La Unión Europea, 450 millones de ciudadanos
POR AHORA ·
Secciones
Servicios
Destacamos
POR AHORA ·
A la luz de los tiempos, con Brexit incluido, la Unión Europea ya mueve ficha para poner al aire toda su fortaleza económica y social, dar abrigo a la inteligencia y el talento y afrontar el futuro con seguridad y nuevos bríos. El proyecto de ... construcción europea no sólo está vivo, su necesidad y vigencia están tatuadas en la realidad y en los afanes de crecimiento, desarrollo, bienestar y futuro, de sus naturales. La marcha de Reino Unido junto a las objeciones de algunos de sus integrantes más recientes por afrontar algunas de las normas de la UE que se aplican a todos, ha dejado la sensación de que se ha perdido algo de músculo. Sin embargo, nadie puede obviar que la europea institución de los 27 constituye una entidad humana, política y económica formidable. El esfuerzo de tantos años arroja un resultado de inalterables principios y una economía competitiva de primerísimo nivel. La llegada del euro junto al conjunto de directivas que se ocupa de la democracia, la justicia, el papel de los estados en diversos órdenes trascendentes y la convivencia, muestran un horizonte de unidad política irrenunciable. A través de la soberanía de los estados miembros, construir esta unión supranacional es un ejercicio ascendente, sin exclusiones y netamente democrático, pues no hay más imposición que el acuerdo de los socios de este club. Y, eso sí, una vez que las decisiones cobran firmeza, la UE las asienta como un auténtico dique de contención también frente a la tentación del gobernante de turno de torcer alguno de los principios democráticos que ya pilotan al propio ente y a todos y cada uno de sus mutualistas. Cada paso que da la UE establece un nuevo resorte a modo de garantía de seguridad en la senda su gradual armonización.
Naturalmente en un mundo dinámico y cambiante, con toda suerte de conflictos y necesidades, los obstáculos y los problemas surgen, como esta crisis sanitaria y han de hacerlo como característica propia e inevitable de la propia vida. Pero, a medida que el avance en la cohesión europea va haciéndose más anhelada y potente, más cerca se estará de encontrar soluciones y responder a las dificultades e incluso al peligro con moderación, firmeza y equidad, sin por un momento cejar en el proceso imparable de construcción europea.
Las consecuencias de esta decidida conformación constituyen una de sus grandes fortalezas, ya sea por el nivel de vida de los europeos o por la llegada de importantes infraestructuras públicas con fondos comunitarios. Los desiguales de partida se han asociado para lograr la igualdad y ya es una realidad palpable el importante salto producido, que no es nada para lo se conseguirá lograr.
Es tiempo de retomar con fuerza el espíritu y los sugerentes motivos para integrarse de los que decididamente dieron este paso, así como los estímulos para continuar y seguir favoreciendo la creación de una identidad social y política de crecimiento, auge y convivencia, venciendo los titubeos, las escaramuzas provincianas y las cada vez más insignificantes reticencias.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.