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Sostenibilidad: beneficios y barreras para el futuro

Sostenibilidad: beneficios y barreras para el futuro

Sostenibilidad no es solo cumplir normativas ni implantar tecnologías, sino construir un modelo de convivencia

MARI FRANCIS PEÑARROYACOMITÉ EJECUTIVO AEHCOS. CONSEJERA SOCIA GRUPO PEÑARROYA-HOLIDAY WORLD JOSÉ IBARROLA

Martes, 8 de abril 2025, 02:00

Aunque muchos siguen vinculando la sostenibilidad únicamente a la gestión eficiente de los recursos naturales, su alcance es mucho más amplio. Hoy en día, la sostenibilidad abarca los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza), que definen el papel de las empresas en la sociedad. No se trata solo de reducir el impacto ambiental, sino de crear valor a largo plazo a través de prácticas empresariales responsables que logren un equilibrio entre rentabilidad, bienestar social y ética corporativa. En el sector del turismo, este compromiso cobra aún más relevancia debido al profundo impacto que tiene en el entorno en el que opera y al estrecho vínculo con las comunidades locales.

La Unión Europea ha adoptado una postura firme sobre la sostenibilidad, destacando iniciativas como el Pacto Verde Europeo y la Agenda 2030. Estas regulaciones se enfocan en la descarbonización del sector, la reducción del consumo de recursos y la promoción de prácticas responsables. A pesar de sus beneficios, la implementación de estas normativas supone un desafío para las empresas turísticas, especialmente en la Costa del Sol.

Mientras Europa avanza hacia la sostenibilidad, otras regiones del mundo han optado por enfoques más flexibles, creando un dilema competitivo global. La relajación de estándares sobre emisiones de carbono y eficiencia energética en ciertas economías podría poner en desventaja a las empresas europeas, particularmente en el sector turístico.

Surge entonces la pregunta: ¿debería Europa seguir liderando el camino hacia la sostenibilidad, adoptando un enfoque más colaborativo con el sector empresarial?

Europa ha adoptado un modelo de sostenibilidad muy comprometido, pero la resistencia interna y los modelos alternativos globales amenazan su competitividad. No obstante, no debe abandonar su propósito, sino reconsiderar su enfoque para reconectar con los sectores productivos que ven estas obligaciones como una amenaza. De esta forma, Europa reforzaría la convicción que la ha guiado en los últimos años, transformándola una vez más en un modelo de referencia mundial. Así, no solo mantendría vivos los valores que la distinguen, sino que también reafirmaría su posición como un territorio más habitable, competitivo y respetuoso con el entorno.

La Costa del Sol es un referente en la adopción de prácticas sostenibles desde hace más de 15 años, impulsada por su proximidad a los mercados nórdicos y anglosajones, donde la sostenibilidad ha sido un pilar fundamental durante décadas. Este esfuerzo ha permitido al sector adelantarse a las exigencias normativas, y generar un cambio cultural hacia un modelo más equilibrado.

Por tanto, la sostenibilidad no debe verse como una imposición regulatoria, sino como una oportunidad de diferenciación. Empresas líderes del sector ya han demostrado que integrar criterios ESG no solo fortalece su reputación, sino que también mejora su competitividad. Aquellas que se han adelantado voluntariamente se han consolidado como referentes, demostrando que es posible combinar rentabilidad y responsabilidad.

Sin embargo, para que este modelo sea efectivo, es fundamental que el sector público y privado colaboren. Minimizar la burocracia y diseñar incentivos adecuados es esencial para avanzar sin comprometer la viabilidad empresarial. No puede recaer exclusivamente sobre el sector privado la responsabilidad de financiar esta transformación y los fondos públicos deben jugar un papel activo, proporcionando apoyo financiero y regulaciones equilibradas.

Para consolidarse como destino turístico sostenible, la Costa del Sol debe basarse en tres pilares fundamentales:

Compromiso ambiental: A través de la descarbonización y la economía circular.

Desarrollo social: Garantizando empleo de calidad, respeto cultural e integración social de todos los grupos.

Gobernanza colaborativa: Involucrando a todos los actores en la gestión del destino, fomentando alianzas público-privadas y promoviendo políticas transparentes.

Solo mediante un enfoque integral, la Costa del Sol podrá fortalecer su competitividad sin comprometer su futuro y consolidarse como un referente internacional en turismo sostenible.

Más allá de regulaciones y modelos económicos, el verdadero reto de la Costa del Sol es mirar al futuro con una visión compartida. Sostenibilidad no es solo cumplir normativas ni implantar tecnologías, sino construir un modelo de convivencia que proteja lo que somos y proyecte lo que queremos ser.

El turismo, como motor económico y social, debe asumir ese liderazgo con valentía y coherencia. Apostar por la sostenibilidad es, hoy más que nunca, apostar por un destino donde el progreso no esté reñido con la identidad, donde el desarrollo genere oportunidades reales, y donde cada mejora pensada para el visitante también mejore la vida de quienes lo habitan.

Si lo logramos, no solo atraeremos a quienes buscan un lugar donde trabajar, invertir o disfrutar. Lograremos algo aún más valioso: un desarrollo que beneficiará por igual a quienes visitan, a quienes invierten y, sobre todo, a quienes construyen aquí su día a día.

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