La edición de Fitur (45 con la de este año) finaliza mañana con excelentes perspectivas para Málaga, la Costa del Sol y Andalucía. Estamos de ... enhorabuena y viviendo un momento dulce, impensable hace unos años, cuando en la crisis de los 90 del pasado siglo los profesionales, empresarios y dirigentes políticos del sector acudían a las ferias de Londres, Berlín y Madrid, nuestras principales fuentes, con un lazo para cazar 'al' turista. Causa estupor, sobre todo a quienes hemos sido protagonistas presenciales del trabajo y la labor del sector, de su importancia en la economía de nuestra provincia y de nuestra región, que a estas alturas se vaya a las ferias con el objetivo de combatir la turismofobia, que en Málaga está alentada por un sector muy identificado, cargado de populismo y palabras vacías, que creo no tienen la más mínima idea de lo que el sector servicios, el sector turístico, significa para Málaga. Los que se quejan del turismo, que en las manifestaciones por la vivienda (justa reivindicación) mezclan churras con merinas y exhiben carteles con el lema 'Tourists home', posiblemente no sepan o no quieran saber que, por ejemplo, en 2023 el Turismo supuso el 13 por ciento del PIB de Málaga, que traducido equivale a que hubo un impacto económico de 19.138 millones, con una producción directa de 11.037 millones, muy por encima de todos los demás indicadores económicos del resto de servicios, seguido con 3.007 millones por el sector inmobiliario. Eso lo dice todo. ¿Que hay muchos turistas en Málaga y en la Costa del Sol? Benditos sean y cuantos más mejor. ¿Saben lo que es para Málaga un aeropuerto con 25 millones de pasajeros (datos de 2024)? ¿Tienen idea de la cantidad de puestos de trabajo que crea el turismo en Málaga? Ese gasto turístico que reseñamos equivale ni más ni menos a unos 200.000 puestos de trabajo. ¿Qué sería de Málaga sin estos empleos o con un 30 ó un 50 por ciento de ellos menos? ¿Dónde trabajarían esas 100.000 personas sin trabajo en la hostelería? Que hay que buscar mayor dignificación y mejores sueldos, siempre, en todo y sin duda, pero también hay que exigir una preparación y una formación que hoy están al alcance de todos y no todos quieren esforzarse en conseguirlas. Es fácil hacer demagogia populista a través de las redes sociales, muchos bajo anonimato, que se dedique a fomentar la turismofobia. ¿Quieren la Málaga gris, átona y casi en estado de coma de los años 80 y 90 del pasado siglo y de comienzos del XXI? ¿Les molestan los cruceros, los grupos de turistas paseando por las calles, las colas en los bares y chiringuitos...? 40 años siguiendo al sector por Europa da para opinar y también para decir que este momento dulce, obvio, tiene que racionalizarse también, pero nunca demonizarlo. Y hay quienes no son el demonio, pero les gustaría...
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