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Traspaso de poderes

Viernes, 18 de enero 2019, 00:05

En la Junta de Andalucía no existe un protocolo de traspaso de poderes. Se ha tenido que pedir a los ministerios de Madrid. Parece que en el PSOE nadie pensó que tendría que aplicarlo, de tan seguros que han ido por la vida electoral de la comunidad. Los relevos, en estos 37 años, siempre fueron entre equipos de la misma familia y, como suele pasar en estos entes sociales ahora tan de moda, habitualmente se puteaban unos a otros, de modo que los recién llegados no solían encontrar apenas nada que les ayudara. Si alguien protesta entre los recién llegados gestores del gobierno encabezado por Juanma Moreno, que sepa que se inscribe en una larga tradición.

Ahora la gran incógnita en las capas profundas de la vida administrativa y política andaluza, y no solo sevillana, es qué va a pasar en lo cotidiano más allá de las grandes preguntas acerca del 'ménage-a-trois' Vox-PP-Cs, de la influencia de este ensayo a nivel nacional, de qué fuerza real va a tener Vox para imponer su programa, si Juanma Moreno se va a hacer 'casadista' o va a mantener su impronta más 'marianista', cómo influirá su indudable peso ahora en el PP estatal, que mañana sábado le jaleará en la convención nacional... y tantas otras cuestiones de indudable calado.

De Ayamonte a Pulpí, que podría ser ya el verso de una habanera, se levantan teléfonos en todas las oficinas de la Junta para preguntar a Sevilla qué hago con esto, mientras se despiden vía whatsapp y redes sociales muchos cargos de confianza. Desde el PP se difunde la idea de que hay reticencias entre los cuadros socialistas, hasta destrucción de materiales, por miedo a que levanten las famosas alfombras. En el otro lado se teme, en cambio, a ver cómo vienen estos, y se les intuye crecidos, déspotas, revanchistas. No va a ser tarea menor para el presidente Moreno y su equipo imprimir serenidad y equilibrio a este tránsito, por mucho que, conscientes de la dificultad, haya sido el mantra elegido desde el minuto uno, 'cambio tranquilo'. Tendrán que discernir y valorar a los buenos profesionales que hay, muchos que salvan la gestión a base de dedicación y experiencia, y que ahora temen por su puesto. Gente necesaria para que la máquina funcione.

El llamado 'mayor ERE de Andalucía' esta ya en marcha y tiene como añadido una cola extraordinaria de aspirantes para cubrir las vacantes. Estos días en el Parlamento se ha visto a muchísima gente que nunca había pisado el Hospital de las Cinco Llagas, para celebrar y para ver qué hay de lo mío. El nuevo panorama del personal, entre el que apenas había caras conocidas, indica que hay que renovar la agenda.

El nuevo ciclo ya está aquí. El Parlamento de la XI legislatura es un retrato fiel de su complejidad. Impresiona ver a qué corto espacio se ha visto reducido el grupo socialista, que ni llega al primer pilar del atrio de la antigua iglesia frente a la holgura con que se aposentaban antes. Menos escaños, de acuerdo, tiene el PP, pero ostentar el mando hace el dato irrelevante. En el centro del hemiciclo, en el lugar donde antes estaba Podemos, se asientan ahora los doce de Vox, aislados a uno y otro lado por asientos vacíos, desafiantes.

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