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La carrera del coche eléctrico en la UE la gana China. España es el segundo productor europeo de coches automóviles, pero si definitivamente cancelamos los ... motores de explosión y combustión, ya podemos olvidarnos. A la llegada de Trump el mundo se convulsiona, su particularísima manera de negociar es un auténtico terremoto de la economía, de la defensa, de las relaciones internacionales, de la guerra de Ucrania... Y de todo lo que se nos ocurra tratar. En tanto Sánchez reza ante la tumba de Ho-chi-Min, en una búsqueda personal de su lugar en la historia -como siempre- y continua hacia China, los aranceles USA prometidos se aplazan 90 días o quién sabe si más, o mucho más...
La industria del automóvil es importantísima y estratégica. Entre la UE, USA y Japón, eso que todavía se conoce por «los aliados» u «Occidente» -que tantos queremos su continuidad y duración indefinida, por ser y representar al mundo más avanzado, justo y democrático- han copado la mayor producción. La extraña carrera por transformar el modo de propulsión de los coches -es un hecho- da una ventaja determinante a China y abre las puertas a la definitiva derrota occidental. Mientras en Estados Unidos hacen una apuesta por corregir esta dinámica, en Japón y en la UE titubean, pero todo indica que algunas normas van a cambiar. Es recurrente comprobar la postura intransigente de determinados personajes y lobbies empeñados en una suicida estrategia por la extrema y dudosa apuesta climática. Lo es también comprobar ese sesgo creciente de rechazo a la actividad agrícola en la UE o la obsesiva imposición a la pesca de más medidas y limitaciones de las que, a todas luces, aconseja la prudencia. Hay incluso ejemplos menores que nos invitan al desconcierto, como esa introducción a la fuerza de alimentos y harinas procedentes de insectos, que nadie ha pedido ni demandado en una democracia cuya característica no puede ser la constante o creciente irrupción por decreto de políticas o decisiones injustificables y, para la inmensa mayoría, infundadas y hasta indeseables.
No son tiempos para trampas, ésta es la ocasión necesaria y primordial para corregir errores, derivas equivocadas o precoces y dar los más firmes pasos para garantizar la democracia, la prosperidad y el futuro. Las medidas necesarias para «el rearme» son tan necesarias como las del refuerzo industrial, económico y agrícola, corregir el tiro mal dado de hacer pasar por autoexigencia algunas acciones increíbles y desproporcionadas, el peor de nuestros enemigos.
Detroit, ciudad y sede del condado de Wayne, estado de Michigan, es todo un símbolo y hasta un mito. Su área metropolitana, de 4,3 millones de habitantes, es el centro de la industria automotriz de los Estados Unidos. Ahora vuelve Detroit.
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