costumbre en otras ciudades.

La comitiva acompañará a una valiosa custodia de plata, labrada por Juan de Arfe en 1578. Tanto con esta procesión como durante los siguientes días se puede disfrutar también de una de las tradiciones más antiguas de la ciudad, los Seises, bailes y cantos que es costumbre hacer ante el Santísimo Sacramento. Esta expresión folclórica y popular puede tener su origen en el siglo XV.