Secciones
Servicios
Destacamos
Veinte, vete ya -le arrojó en voz alta-. La cosa es que el año, el número, no tenía la culpa, no podía tenerla. De hecho, las cosas nunca son protagonistas, sólo son herramientas, buenas o malas, usadas con maestría, torpeza o torcidas. El año se ... ha ido sin pensar en el año, sin crecer, sin progresar, sin gloria y con un largo rosario de penas. El virus, la pandemia, los contagios, los hospitales, las residencias, la atención primaria, las uci, los fallecidos, los brotes, el confinamiento, las restricciones, las olas y la vacuna.
Seguirán las mascarillas y la distancia social, la contención. No se puede vacunar al 70% de la población en un mes ni en dos, quizá ni en seis. Pero llega, casi todo acaba por llegar. Luego, ya se verá el grado de inmunidad y durante cuánto tiempo estar vacunados efectivamente nos protege. Otro día u otro año hablaremos de Wuham, de sus mercados de abastos, de murciélagos, pangolines y laboratorios por allí cerca. En esa ciudad -en la zona 0- el virus y la enfermedad parecen haber desaparecido, habrá anticuerpos por doquier, pues la vacunación china no está en marcha, o sí. A veces resultan chocantes algunas crónicas que relatan que en alguna ciudad china «surgen brotes víricos importados...» Son cosas que pasan y se cuentan, cada quien las interpreta según sus razones.
Durante largos meses hemos sido uno de los países con mayor sufrimiento por causa de este virus, la incidencia de la enfermedad, los enfermos y los fallecimientos. Nadie se ha librado de las críticas, el Gobierno, la Sanidad, las camas, los medios de protección, las grandes compras, la cogobernanza, las comunidades autónomas... Hasta ha llegado a decirse que italianos y españoles podíamos tener una propicia genética común que nos hacía más sensibles a este virus o unas costumbres sociales de cercanía «latina» que favorecía el contagio. En el norte de Europa los efectos de la pandemia se mostraron más suaves en la llamada primera ola. Durante meses Suecia fue puesta de ejemplo, si bien no había medidas de restricción, sólo sugerencias de contención personal. En Reino Unido, Johnson se apuntó a la inmunidad de rebaño y dejó estar a los británicos sin prohibiciones ni control, pero el asunto se desbordó hasta ponerse más o menos en cabeza de padecimiento y hubo que rectificar. Francia tuvo unos números regulares y Alemania algo bajos -en cifras comparativas-. Ahora hay un importante repunte en estos países -también en Rusia- y la situación es muy preocupante, los datos, las limitaciones de movilidad, cierre de comercios y colegios, así lo indican.
Una vez descartada la versión de que esto es un aviso de la naturaleza por el cambio climático, u otras por el estilo, habrá que esperar. Eso sí, cuando el virus pase o su control sea concreto y eficaz, cabrá hacer un profundo y detallado análisis, aquí y allá, americanos del sur, del norte, europeos, el resto y nosotros. Queremos vivir y también vamos a querer saber qué pasó y cómo fue.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.