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AGE, la tragaperra y el nuevo régimen

INTRUSO DEL NORTE ·

Lunes, 28 de septiembre 2020, 07:32

Economía crítica, tardes en El Ejido, niñas de Empresariales y sobresalía AGE mientras mi hermana estudiaba algo como de Hacienda Pública. Nadie sabía que iba a ser ministro, ni mucho menos muñidor del cambio a una nueva Transición, pero ya nos avisó en sus libretos que sí, que era comunista como yo fui torero, por vocación y una iluminación que viene de La Rioja, rebota en el PCE de por aquí, sube a Madrid y después de los botellines viene lo del negociado de las tragaperras, que es algo que trae a maltraer (sic) a mi padrino de Cuenca.

Nos cerraron los bares y nos mataron en vida, pero la tragaperra, ay, es esa amante caprichosa que pone ruidillo de esperanza a los bares a la hora del pitufo: cuando hay un mundo por hacer y un ERTE por sellar con los congojos en la boca.

Alberto Garzón Espinosa (AGE en lo sucesivo), entonces, demostró que se podía llevar americana, corbata, leer a Chomsky y cenar en Casa Pedro mientras llevaba una mayéutica que alborotaba en las noches políticas a los sujetacarpetas del PSOE, que tampoco respondían a aquello de las condiciones objetivas y sacaban a Palme como el que pide el pitido final o el descabello.

AGE, en contraste con los que anduvo y por sí mismo, siempre fue algo más preclaro. Los viejos liberados recelaban del niño hasta que llegó el 15-M y toda esa maquinaria que empezó en la plaza de la Mariblanca y ahora tiene horadada media España con el triangulito rojo que quiere decir que son eso, republicanos.

AGE ha dicho que Felipe VI maniobra contra el Gobierno, y no lo dice cualquiera, sino el ministro que no me dejará apostar al derby de Kentucky o al de Mijas, y entonces ya sabemos que el reparto de carteras era esto: dar altavoces para, aunque sea con la turra de tuiter, ir desmontando el edificio constitucional.

Con todo, lo peor es lo que llaman el relato y cómo AGE y demás 'coalicionados' del carajal del Consejo de Ministros entran y salen de sus competencias: desde echarle guano a Martín Villa a posar en revistas de moda donde todo huele a pachulí y a los ricos también lloran.

La cosa es que AGE tiene el perfecto derecho a decir lo que le venga en gana, si no fuera por el pequeño detalle de que es ministro y esta vez la parábola ha ido muy muy lejos del tiesto.

En esta toma del Palacio de Veroño, de confinamiento al Rey, hay mucho seguidismo, mucho abúlico, a mí, a mis años me van a hacer monárquico porque esto es un descalzaperros y/o el retablo de las maravillas. Bildu y ERC son la cogobernanza y la gente calla, no sea que el virus entre por vía retronasal.

Es su apuesta, y la van cumpliendo. Ay.

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