Sorpresita por julio
INTRUSO DEL NORTE ·
Porque Ábalos era quien más se parecía a EspañaSecciones
Servicios
Destacamos
INTRUSO DEL NORTE ·
Porque Ábalos era quien más se parecía a EspañaUn nuevo Gobierno así, por julio, con los ciclistas en los Pirineos y España entera perdida respecto a si sale o no de la pandemia. ... Un nuevo Gobierno, sin Ábalos, también tiene algo de melancolía. Porque Ábalos, con sus cosas, era el ministro que más se parecía a España. Anduvimos tentados de dedicarle una serie en Netflix con sus escenas cachondas, su desayuno con sol y sombra y, en general, un día entero siguiéndole con una cámara. En Badajoz o donde tocara. Porque José Luis Ábalos fue el más nuestro, y esta muerte civil nos coge paseando por las minas cerradas asturleonesas.
Pero este nuevo Gobierno, quizá tiene algo de esperanza, que hay perfiles grises y está prestigiada, menos mal, hasta Nadia Calviño. Acaso para que Europa entienda el mensajillo de que, en principio, los fondos son los fondos y no se va a mamonear con algo que tantísimo trabajo costó sacarles a los frugales. En aquel momento, recordemos, en que nos jugábamos tanto, y la mera presencia de Iglesias era algo así como un heraldo de muerte.
La vacunación va como va, y el sanchismo debía meter esta marcha nueva que no sabemos si es mera cosmética para tapar también lo de los indultos, lo de las autopistas, que traen al español más cabreado de lo normal. En este jaleíllo de la crisis ministerial, el español pasea por Torremolinos o Benidorm, vacunado, pensando que no todos los jóvenes, por el mero hecho de serlo, son una bomba vírica a los que culpar así, a tenazón, para que pague un colectivo.
Pero volvamos a este cambio ministerial y a la nomenclatura con la que el sanchismo vende el lema gatopardiano de cambiar para que nada cambie. Podemos, en cambio, anda ahí con sus cuotas y sus mujeres y esos ministerios con colorines a los que todavía no le hemos encontrado el discreto encanto de la progresía, que ni es discreto ni es encanto. Sólo los días que tengan que venir nos dirán si esto era mera cosmética. O si la resiliencia de uno que nos sabemos es una fijación enfermiza para el poder. O si los nombres que han estado a la sombra pueden capear esta posguerra que nos ha dejado muy magros de futuro. El cronista ya no se fía de nada, y parece que hace bien.
Sánchez tunea el Consejo de Ministros en estos días en que a España parece ir cayéndole mejor Luis Enrique. Porque se trata de otro Sánchez, el que salió el sábado a comentarnos no se qué del «Gobierno de la recuperación». En Pedregalejo, en el murito, nadie valora este nuevo Ejecutivo tan HBO. Bastante tenemos con sobrellevar los calores, los terrales, y pedirle a Dios que nunca un bar más tenga que cerrar.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.