'Wonder Woman 1984': un espectáculo flojo y nada sutil

En cartelera ·
La última aportación al género superheróico peca de un metraje excesivo y un argumento más bien pobre

Iker Cortés

Madrid

Jueves, 17 de diciembre 2020 | Actualizado 11/07/2022 11:17h.

Hay que agradecer, sin duda, la valentía que ha tenido Warner para acabar estrenando en los cines 'Wonder Woman 1984' tras varios retrasos y en un contexto, el de la pandemia, en el que la incertidumbre es total. La expansión del coronavirus, distinta ... en función de cada país, región y ciudad, deja un escenario nada uniforme y con multitud de salas cerradas, algo muy nocivo para un blockbuster de estas características, que requiere de un éxito masivo. Pasó con 'Tenet' cuando se estrenó en verano. Pese a que la cinta de Christopher Nolan funcionó bien en los países donde la situación estaba más o menos controlada, no fue el taquillazo que el estudio necesitaba. Por eso ahora Warner ha decidido tirar por la calle de en medio y en Estados Unidos la película se estrenará el 25 de diciembre simultáneamente en salas y en la plataforma HBO Max, para minimizar riesgos y, de paso, ganar unos cuantos suscriptores en la guerra de las plataformas.

Así las cosas, la llegada de 'Wonder Woman 1984' es, por loco que pueda parecer, toda una rareza en un año en el que el subgénero superheróico ha estado de capa caída porque las superproducciones se iban retrasando para tratar de sortear la pandemia. Patty Jenkins, artífice de la primera entrega enfocada en la superheroína, ha sido la responsable de desarrollar esta nueva aventura de la Mujer Maravilla, ambientada en los años ochenta, como anuncia el esclarecedor título de la cinta. Cero sutilezas en esto. Los calentadores, las corbatas gruesas, cortas y horteras, los colores chillones, los trajes contrahechos, las riñoneras, los centros comerciales… Todo es una caricatura artificial, infantil y casi agresiva de la moda ochentera en la que resulta más bien difícil entrar. En ese contexto se enmarca una fábula sencilla que va escalando a medida que la trama avanza y que trata sobre cómo la ambición y las aspiraciones desmedidas pueden acabar dominándole a uno, perjudicando al resto y apartándole de sus seres queridos.

Pese a un prólogo esperanzador, en dos tiempos, en el que Jenkis demuestra su gran mano y talento para realizar secuencias de acción espectaculares y atractivas, 'Wonder Woman 1984' echa el freno para presentar su premisa: un raro objeto ha llegado al museo donde Diana Prince (Gal Gadot vuelve a dar vida con solvencia a la superheroína) trabaja. Barbara Minerva (Kristen Wiig), una nueva empleada algo torpona, será la encargada de investigarlo y datarlo. Pero a Diana, le puede la curiosidad y cuando se acerca a su mesa descubre que en la rara escultura hay una leyenda en latín que invita a pedir deseos. Pese a todas sus sospechas y dudas, no dudará en leerla en alto, repitiendo la idea tan manida de que los superhéroes son los que crean a sus propios villanos. Porque sí, Barbara pedirá su deseo, pero también Maxwell Lord -Pedro Pascal es de lo mejor de la película, aunque da mejor resultado cuando se muestra más contenido-, un empresario que donó un importante capital al centro museístico y que las está pasando canutas porque sus pozos petrolíferos están secos.

Comienza así una película sin apenas sorpresas, que toca muy de refilón temas como la Guerra Fría, pese a que parece que la ambientación en esta época no está solo por hacer el chiste de los ochenta, y con unos diálogos no muy afilados -es sorprendente lo mucho que les cuesta a Warner y a DC Comics provocar la carcajada, incluso aunque la película busque el tono cómico-. Con pocas dosis de épica -la batalla contra Cheetah resulta floja comparada con el trepidante arranque- y un argumento tan pobre, resulta inexplicable que la duración de la cinta se alargue hasta las dos horas y media. Entretenida y resultona, será imprescindible para los aficionados a este tipo de espectáculos, en plena travesía por el desierto.