¡Sí a la torre del puerto, sí al plan de Repsol y sí al turismo!

Después hubo una andanada importante contra el turismo, a los que se les quería imponer una serie de tasas abusivas con el objetivo de que no vinieran a la capital de la Costa del Sol, para cerrar en definitiva lo que algunos llaman el parque temático del Centro de Málaga. Pues bien, el casco histórico seguirá abierto a todo el mundo que quiera venir a disfrutar de esta magnífica ciudad. Los malagueños no son tontos y saben que hay miles de familias que trabajan en el sector turístico, que sigue siendo el más importante de la capital a la hora de generar riqueza y empleo. Con las cosas de comer no se juega y menos alegando una situación catastrofista muy alejada de la realidad. ¿Alguno de estos agoreros han planteado de qué se iba a vivir en esta capital? Porque queda muy bien eso de la sostenibilidad, de las ciudades happy flowers, de si tal y cual, pero a la hora de la verdad la gente tiene que pagar su comida, su vivienda y sus facturas. No se puede vivir del aire o al amparo de unas paguitas de las administraciones. Los ciudadanos lo que quieren es trabajar y ganar el máximo dinero posible. Es así de fácil y entendible, aunque algunos no se quieran enterar perdidos en sus teorías catastrofistas. Málaga ha hablado y lo lógico es que los partidos de la oposición cambien de estrategia, salvo que quieran instalarse de manera perenne en la misma.

Dani Pérez debe tener la lección aprendida y aunque está en su derecho de plantear otro modelo de ciudad, faltaría más, no puede dar el mensaje de que Málaga está hecha unos zorros, de oponerse a todo, como por ejemplo a la torre del puerto que impulsaron sus compañeros socialistas (Paulino Plata) y que el propio candidato del PSOE acudió a la presentación del proyecto para aplaudirlo. La capital es una ciudad pujante a nivel nacional, se habla de la misma como alternativa a ciudades como Barcelona, cuando eso era impensable hace una década. El hecho de que cada vez vengan más extranjeros de alto poder adquisitivo a asentarse en la misma para teletrabajar no debe obviarse. El pueblo es soberano y ha dictado sentencia. Y ha dicho sí a la torre del puerto, sí al proyecto de torres con un gran parque en los terrenos de Repsol, y sí a la actividad turística. En definitiva, ha dicho sí a la Málaga actual y a la que debe seguir su rumbo cara al futuro, lo cual no obsta para que la oposición haga su trabajo de control a la gestión del alcalde y de plantear sus alternativas, aunque éstas no deberían pasar nunca por ningunear los éxitos evidentes. Tienen que ser más imaginativos y abandonar el negacionismo per se a lo que se plantea desde el delatorrismo. Por ahí no...