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No dejes que la realidad te estropee un pacto de Gobierno, parecen haberse dicho los políticos andaluces de PP y Cs. Moreno y Marín harán lo que sea, a pesar de lo que digan sus mayores, para seguir en San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta. Aunque sea bailar en el alambre. Vox, por emular a un dirigente hoy en el ostracismo, planta sus lentejas sobre la mesa política andaluza. Los resultados del 28A sacuden el pacto a tres y ya no pueden esconder la 'tercera pata'.
Ha bastado que Vox les enseñe los dientes y les advierta de que si les llaman ultraderecha no les aprobarán el Presupuesto para que el presidente y el vicepresidente se apresuren a templar y reculen. Moreno, tras decir eso de un pie a la izquierda y otro a la derecha y tal, ayer le dio un efusivo y visible apretón de manos en el salón de plenos del Parlamento regional al líder populista, Francisco Serrano, muy comentado. No parece haber seguido las instrucciones de cambio de rumbo de su presidente nacional, Pablo Casado, que en su histórico volantazo para esquivar el desastre del domingo ha llamado, por fin, ultraderecha a la ultraderecha. Parece que en el PP andaluz, más moderados a priori, no han aprendido la lección de este 28A: la gente no les ha comprado ese discurso extremista y disparatado que llamaba 'okupa', 'traidor', 'felón' o anticonstitucional a Pedro Sánchez, pero hoy por fin se podrá oír el análisis que hace el líder popular andaluz de los comicios, porque hasta ahora solo se le ha visto en un tuit tras su tarta de cumpleaños. La noche electoral quien salió a dar la cara fue su 'número dos', Loles López.
La debacle del PP en Andalucía ha sido cósmica, y más teniendo en cuenta que venía de ganar las anteriores generales. Hoy resulta que es tercera fuerza en la Comunidad, 'sorpassado' por Cs, y eso que por fin detentaba la Junta. Parece que no le ha funcionado lo de 'hacerse el muerto', pero tampoco los 'martes dolorosos' de sacar cifras y letras contra la Administración socialista. Hay quien cuenta que Génova está molesto con la campaña que Sevilla le diseñó a Casado, pero baste recordar que en las regionales el presidente nacional hizo su caravana paralela para tomar el pulso al partido y prepararle a Moreno una gestora. Ahora Moreno, además, deberá poner orden en sus agrupaciones provinciales, que han quedado maltrechas, con pésimos resultados, enfrentadas por las listas, diezmadas por los recortes que habrán de ejecutar.
El PSOE tiene casi el doble de votos, más del doble de diputados y el triple de senadores que los dos partidos que gobiernan Andalucía en estos momentos.
A ver también cómo 'encapsulan' el pacto a la vez que rivalizan por el liderazgo de la derecha. Y cuántas contradicciones son capaces de soportar.
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