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Avalancha migratoria de daneses en 'Familias como la nuestra' RC
'Familias como la nuestra' un éxito para la empatía migratoria
Thomas Vinterberg en Movistar+

'Familias como la nuestra' un éxito para la empatía migratoria

Thomas Vinterberg, director de 'Otra ronda' y 'La caza', explora en esta serie las consecuencias migratorias del cambio climático desde Dinamarca, logrando un gran balance dramático

Lunes, 24 de marzo 2025, 00:27

Siempre ha sido un reto inmenso: comunicar convincentemente sobre el cambio climático sin, por triste que parezca, aburrir al personal. La mayoría de la población no tiene conocimientos científicos específicos, y los datos se hacen abstractos, abruman y, en última instancia, pueden aburrir. Como en toda profecía, nadie escucha y se opta por pensar que no pasará nada. Y más tras los últimos acontecimientos democráticos mundiales, donde la «voz del pueblo» se ha escuchado alta y clara diciendo que esto no está entre sus principales comunicaciones. Así que ese es uno de los retos que ha escogido Thomas Vinterberg.

El director es de la escuela de Lars Von Trier, pero hace ya tiempo que se salió del marco estricto de Dogma '95, aquel experimento tan maravilloso en lo teórico que, al menos, sacudió momentáneamente los cimientos de lo que entendíamos por cine. De actualidad recientemente por 'La caza' y 'Otra ronda', ambas con el visceral Mads Mikkelsen, esta es su primera serie, en la que la historia se cuenta de manera muy lineal, olvidando aquellos requiebros cinematográficos de juventud.

La premisa es sencilla: en un tiempo no muy lejano hay que evacuar Dinamarca por la subida del nivel del mar. En Países Bajos les acaba de pasar lo mismo, y han tratado de construir grandes e inútiles diques, arruinándose por el camino. Los daneses no quieren cometer el mismo error y quieren usar sus reservas para ayudar a sus ciudadanos a asentarse en otros lugares de Europa (no hay mención a Groenlandia, quizás ya están en una realidad futura donde la hayan perdido). A partir de una decena de personajes vemos exacerbarse varios rasgos del carácter humano, una panorámica bastante amplia, la verdad. Desde la codicia y el egoísmo, a la violencia y la rabia, pero también a la compasión y el amor en muchas formas.

Las calles desiertas... en 'Familias como la nuestra' RC

El evento político en sí, lo de decidir vaciar el país entero y «extinguir Dinamarca» es difícil de creer (qué se yo, habrá alguna zona que se pudiera salvar), pero es la base para seguir con la serie, y hay que darle ese derecho. Lo importante, claro, es cómo se enfrenta cada persona a la obligación de migrar, y esto ya no es ciencia ficción. Y a partir de la mitad de la serie, cuando la acción se internacionaliza, comenzamos a sufrir bastante con nuestros personajes. Es un gran ejercicio de empatía, claro, y tal vez la próxima vez que estemos con alguien que acabe de llegar a nuestro país tras un viaje probablemente terrible, seamos más comprensivos cuando tenga que dejar de atendernos para coger el teléfono. Cuando los personajes de esta serie reciben una llamada, sabemos que esa llamada puede arruinarles la vida con malas noticias.

Cuando se migra desde el norte de Europa

De manera similar a lo que pasaba en 'Years and Years', poner a europeos blancos en la situación del migrante económico, climático o político… funciona muy bien con el público blanco. El hecho de que se llame 'Familias como la nuestra' también podría parecer un poco excluyente… pero bueno, quiero creer que la empatía no se reducirá a los británicos y daneses que protagonizan estas series y que sabremos captar la metáfora general y generalizarlo a otros casos bastante más frecuentes. El centro de la serie, pese a ser muy coral, se lo queda Laura (Amaryllis April August), la hija de la familia principal, que tomará una decisión valentísima, dándonos algo de esperanza en la humanidad. La actriz va cogiendo fuerza y acaba brillando muchísimo. Otro foco muy interesante está en el diplomático que, enterándose antes que nadie de que van a cerrar el país, vende sus propiedades y acumula un gran capital sin avisar a nadie.

Laura y su padre, una de las miles de despedidas en 'Familias com la nuestra' RC

El sistema de reparto de refugiados es muy… danés: perfectamente organizado y amable, ayudando a cada uno de los ciudadanos. Pero no todos pueden ir a donde quieren. El retrato que se hace de París, de Polonia en general y de Bucarest es curioso y potente. Todos quieren ir a vivir a Francia, pero es muy difícil mantenerse y pagar los altos precios, nadie quiere ir a Bucarest, pero paradójicamente sí se puede conseguir una vida medio decente en un pisito desvencijado y con gente algo más empática. Y Polonia… queda como el país que sale a cazar refugiados y a dar palizas de muerte. No creo que estén muy contentos con esa imagen, con momentos de verdadero terror.

La serie consigue lo que busca: tras un inicio algo lento para conocer a los personajes, les vemos a todos enfrentarse a desafíos urgentes y radicalmente novedosos como mejor pueden. Vemos ese abanico de comportamientos abrirse y distribuirse con Europa, con viajes legales y otros ilegales, con una vulnerabilidad total y absoluta que lo inunda todo, y que no pueden entender los locales. Y tener que esperar noticias de dos o tres de las personas más importantes de tu vida… y no saber nada… una muy buena serie, señor Vinterberg.

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