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EFE
Miércoles, 22 de marzo 2006, 01:00
Los directores Sigfrid Monleón y Chema Rodríguez continuaron hoy con la presentación de los largometrajes en competición en el noveno Festival de Cine Español de Málaga con dos propuestas muy distintas, "La bicicleta" y "Estrellas de La Línea", respectivamente.
En la nueva película de Monleón, los personajes tienen en común este vehículo, que sirve como pretexto para relatar, de forma no lineal, sus respectivas historias, que al mismo tiempo representan la niñez, la juventud y la ancianidad.
Monleón, que también escribió el guión junto a Martín Román, explicó en rueda de prensa que buscaba "una estructura libre", sin "los clímax ni los desarrollos convencionales".
Esa estructura de ucronía ya estaba prevista en el guión, aunque "el montaje es una oportunidad para volver a escribir la película y siempre hay cambios", según Monleón, que precisó que originalmente estaba "más fragmentada la presentación de las historias" y que quería evitar "los cruces forzados o artificiosos" entre las distintas tramas.
Estas tramas, que se desarrollan en Valencia, son las de dos niños que ejercen como correos de un traficante de anabolizantes, varios jóvenes de un centro libertario que reivindican carriles-bici en la ciudad y una mujer anciana que lucha contra la desaparición de su barrio y que vuelve a montar en bicicleta como hacía en su juventud.
La actriz Pilar Bardem, que encarna a esa mujer, calificó la película como "luminosa y tierna", aunque con pequeñas críticas a aspectos como la movilidad en la ciudad o la especulación con el suelo, y subrayó que el rodaje fue "glorioso", porque Monleón es "un hombre positivo e ilusionado".
Una historia real"Estrellas de La Línea" supone una incursión de la sección oficial del Festival de Málaga en el género documental, con la historia real de un grupo de prostitutas guatemaltecas que formaron un equipo de fútbol para reivindicar su dignidad y el fin de la discriminación. En La Línea, situada junto a la vía del tren, estas mujeres cobran dos dólares por cada servicio y sufren habitualmente abusos y malos tratos que en muchos casos acaban con sus vidas.
Una de las protagonistas reales de la historia es Marina, de 66 años, que tal y como narra en la cinta ejerció la prostitución en su juventud, aunque uno de sus "amantes" le sacó un ojo, y después perdió el ojo de cristal que lo reemplazó durante una de sus borracheras.
Marina, que asistió a la presentación en Málaga, señaló que ha tenido "una vida descarriada y perdida", que ahora trabaja "vendiendo preservativos" y que nunca había "conocido lugares", por lo que anoche lloró "de alegría".
"Fui borracha y prostituta y perdí un ojo, pero ahora me han valorado como mujer y eso no lo esperaba a mis 66 años", dijo Marina, que perdió su "covacha", su chabola, inundada por el huracán Mitch y debió reconstruirla.
Chema Rodríguez destacó que las mujeres de La Línea "se han desnudado ante la cámara y se han dejado el alma", y ello ha permitido "acercar la situación de estas mujeres que viven en el abismo y al pie de un caos cotidiano, pero lo hacen con alegría y vitalidad".
El director estaba escribiendo un libro sobre los pandilleros en Guatemala cuando conoció la historia de La Línea, y de él mismo partió la idea de crear un equipo de fútbol para denunciar la situación y reivindicar sus derechos.
Cuando se supo que el equipo de las "Estrellas de La Línea" estaba formado por prostitutas se generó un debate y una polémica a nivel nacional, que llegó a los medios de comunicación, y las futbolistas fueron expulsadas del primer torneo en el que se inscribieron.
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