«Mi casa sigue siendo la casa donde vive mi hermano César»

Amalio Jiménez, actual presidente de la agrupación artística 'Actor Tallaví' hace balance, en el programa 'El anzuelo' de la Cadena Cope, de la situación del teatro en Melilla.

La compañía de teatro 'Actor Tallaví' es la agrupación decana en Melilla.

Este grupo se fundó en 1965 y ha cumplido ya 41 años. Es una compañía con mucha solera en el terreno cultural en general, no sólo en el teatro. Desde el primer momento, los estatutos abrían la posibilidad de que 'Actor Tallaví' no se dedicara de manera exclusiva al teatro, pero éste fue el motivo fundamental por el que mi hermano César fundó la agrupación. En la actualidad tenemos también mucha participación en el mundo literario, hacemos veladas en nuestro local social. Seguimos vivos y aspiramos a un renacimiento.

En una jornada como el Día Internacional del Teatro, ¿qué balance hace de aquellos años en que la 'Tallaví' tuvo una actividad más cercana al teatro?

Todos los que cuente son pocos. Estoy haciendo una biografía de mi hermano César, que se está editando por capítulos. Ahora estoy recuperando fotos familiares, archivos, libros de actas, artículos de prensa y la figura de mi hermano se agiganta porque, desde que nace hasta que muere, es un punto y aparte. Han sido centenares los melillenses que han pasado por la agrupación artística 'Tallaví', han sido sesenta o setenta montajes de todo tipo de género, desde sainetes hasta tragedias griegas y obras vanguardistas, miles de vestidos, centenares de decorados, algo impresionante. Mi casa sigue siendo la casa donde vive César.

¿Podría describir cuál es el espíritu que habita en su casa?

Tengo una casa muy clásica, antigua. Conservo desde el comedor de mi abuelo hasta la última nota que dejó escrita mi hermano sobre su despacho. Allí está la vida de tres generaciones, incluso de mis abuelos, de quienes conservo el comedor íntegro con el piano, la mesa de nogal con el mismo tapete. También conservo el dormitorio de mis padres, de madera de raíces, precioso. Siempre tuve con mi hermano una consideración especial, porque era diez años mayor que yo, y le otorgaba los derechos de la primogenitura. Yo quise que ese dormitorio fuera para él.

¿Recuerda cuál fue la primera obra que representó la compañía?

La primera obra fue 'Juego de niños' el 5 de septiembre de 1965 en el Auditorio Carvajal. Un año antes ya había intervenido con el Club de Juventud en la realización de varias actividades. Se hizo un año de Lope de Rueda y se escenificó 'La crítica del romanticismo', un poema jocoso de autor anónimo en el que participó Mariano Salgado y Chelo San Martín, la que posteriormente fue su esposa. Las relaciones entre chica y chico se llevaban con muchísimo rigor. De hecho, el Club de Juventud desapareció como consecuencia de un par de deslices de sus miembros. Dos chicas se quedaron embarazadas y aquello fue un escándalo porque el club tenía muy buena imagen. César tuvo mucho cuidado de que en la 'Tallaví' no ocurriera nada. Se pagaban multas por decir tacos y allí en la vida se ha visto que una chica se sentara encima de un chico.

Hubo escenas de amor llevada al escenario con mucha intensidad.

César fue profesional del teatro desde los veinte años. Él tenía su carné sindical del espectáculo y su titulación. Hizo un examen ante un tribunal formado por gente del mundo del espectáculo de la primera fila. Quienes aspiraban a ser profesionales tenían que hacer un meritoriaje y estar como malditos en una compañía haciendo papeles cortos y, después de tres años, pasaban a hacer sus exámenes. Él se examinó en teatro, circo y variedades y a lo largo de su carrera artística echó mano de todos esos conocimientos porque cuando se le acababa el teatro en compañías recurría a la canción. Él trabajó mucho tiempo como cantante melódico. Desde que mi hermano trascendió a un plano superior y veo toda su vida, me parece admirable.

Con ese recato que se intentaba mantener en la agrupación, ¿qué habrían pensado de la puesta en escena de 'Cabaret'?

El teatro es el teatro. Nosotros hicimos 'Lisístrata' en 1986 y aparecían un montón de hombres con sus falos erectos y no pasó nada porque la obra lo requería. César tenía una gran capacidad de dirección y todos los chicos estaban muy mentalizados en que lo que hacían era teatro. Aristófanes era un autor maravilloso, completamente porno, que descubrió todo lo que había que descubrir hace 3.500 años. Era graciosísimo ver a mi hermano recopilando canutos de cartón durante meses para hacer los atributos. Sin embargo, dos o tres señoras se acercaron escandalizadas a César días después de la función porque les parecía una vergüenza que la 'Tallaví', que siempre había hecho obras tan morales, llevara a escena ese trabajo.